El Ayuntamiento de Málaga ha dado por finiquitado el lunes el servicio público de préstamo de bicicletas, vigente desde el año 2012. A partir de ahora, Málaga propone a sus vecinos y visitantes un sistema de alquiler de bicis eléctricas puramente privado, sin estaciones y sin anclaje. Argumenta que esto lo hace mucho más atractivo. También será mucho más caro. Alquilar una bicicleta de Málagabici costaba 50 céntimos durante una hora. Ahora, la única empresa que presta el nuevo servicio de dockless bikesharing (según la terminología municipal) lo hace a 29 céntimos por minuto (17,40 euros la hora), aunque también existe la posibilidad de adquirir un bono diario por 4,99 euros.
El Ayuntamiento de Málaga argumenta que el fin del servicio público desde este lunes era obligado, porque el 21 de noviembre se extinguió la concesión a la entidad El Mobiliario Urbano, SLU (JCDecaux). Vencida la concesión, ha decidido no sacar una nueva a concurso y privatizar el servicio. Preguntado por los motivos para liquidar el sistema público, el Consistorio de Málaga no ha respondido.
El anuncio del fin del servicio Málagabici sorprendió incluso a la principal asociación de usuarios de bicicletas de la ciudad, cuyo presidente se enteró el sábado, a pesar de que el día previo había participado como vocal en el Consejo de Administración de la Empresa Municipal de Transportes, hasta ahora titular del servicio. “Nos ha dejado helados. No esperábamos que acabaran con el sistema público con premeditación y alevosía”, critica José Luis Martín, presidente de Ruedas Redondas.
Un precio mucho más caro
A partir de ahora, Málaga ofrecerá una fórmula similar al alquiler de patinetes, que genera desde hace años una notable controversia por el uso en zonas peatonales o el abandono de vehículos en las aceras.
El argumento del Ayuntamiento es que esta fórmula da mayor “flexibilidad” a los usuarios. Ya no hará falta anclar las bicis a unos estacionamientos predeterminados. Las nuevas bicis amanecerán junto a algunas estaciones de MálagaBici y junto a los aparcamientos de patinetes, según el Consistorio, que no ha respondido si va a penalizar a las empresas que abandonen sus bicicletas en el espacio público.
Las bicicletas serán “de la última tecnología existente en el mercado”. Para poder utilizarlas será necesario descargarse la aplicación de la empresa en cuestión y darse de alta.
Pero este nuevo sistema es, por ahora, mucho más caro. Dott, que ha empezado a prestar el nuevo servicio este mismo lunes, ya tiene un servicio similar con patinetes, y ofrece ahora bicis por el mismo precio: 0,29 euros por minuto. Por 4,99 se puede adquirir un bono diario, y por 29,99 un bono mensual, que se pueden usar indistintamente para patinetes y bicis.
El precio por minuto es 17 veces más caro que el servicio público de bicicletas extinguido, cuya primera media hora era gratuita y tarificaba los siguientes tramos a 50 céntimos por cada media hora (1,66 céntimos por minuto), con un máximo de tres horas. Además, había que suscribir un seguro obligatorio anual por diez euros.
El Ayuntamiento no ha respondido a la pregunta de qué requisitos se van a exigir a las empresas, y de si estas van a operar bajo concesión, contrato o licencia municipal. Tampoco a si ha valorado establecer un límite de precios.
“Las empresas no van a dar un servicio público”
El presidente de Ruedas Redondas cree que los precios alejarán de la bicicleta a una buena parte de la población. Por ejemplo, pensionistas que usaban la primera media hora gratuita para hacer ejercicio a diario y que ahora deberían pagar al menos 4,99 al día y, además, descargarse una app. “El sistema público cumplía esa función social. No todo el mundo está en la brecha tecnológica”.
El nuevo sistema parece más conveniente al turista que quiere desplazarse en bicicleta durante los días que dura su visita que al ciudadano malagueño, que hasta ahora podía usar alternativamente la bicicleta para alguno de sus desplazamientos por la ciudad, sin verse limitado por el precio ni obligado a usar siempre la bici para rentabilizar un bono.
Ruedas Redondas también denuncia el “oscurantismo” y la manera sorpresiva en que se ha anunciado la medida, a pesar de que se sabía cuándo vencía la concesión hasta ahora en vigor. “Nos ha extrañado mucho este movimiento de última hora. Es una mala noticia: las empresas que vengan no van a dar un servicio público puro y duro, sino a hacer negocio. Y si no renta, se irán”.
El sistema público de alquiler de bicicletas operaba en Málaga desde 2012 mediante una concesión a El Mobiliario Urbano, SLU (JCDecaux). En un primer momento, este servicio no se licitó en concurso público, sino que se adjudicó modificando el contrato de “instalación y explotación publicitaria de mobiliario urbano”. JCDecaux se comprometía a instalar un servicio de alquiler de bicis públicas y eso se consideraba un pago en especie del canon por explotar publicitariamente el mobiliario urbano. De esta forma, el canon a pagar en metálico por la empresa se reducía de 4,3 millones a 2,5 millones anuales. Esto fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por entender que debía licitarse un nuevo concurso, pero JCDecaux ha mantenido el servicio todos estos años.
De 50.000 usuarios a solo 2.000, según el Ayuntamiento
El Ayuntamiento argumenta que el sistema había quedado obsoleto, y que cada vez se usaba menos. En 2017 las bicicletas públicas registraban 3.200 desplazamientos diarios, anunciaba entonces el propio Ayuntamiento. De 50.000 usuarios anuales que llegó a registrar en su pico máximo había pasado a unos 2.000, que realizaban una media de 200 desplazamientos diarios, según las cifras del Consistorio.
Las bicicletas eran pesadas y debían anclarse en unos estacionamientos limitados. Nadie se hacía cargo de los recambios y el sistema entró pronto en decadencia. El Ayuntamiento también se excusa en que el alta y la renovación a través de la web eran demasiado complicados. Nunca se hizo demasiado por solventar estos problemas. “Empezó muy bien y ha acabado fatal”, admite José Luis Martín. Los propios vehículos han ido quedando inutilizables. La concesionaria se comprometió inicialmente a entregar 600 bicicletas y al mantenimiento y gestión integral del servicio, pero de todas las bicis que comenzaron, solo 285 han llegado al final.
La pandemia dio la puntilla: en lugar de fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte individual y seguro (como se hizo en ciudades como París), MálagaBici cerró durante tres meses. La aplicación de una nueva ordenanza que envía a las bicis a la calzada en cualquier circunstancia, aunque se trate de usuarios ancianos o niños y se trate devías abiertas al tráfico pesado, acabó de rematarlo, según la asociación.
“Cuando quieres eliminar un servicio con hacer que deje de funcionar…”, lamenta el presidente de Ruedas Redondas, que cree que podría haberse mantenido MálagaBici sacando a concurso una nueva concesión que solventara sus problemas. Cree también que el nuevo sistema puede poner en jaque a decenas de pequeñas empresas que alquilan bicicletas a turistas.
Ahora, al entrar a la web MálagaBici se informa de que el servicio ya no está operativo. En teoría, desde el 1 de diciembre podrán recuperar su dinero a través de la web o en una oficina en la Estación de Autobuses, previa cita. El sistema público de alquiler de bicis en Málaga ya es historia.