La Fiscalía de Málaga ha decidido investigar si la cementera que explota la cantera de La Araña, al este de la capital, ha cometido delitos contra el patrimonio histórico, después de que este año se descubriese accidentalmente una cavidad, denominada La Maravilla Blanca, en un paraje de naturaleza kárstica. El fiscal delegado para delitos contra el Medio Ambiente quiere investigar si la cementera FYM-Heidelberg ha afectado a la cueva recién descubierta y a otros bienes patrimoniales ya catalogados con la realización de “voladuras de gran calibre” entre julio y septiembre de este año.
El fiscal, que da así trámite a una denuncia presentada por Izquierda Unida, ha encargado al Seprona que investigue si se han producido estas voladuras y si han afectado a la cueva, sobre la que en teoría había quedado paralizada toda actividad extractiva desde el pasado 26 de junio, según aseguró en su día Patricia Navarro, delegada de la Junta de Andalucía en Málaga. Además, el fiscal quiere saber si ha sido afectado el entorno de la Cueva Navarro IV, ya protegida como Bien de Interés Cultural.
Este medio no ha podido recabar las valoraciones de la cementera a pesar de intentarlo reiteradamente por diferentes vías.
Comunicación tardía a Cultura
La cueva fue descubierta casualmente el pasado abril en la explotación cementera de FYM-Heidelberg en La Araña. Desde el principio cundió la sospecha de que la empresa ocultó su hallazgo para proteger la actividad extractiva. Así, hasta mediados de agosto no se conoció de su existencia, gracias a la difusión anónima de unas imágenes que mostraban una cavidad blanca con gran cantidad de formaciones geológicas.
Se supo entonces que una denuncia, también anónima, había comunicado el hallazgo de la cueva a la Delegación Territorial de Medio Ambiente el 22 de junio, tiempo después de que se localizara. Según IU, a pesar de que la cavidad está en el entorno de la Cueva Navarro IV (protegida como BIC), la cementera no comunicó nada hasta después de la denuncia anónima.
Técnicos de la Delegación de Cultura inspeccionaron entonces la cantera y confirmaron la existencia de “una cavidad interesante con valor geológico”. Decidieron activar el protocolo de detección e investigación para un análisis técnico en profundidad de la cueva por parte de especialistas, y paralizar la actividad extractiva para evitar dañarla. Pero nada se sabe aún del informe técnico, encargado y pagado por parte de la propia cementera, y la teórica paralización es, cuando menos, dudosa.
Desde esa fecha se han sucedido denuncias vecinales de la continuación de explosiones y voladuras que podrían estar afectando a la cueva. Este medio publicó que el 10 de agosto se escucharon detonaciones. En su denuncia, IU añade que las explosiones se repitieron el 2 y el 10 de septiembre. “Todo el verano se han sucedido las explosiones y ha seguido la actividad”, apunta Remedios Ramos, portavoz de la confluencia de IU y Podemos en el Ayuntamiento de Málaga. Además, El Observador ha publicado imágenes que sugieren que la empresa ha cegado la entrada a la cueva.
La Delegación, por su parte, siempre ha mantenido que la actividad minera paró el 26 de junio.
Cercanía a una cueva protegida con la que podría tener relación
La nueva cavidad está integrada en un complejo kárstico y está a menos de un kilómetro de la Cueva Navarro IV, Declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985. Esta última alberga diferentes expresiones de arte rupestre en varias de sus salas. Los científicos han localizado 149 elementos, entre zoomorfos e ideomorfos, en rojo y negro, aplicados manualmente y con alguna herramienta de punta estrecha similar a un pincel. Creen que era un santuario de los grupos que habitaban en el conjunto de cuevas y abrigos del Complejo del Humo, en los que han aparecido restos materiales del periodo Solutrense.
La Cueva Navarro IV apareció también a consecuencia de la actividad minera. La rápida intervención permitió que se protegiera antes de acabar convirtiéndose en sacos de cemento. Una vez documentadas las pinturas y culminados los trabajos de topografía, se taponó la boca en la cantera y las distintas gateras, para evitar que las entradas incontroladas y cambios en el microclima las alteraran. La zona quedó protegida en su integridad como BIC.
IU cree que todo el conjunto, denominado Complejo del Humo, documenta la transición entre el hombre de Neandertal y el de Cromañón, y que contiene indicios de vida prehistórica que abarcan al menos 150.000 años. Dada la cercanía entre la cueva recién descubierta y la Cueva Navarro IV, defiende que no se puede tratar como un hallazgo aislado, sino que su protección debe ponerse en relación con los bienes patrimoniales protegidos del entorno.
Además, defiende su interés geológico per se: “Cuenta con pilares cincelados por el agua y el paso del tiempo, techos en forma de bóveda, además de estalactitas y estalagmitas de gran tamaño y un color blanco brillante”.
Todas estas valoraciones cuentan con un hándicap: se realizan sobre la base de las fotos filtradas porque no se conoce aún el informe técnico encargado por la empresa. De momento, no se ha permitido el acceso a entidades como la Federación Andaluza de Espeleología, que se ofreció a acceder y documentar la cueva sin coste alguno.