Muros, concertinas y policías con porras: así viven los migrantes en la cárcel improvisada por el Gobierno como CIE
Muros altos, concertinas, 'rastrillos' de paso. Primero fue Algeciras (Cádiz), donde una antigua cárcel fue convertida en Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE). Ahora ha sido un centro penitenciario aún por inaugurar (Málaga II, en Archidona) el que ha servido como improvisado lugar para acoger a medio millar de inmigrantes llegados el pasado fin de semana a las costas españolas. ¿Cómo es el sitio en el que les ha recibido el Gobierno español y en qué condiciones se encuentran? A falta de testimonios directos (muchos aún no han recuperado sus efectos personales), los primeros visitantes de la cárcel-CIE hablan de un régimen de seguridad más allá de lo que realmente es, un centro penitenciario.
Pese a que hace menos de un año el ministro Zoido decía que los CIE no tenían “carácter penitenciario”, el hecho consumado por Interior y denunciado ya ante el Defensor del Pueblo Español por organizaciones sociales, criticado también duramente desde PSOE, Podemos e IU en Andalucía, es “una improvisación de un centro que no está preparado para ser abierto ni para albergar a cerca de 500 personas”, según el abogado José Luis Rodríguez Candela, que ha podido visitar el lugar como miembro de la federación Andalucía Acoge.
Sin teléfono en las instalaciones con el que poder ejercitar su derecho de hacer una llamada para informar al exterior de su ingreso en el centro, como así prevé el reglamento. Sin máquina expendedora de tabaco ni de café. Algunos presentaban síntomas de ansiedad, según señala el letrado. “Personas bastante desorientadas que no comprendían la situación. Nos preguntaban si ellos estaban en prisión”, indica. El contexto era de “más rigidez” que en una cárcel.
“La situación también les había desbordado a los propios funcionarios”, le confesó el director accidental, quien le explicó que estaban tratando de solucionar todas esas circunstancias. “Es un centro absolutamente penitenciario, con toda la impronta penitenciaria que, aunque es evidente, no está de más recordarlo: muros altos, concertinas, 'rastrillos' para acceder a los diferentes sitios, etc. Un entorno que va más allá, básicamente porque se trata de centros diferentes, de lo que una jueza denunció en los CIE de Algeciras y Tarifa y sus condiciones más propias de un ”régimen carcelario“.
¿Quiénes se encargan en Archidona de la custodia de los inmigrantes? Aunque la previsión era que funcionarios de prisiones acudieran a su plaza a primeros de año, han sido agentes de la Policía Nacional, convocados de urgencia, los primeros en llegar. Según relata el abogado de Andalucía Acoge su aspecto es el de “asalto”, “con petos, rodilleras... como si estuvieran preparados para ir a una manifestación, como unos antidisturbios pero sin el casco, con sus porras colgadas”.
La forma de actuar de los migrantes “desorientados y sin entender su situación” también recuerda al lugar en el que Interior ha decidido alojarlos: “Todos iban con las manos detrás, sin esposar, con un tratamiento muy de seguridad, impropio de un CIE para extranjeros que no han cometido ningún hecho delictivo, y con mucha más rigidez que un centro penitenciario”, ha explicado Candela.
Respecto al desabastecimiento de agua potable denunciado por la propia alcaldesa de Archidona o el sindicato Acaip, fuentes del Ministerio señalaron que la red se está hiperclorando y que, por precaucación, a los inmigrantes se les está dando agua embotellada. Las fuentes aseguraron que el agua de la red es salubre y apta para el aseo personal de los internos.