La jueza del juzgado de instrucción 14 de Málaga envió a la Policía y a la secretaria judicial a las oficinas del Málaga CF este miércoles por la mañana. Allí, los agentes buscaron documentación sobre cómo se ha gestionado el Málaga en los últimos años. Trata de determinar si el catarí Abdullah Al Thani (el accionista mayoritario del club) ha menoscabado la solvencia económica del club en su propio beneficio. Se trata de saber si Al Thani y tres de sus hijos han cometido un delito de administración desleal del club, tal y como sostiene la asociación de pequeños accionistas (APA).
El juzgado abrió diligencias a comienzos de diciembre y, según apunta Antonio Aguilera, presidente de APA, la jueza ha hecho todo lo posible para conseguir información sin necesidad de enviar a la Policía. Sin embargo, las notificaciones y requerimientos se han topado sistemáticamente con el desdén de los responsables del club, según Aguilera: “La jueza ha hecho infinidad de gestiones para entregar citaciones, reclamar información y documentación en el único domicilio reconocido en España, que es La Rosaleda, y nadie nunca ha querido recoger nada”.
El último episodio tuvo lugar el martes, cuando el servicio de notificaciones intentó entregar las citaciones para que Al Thani y sus hijos comparezcan como investigados ante el juzgado el próximo 18 de febrero. Nadie las recogió. “Están haciendo todo lo posible para entorpecer la Justicia”, zanja Aguilera.
“La jueza ha llegado un punto que ha dicho ”hasta aquí hemos llegado“ y ha mandado a la Policía”, señala el representante de los querellantes.
Fuentes judiciales explican a eldiario.es/Andalucía que los agentes pretendían recabar “datos económicos” de utilidad para la investigación judicial, que de momento se acota a posibles delitos de administración desleal y apropiación indebida. No obstante, las mismas fuentes no descartan que, según se desarrollen las pesquisas, quepa también imputar un delito de blanqueo de capitales.
Un posible desvío de nueve millones de euros
El juzgado investiga desde diciembre si los Al Thani han incurrido en los presuntos delitos de administración desleal, apropiación indebida o imposición de acuerdos abusivos, tal y como recoge la querella, que cifra el perjuicio económico al Málaga CF (una sociedad anónima deportiva) en unos nueve millones de euros, a priori.
De ellos, según la querella, una parte se habría desviado mediante la concesión de 4,3 millones de euros de préstamos y créditos a entidades vinculadas a Al Thani o a sus propios familiares, cuyos vencimientos no estarían siendo cumplidos.
Otra parte correspondería a retribuciones irregulares percibidas por Al Thani y sus tres hijos, y que sumarían 4,3 millones de euros en tres temporadas. Según APA, los Estatutos del club no permiten el establecimiento de sueldos. “Sí pueden cobrar dietas por asistencia al Consejo de Administración, que en 2019 se reunió una sola vez”, apunta Aguilera.
Para comprobar el presunto desvío, la jueza necesita acceder a los contratos de los préstamos, los a estatutos oa los supuestos acuerdos que recogerían sus sueldos.
La inactividad del club alimenta las sospechas. El Málaga aún no ha presentado sus cuentas, aunque debían estar cerradas antes del 30 de junio y aprobadas en Junta de Accionistas antes del 31 de diciembre. La última cuenta fue cerrada a 30 de junio de 2018 y desde entonces pueden haber ocurrido muchas cosas, advierte Aguilera.
“Si los hijos destrozan un hotel, tendrán que pagarlo ellos”
A estas cantidades podrían añadirse, si llegara a demostrarse, otros gastos ajenos a la gestión del club. “Calculamos que en total pueden ser hasta 15 millones. Si los hijos se van a un hotel y lo destrozan, los 200.000 euros tendrán que pagarlos ellos y no el Málaga, ¿no?”, apunta Aguilera, haciendo referencia a un episodio que ha sido comidilla en las oficinas del Málaga CF, según confirma una fuente que colaboró profesionalmente con el Málaga CF.
La jueza investiga si los préstamos se han devuelto o no y si sirvieron para recoger cantidades dispuestas irregularmente. Podrían haber servido para incluir gastos como el alquiler de la casa de Al Thani en Benalmádena, el transporte de sus coches desde Cátar o viajes de amigos de sus hijos para ver partidos de fútbol. “Es como lo de las tarjetas black, pero a lo bestia”, apunta esta fuente.
Esta fuente, conocedora de los entresijos del club, apunta que el equipo de fútbol era un hobby para Al Thani y que, llegado un punto, empezó a tratarlo como quien se aburre de una afición: con “dejadez”.
El catarí se hizo con la propiedad de la mayoría de las acciones del Málaga CF en 2010. En sus primeros dos años el equipo incorporó estrellas rutilantes y disputó la Liga de Campeones, pero pronto perdió a sus mejores jugadores, sufrió un inexorable declive y acabó descendiendo a Segunda División, donde ahora pelea por no descender de categoría.
Rotas las relaciones de confianza con sus colaboradores, Al Thani fue prescindiendo sucesivamente de todos ellos y reforzando los poderes de su familia, situando a varios hijos en el Consejo de Administración. El último en llegar al club es Richard Shaheen, director general desde octubre, y a quienes los pequeños accionistas ven como una nueva herramienta para “defender sus intereses, no los del Málaga”.
De la rotonda en su honor a la querella en contra
En paralelo, la situación económica se ha agravado, hasta el punto de que sobre el club planea la posibilidad de sufrir un descenso administrativo y, al final del camino, la desaparición.
Mientras, Al Thani sigue batallando en los tribunales con Blue Bay para no perder el control del club. Perdió en primera instancia el pleito por la titularidad de casi la mitad de las acciones, pero ha decidido recurrir. Además, ha salvado con éxito la petición de medidas cautelares incorporada en la querella. Los pequeños accionistas pedían la intervención judicial del club, lo que le hubiese arrebatado el control.
No ha pasado tanto tiempo desde que el alcalde descubriera la placa de una rotonda en honor a Al Thani, ni de que el ayuntamiento cediera gratuitamente los terrenos públicos de Arraijanal a la Fundación del Málaga CF, presidida por él. El catarí, a quien en su día se tendió alfombra roja, es ahora poco menos que un proscrito que no pisa la ciudad. El propio consistorio se ha personado en la querella en su contra y trabaja para que abandone el club.
Contra viento y marea, aguantando la presión judicial y también la política, Al Thani sigue al frente, a miles de kilómetros de distancia. “No es tan fácil echarlos”, concluyen las fuentes. “Si los condenan penalmente no pisarán España, pero las acciones seguirán siendo suyas”.