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El conflicto en la Universidad de Málaga sube de tono: enfrentamientos por meter bocadillos para aguantar el encierro de las limpiadoras

Imagen de la Facultad de Derecho, el pasado viernes | N.C.

Néstor Cenizo

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El conflicto por la huelga de limpieza en la Universidad de Málaga subió este miércoles de intensidad, con un enfrentamiento físico que fue denunciado ante la Policía. Un vigilante de la Facultad de Derecho tiró al suelo y redujo con una llave a un trabajador en huelga que pretendía acceder al interior del centro. Asegura que quería entrar para llevar bocadillos y agua a las trabajadoras, que están encerradas en la facultad desde el lunes. El hombre sufre dolor en el cuello y “lumbalgia postraumática”, y ha denunciado los hechos ante la Policía Nacional.

Del incidente circula un vídeo que muestra a Gustavo Moreno, que tiene 44 años y trabaja limpiando la universidad desde hace 25, en el exterior de la Facultad de Derecho junto a decenas de personas. Cuatro vigilantes de seguridad impiden el paso al interior, pero una mujer intenta introducir algo. Los vigilantes se lo impiden y, en la confusión, Moreno logra entrar. Inmediatamente lo tiran y lo inmovilizan con una llave, hasta que las limpiadoras del interior lo liberan. “Parece una exageración, pero me estaba ahogando”, explica Moreno.

“Sólo queríamos que tuvieran agua y un bocadillo que comerse. Nos lo han impedido por orden de los de arriba”, explica el hombre. Después del incidente fue al hospital, de donde salió con un parte médico (donde se diagnostica “cervicalgia y lumbalgia postraumática”), e interpuso una denuncia ante la Policía Nacional.

La UMA calificó este episodio de “forcejeo” y acusó a quienes protestaban de intentar acceder “de manera no identificada y violenta al centro”. “La Universidad de Málaga lamenta haberse convertido en escenario de estos hechos rechazables, insertos en un conflicto laboral donde la Universidad se ve perjudicada”, señaló la institución.

Además, anunció que se había acordado que el Decano de Derecho “pueda suspender temporalmente las actividades docentes” y disminuir los servicios de la Facultad, “ante la imposibilidad de poder realizar la actividad académica en condiciones normales”.

Las trabajadoras denuncian que les impiden ir a los baños

La entrada a los centros de la UMA está restringida desde la semana pasada. Se han cerrado accesos secundarios y los vigilantes piden el carné universitario para entrar al centro. Pese a ello, desde el lunes hay un encierro de limpiadoras en Derecho, de donde no pueden salir. Moreno y las decenas de trabajadoras del exterior pretendían llevar víveres a las compañeras encerradas. Según Moreno y otras dos limpiadoras presentes en ese momento, los vigilantes desparramaron los víveres y las botellas.

“Es un boicot en toda regla”, protesta María José Romero, integrante del comité de huelga. Ella está encerrada desde el lunes. Hasta ahora, son los alumnos los que las han ayudado, porque no pueden acceder a la cafetería. Según denuncia, por la tarde han cerrado los baños y sólo han dejado uno abierto en el piso superior.

“Lo único que quieren es que abandonemos la Facultad de Derecho. Se supone que aquí se tiene que defender el derecho a la huelga, y se nos está pisoteando y dando un trato denigrante. La gente en la cárcel tiene agua, comida y un baño”, protesta Romero.

A última hora de la tarde del miércoles, otras trabajadoras esperaban fuera y tenían, según dijeron, intención de acampar para solidarizarse con las encerradas.

“Somos limpiadoras pidiendo un derecho”

Las trabajadoras de limpieza de la Universidad de Málaga, empleadas de las tres empresas adjudicatarias del servicio están en huelga desde hace diez días. Son unos 450, la mayoría mujeres. Muchas llevan décadas limpiando la universidad, subrogándose con las diferentes contratistas. Las últimas, OHL, Fissa y Clece, a cambio de un montante total de 17 millones de euros.

La principal demanda de las trabajadoras es unificar el convenio: es decir, que a todas se les apliquen las mismas condiciones, con independencia de en qué empresa trabajen. También quieren equiparar sus condiciones a las del Grupo IV de Auxiliares Administrativos.

“Somos limpiadoras que estamos pidiendo un derecho, que se sienten y dialoguen, que tengamos un convenio justo para todas”. Hasta ahora, la UMA rechaza reunirse con ellas. Alega que se trata de “trabajadores externos”. Además, desde hace días la UMA está denunciando la “actitud violenta” de los piquetes.

Ellas niegan haber cometido actos vandálicos. “Lo que hay es suciedad, que se arregla limpiando. No hay nada roto. Es verdad que hay tapaderas rotas, pero que llevan años así”, señala Romero. Desde el jueves se prestan servicios mínimos, y no tiene sentido romper o atorar los retretes para que otra compañera lo solucione, razona.

Según anunció el rector, la universidad ya ha puesto una denuncia “por daños, coacciones y actos vandálicos en propiedad ajena, así como creación de alarma higiénico sanitaria”, por coincidir con el inicio de la crisis del coronavirus.

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