Andalucía afronta esta medianoche el arranque de campaña de las undécimas elecciones autonómicas en democracia, en las que están llamados a votar 6,5 millones de andaluces el próximo 2 de diciembre (242.820 residen en el extranjero). Andalucía es una comunidad con un 24% de paro, casi diez puntos por encima de la media. Además entra en campaña electoral mientras están sentados en el banquillo de un tribunal dos ex presidentes -Manuel Chaves y José Antonio Griñán- que han gobernado 23 años esta región, acusados de malversación y prevaricación en el fraude de los ERE. Y en los últimos años ha visto cómo miles de médicos, enfermeros y pacientes salían masivamente a las calles a protestar por el deterioro progresivo de la sanidad pública, “la joya de la corona” de la Junta. Estos tres factores -paro, corrupción y sanidad- forman los tres principales motivos de preocupación de los andaluces, según el último barómetro del CIS.
Andalucía es la región más poblada del país, con 8,4 millones de habitantes, pero no es la que cuenta con el Parlamento más extenso: en estos comicios los partidos pugnan por 109 escaños repartidos por las ocho provincias. PSOE, PP y la coalición Adelante Andalucía (Podemos e IU) tienen ahora representación en todas; Ciudadanos en todas, excepto en Jaén. Los socialistas cuentan con 47 escaños; los populares 33; Podemos e IU suman juntos 20 y la formación naranja logró nueve. La mayoría absoluta está en 55 diputados, pero todos los sondeos prevén que el Parlamento siga fragmentado, que el bipartidismo siga muerto, y que el próximo Gobierno sea en minoría o en coalición de partidos.
Voto urbano y voto rural
Sevilla, Málaga y Cádiz son las circunscripciones con más diputados en juego (18, 17 y 15 respectivamente) y, por tanto, las más disputadas por los partidos. En ellas se concentrará gran parte de la actividad de campaña de los candidatos, y también de los líderes nacionales que interpretan las andaluzas como “una primera vuelta de las generales”, en palabras del líder del PP, Pablo Casado. Jaén y Huelva son las provincias menos pobladas -11 escaños en juego en cada una-, y donde el coste de obtener representación es mayor para los partidos más pequeños. Les siguen Almería y Córdoba, con 12 diputados en liza cada una. En las elecciones de 2015, Podemos logró arañar un diputado en Jaén con 39.624 votos. Al PSOE le costó 25.500 papeletas un escaño (obtuvo seis) y al PP 26.000 (logró cuatro). Cs recaudó más de 21.000 votos, pero no consiguió representación.
El previsible ascenso de Ciudadanos y la coalición formada por Podemos e IU permiten a los antaño partidos emergentes ser más competitivos en estas provincias que hace tres años. La concentración del voto les ayuda arañar diputados en circunscripciones donde se quedaron cerca, pero perdieron frente a la robustez del bipartidismo PSOE-PP. Los últimos escaños de Jaén, Córdoba, Huelva y Cádiz se decidieron en 2015 por un puñado de papeletas.
Estos cálculos han pasado ya por la cabeza de los coordinadores de campaña antes de diseñar la ruta por Andalucía que harán sus candidatos los próximos 15 días. Susana Díaz (PSOE) empieza esta noche en Granada y cierra campaña en Sevilla. Juanma Moreno (PP) y Juan Marín (Ciudadanos) abren en Málaga y clausuran en la capital andaluza, un paralelismo que retrata la particular lucha de las derechas en estos comicios por la hegemonía del voto conservador. Por último, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo (Adelante Andalucía) empiezan en Sevilla y terminan en Málaga. El 60% de los votos se concentra en las capitales y en las ciudades de más de 100.000 habitantes, la mayoría de ellas en la costa. En esta franja compiten todos los partidos, algunos casi de forma exclusiva, como Ciudadanos y Podemos, con escasos apoyos en el mundo rural. En los pueblos del interior, donde el PSOE siempre ha ostentado casi un monopolio, se distribuye el otro 40% de votos.
No obstante, la estrategia electoral y la ruta de campaña de cada candidato está condicionada a un dato clave: la participación, que no ha sido estimado en la última encuesta del CIS. El adelanto electoral de 2015 en Andalucía, que supuso el estreno de Podemos y Ciudadanos (y de Susana Díaz como candidata), movilizó al 63,94% del electorado.
Los indecisos y la campaña
Los partidos se lanzan esta noche a la carretera para convencer al 26,6% de indecisos que, según el CIS, serán decisivos en estos comicios. Los populares, posiblemente los que más necesitan esta campaña, manejan estudios que hablan de un 20% de indecisos en las dos semanas previas a la votación, y hasta un 5% el mismo día de las urnas. “Con ese margen puede pasar cualquier cosa”, avisan.
El sondeo publicado al borde del inicio de campaña ha inyectado adrenalina al PSOE, que se reafirma como primera fuerza; a Adelante Andalucía, que se coloca en segundo lugar; y a Cs, que es la fuerza que más crece, triplicando su representación actual. El PP aparece devastado en el barómetro (13 escaños menos) y ha preferido denunciar la “cocina” del presidente del CIS, el socialista José Félix Tezanos, subrayando que su vaticinio beneficia al PSOE y a su aliado preferente actual, Podemos.
El cambio de modelo de cálculo en la estimación de voto del CIS ha generado mucha controversia entre los expertos, pero esta encuesta (con casi 5.000 entrevistas) también confirma la tendencia de todos los sondeos anteriores: el PSOE de Susana Díaz gana en todos los vaticinios publicados, y en este último, aumenta incluso su porcentaje de votos respecto a 2015 (del 35,4 al 37,4%). De ser así, los socialistas andaluces caminan hacia los 40 años ininterrumpidos de Gobierno y se erigen en una de las formaciones políticas de Europa más impermeables al fracaso electoral en cuatro décadas.