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Moreno da un golpe de autoridad para apuntalar el liderazgo de Feijóo: “Somos el 20% de los votos del PP en España”

Daniel Cela

24 de julio de 2023 22:07 h

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A las 00.23 horas del lunes, mientras el discurso de vencedor vencido de Alberto Núñez Feijóo era interrumpido por los gritos de “Ayuso, Ayuso” que coreaba la congregación de simpatizantes a las puertas de la sede nacional del PP, el presidente de la Junta de Andalucía y barón de barones, Juan Manuel Moreno, se apresuró a publicar un mensaje en su cuenta de Twitter para dejar meridianamente claro a sus compañeros cuál es la dirección que debe tomar el partido tras la victoria amarga del 23J:

“El PP ha ganado hoy las elecciones generales y ha sido gracias a Feijóo. Hace 15 meses cogió un partido con 89 diputados y hoy lo ha convertido en la opción preferida de los españoles. Feijóo debe convertirse en el presidente del Gobierno”. Moreno percibe un debilitamiento de la figura del presidente nacional del PP, al quedar muy por debajo de las expectativas que su propio partido se había creído al pie de la letra, y tener muy difícil la gobernabilidad que daban por hecho. El mensaje es un ancla en el suelo para que el barco popular no zozobre como ocurrió con la última crisis de liderazgo de Pablo Casado.

El PP de Moreno ganó el domingo las terceras elecciones consecutivas en año y medio en Andalucía, un fuero histórico del PSOE que se ha convertido en el principal granero de votos de los populares en España. “Somos el 20% de los votos del PP en el conjunto del país”, subrayaba este lunes el secretario general del partido, Antonio Repullo, mientras empezaban a agitarse las aguas subterráneas dentro del PP por un resultado muy inferior al esperado.

Moreno clavó el domingo el mismo resultado que le dio la mayoría absoluta en las autonómicas de 2022 -1,58 millones de votos-, consolidando el techo electoral del PP en una comunidad que estuvo 37 años ininterrumpidos gobernada por el PSOE. El PP andaluz es hoy lo que el PSOE andaluz fue en sus mejores tiempos para el socialismo en España: soporte electoral, pero también referente de estabilidad política y centralidad para Feijóo.

Cuando Moreno publica su mensaje de cierre de filas con el líder de su partido, pasada la medianoche del lunes, lleva consigo su hoja de servicios en las elecciones autonómicas del 22, las municipales de mayo y el resultado del domingo: el PP andaluz es el que más diputados aporta al equipo de Feijóo al Congreso -25 frente a los 15 de Madrid-. Son diez más que en 2019, porque fagocita por completo lo que quedaba de Ciudadanos (346.000 votos y tres escaños en 2019), pero también a costa de Vox, que retrocede tres, y a costa del PSOE, que pierde cuatro escaños, aunque aumenta en porcentaje de votos.

Esa es la fórmula que Moreno ha puesto al servicio de Feijóo y que el gallego no se ha cansado de repetir en campaña, movido por la esperanza de alcanzar la misma “mayoría suficiente” para gobernar sin Vox: la vía de la moderación para concentrar el voto útil en el PP, y desactivar así a la ultraderecha. En Andalucía funcionó, en España no.

“Nos ha faltado cautela”

Un dirigente del PP andaluz, con predicamento en Madrid, admite una lista de tropiezos de última hora en la campaña: “nos ha faltado ser más cautelosos y no vender la piel del oso antes de cazarla; nos ha sobrado el ruido de los pactos de Gobierno con Vox en comunidades y ayuntamientos, eso nos ha alejado de la centralidad y ahí perdimos el voto moderado de descontentos con Sánchez, que fue capital para lograr la absoluta en Andalucía”.

El PP ganó las elecciones generales con un resultado muy inferior al que previeron y difundieron entre los suyos y entre los periodistas que han seguido su campaña, dopados por las altas expectativas que señalaron erróneamente las encuestas. Tampoco el PP andaluz, pese a su buen resultado, logró alcanzar la cota que se había marcado: 30 diputados en Andalucía, que envía 61 al Congreso.

Los populares partían de 15 en las generales de 2019 y han obtenido 25, diez más. “La posibilidad de llegar a 30 la barajamos en un escenario de 152 escaños del PP en toda España y mayoría absoluta con Vox para gobernar”, admiten fuentes del partido. Los populares han obtenido 136 diputados.

El PP estaba en shock la noche electoral, ante la posibilidad de que su victoria -por 300.000 votos sobre el PSOE- sea inútil por la dificultad de sumar acuerdos con el resto de fuerzas del arco parlamentario. Feijóo no suma con Vox, pero Pedro Sánchez puede reeditar su Gobierno de coalición si logra el apoyo en la investidura de sus aliados en la pasada legislatura.

El mayor escollo es Junts, el partido de Carles Puigdemont -líder independentista prófugo de la Justicia- que en la misma noche electoral ya puso sobre la mesa dos imponderables para la negociación con el PSOE de difícil encaje legal y político: un referéndum de autodeterminación en Cataluña y la amnistía de los dirigentes soberanistas condenados por los tribunales.

En el último año, con más énfasis durante los procesos electorales que ha habido, este escenario de dependencia del Gobierno de Sánchez con el independentismo catalán ha alimentado el discurso de Feijóo y su campaña para las generales. “Pero eso fue ayer y no ha funcionado como esperábamos”, dice un dirigente provincial andaluz. El escenario se repite ahora tras la victoria del PP en las generales, con estrecho margen de maniobra para impedirlo. “¿De qué sirve seguir repitiendo lo de Puigdemont y Sánchez después del 23J?”, se lamenta la fuente consultada.

Resultado “incapacitante”

La frustración por el resultado “incapacitante” se apoderó del PP andaluz en las primeras 24 horas posteriores a conocerse el resultado del domingo. Pero Moreno había hablado esa noche con Feijóo por teléfono y la reacción del presidente andaluz fue inmediata, rápida y fulminante. Su mensaje en Twitter, que horas después repetiría en Madrid antes de reunirse con la cúpula directiva del partido, era un golpe de autoridad, avalado por sus tres victorias electorales consecutivas en el último año y medio.

“No es un mensaje preventivo para desactivar ningún movimiento crítico” u hostil contra Feijóo, explican fuentes de la dirección regional. Nadie está en eso ahora, pero el PP de Andalucía sí vio necesario dar una señal clara de autoridad y posicionarse nítidamente a favor del líder nacional, mientras en la puerta de Génova interrumpían su discurso de vencedor al grito de “Ayuso, Ayuso” y la presidenta madrileña, a su lado en el balcón de la sede del PP, se encogía de hombros con media sonrisa.

Moreno Bonilla es el barón territorial con más autoridad dentro del PP y el más claramente alineado con Feijóo, cuya guardia de corps cuenta con dos ex miembros del Gobierno andaluz: Elías Bendodo y Juan Bravo. En el Palacio de San Telmo -sede de la Junta de Andalucía- son conscientes de que Moreno ejerce de contrapeso al PP de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, a quien también avalan los resultados electorales, y cuya fórmula para lograr la mayoría absoluta es diametralmente opuesta a la vía andaluza. “Ayuso se come a Vox haciendo de Vox”, dice un consejero andaluz.

El presidente andaluz jugó un papel crucial para que Feijóo diera el paso de dirigir el PP nacional, tras la expulsión forzosa de Pablo Casado, y el domingo cerró filas con el gallego para apuntalar su liderazgo tras un resultado electoral “frustrante, que nadie esperaba”. A Moreno le preocupa que la imposibilidad de formar gobierno, o incluso el escenario de una repetición electoral, reavive las turbulencias dentro de su partido que terminaron con la aniquilación de Casado.

Aquella espita la abrió Díaz Ayuso, en un pulso crucial con el expresidente de los populares, y secundada en cascada por el resto de barones territoriales, incluido Moreno. “La situación no es la misma ahora, pero que la presidenta madrileña y su entorno tienen aspiraciones más allá de su territorio no es un secreto”, dice un dirigente del PP-A.

El presidente andaluz no es sólo amigo y persona de confianza de Feijóo, también tiene mucha prelación con otros líderes territoriales y dirigentes históricos del partido que, directa e indirectamente, le señalan como relevo del gallego en caso de que no logre llegar a Moncloa. Hay un paisaje de fondo dentro del PP que vislumbra un pulso entre Díaz Ayuso y Moreno por tomar las riendas del partido, con dos direcciones y estilos de hacer política muy distintos.

El andaluz rehúye situarse en ese escenario, porque ha prometido que ésta será su última legislatura y que en tres años abandonará la política activa para dedicarse a la empresa privada. Pero Moreno es un hombre de partido.

Los dos PP

Los dos PP, el madrileño y el andaluz, estaban llamados a convivir dentro del partido bajo un hipotético Gobierno de Feijóo en España, pero el resultado del domingo abre un escenario de incertidumbre y susceptibilidades. Algunos han empezado a buscar responsabilidades sobre los errores en campaña, otros han fijado una posición de defensa y estabilidad para que el partido no se escore y naufrague en cuitas internas cuando “ni siquiera está claro que Sánchez logre la investidura”.

La reacción inmediata de Moreno ha sido atajar cualquier atisbo de crítica interna y focalizar todos los esfuerzos a “exprimir todas las opciones para gobernar España”. “Igual tenemos una segunda oportunidad en diciembre y la apuesta sigue siendo Feijóo”, concluyen las fuentes consultadas.