Moreno tumba el plan del PSOE para reforzar el Estatuto andaluz con la excusa de que distrae sobre la amnistía al procés
El Parlamento andaluz, con la mayoría sólida de PP y Vox [73 de 109 votos], ha dado un portazo a la propuesta socialista de reabrir el debate sobre el Estatuto de Autonomía y el alcance del autogobierno de Andalucía, porque ambas formaciones consideraban una maniobra de distracción del PSOE para no posicionarse sobre la hipótesis de una amnistía a los responsables del órdago secesionista catalán de 2017. En paralelo, la Cámara andaluza ha mostrado “su más firme rechazo a cualquier tipo de amnistía o indulto”, de nuevo con los votos de las derechas, y la ausencia de los grupos de izquierdas.
PP y Vox han tumbado este jueves la propuesta del PSOE para crear un grupo de trabajo en el Parlamento que “evalúe, profundice y mejore” el Estatuto andaluz y la capacidad de autogobierno de la Junta, 16 años después de la última reforma de una Ley Orgánica que contó con el voto unánime de todas las fuerzas parlamentarias de entonces (PSOE, PP e IU).
El partido ultraderechista ha votado en contra porque su ideario rechaza de plano el propio Estado autonómico; el PP de Juan Manuel Moreno, en cambio, se ha presentado como el gran valedor del autogobierno andaluz y la igualdad de derechos de todos los territorios, y ha votado en contra porque niega al PSOE andaluz la legitimidad de defender más autonomía, mientras su líder, Pedro Sánchez, “negocia privilegios, amnistía y un referéndum de autodeterminación” con el independentismo catalán.
“A más Sánchez, menos autonomía. Esa ecuación es imposible de resolver”, ha espetado el presidente de la Junta al jefe de la oposición, el socialista Juan Espadas, antes incluso de que empezase el debate sobre la propuesta del PSOE. Espadas ha querido darle máxima relevancia a su iniciativa subiendo él mismo a la tribuna a defenderla, con un discurso propositivo para atraer al PP, pero también duro y crítico con la gestión de Moreno. “Tenemos un Estatuto de primera y un Gobierno andaluz de segunda”, ha recalcado.
Pero el presidente andaluz no le concedió ese estatus. Moreno no ha estado presente en el salón plenario durante el debate, negándole a su rival la pátina de importancia que pretendía darle a su iniciativa. Con todo, el dirigente popular dejó claro su rechazo a la revisión del Estatuto andaluz una hora antes, en el cara a cara con Espadas, en el que ha presentado la propuesta socialista de profundizar en el autogobierno como una suerte de “cortina de humo” para tapar la negociación para la investidura de Sánchez con los independentistas catalanes y vascos. “¿Bildu va a mirar por los andaluces? ¿Y ERC? Con las barbaridades que han dicho de nosotros”, se ha preguntado.
“Un puñetero sillón”
Moreno, como viene haciendo desde hace un mes, da por sentado que habrá amnistía para los líderes que impulsaron el procés catalán y ha vuelto a apelar a los principios del PSOE, con un discurso muy duro que dejaba patente la imposibilidad de entendimiento entre las dos grandes fuerzas en este momento: “Es una respuesta política por necesidad de un puñetero sillón”, ha dicho en referencia a la hipotética amnistía. “¿Es que no hay nadie en el PSOE que diga hasta aquí? Por encima de Sánchez está la dignidad de Andalucía, de España y del propio PSOE”, ha clamado, poniendo en pie a toda la bancada popular.
El Parlamento andaluz ha visto pasar dos debates diferentes que se han solapado desde el principio, anulándose mutuamente. La propuesta socialista de reforzar el Estatuto andaluz se ha estrellado de bruces con la iniciativa del PP para condenar “la amnistía o indultos que quebranten la organización territorial de España y la unidad nacional”.
La dirección nacional del partido ha trasladado esta moción, este debate, a todas las cámaras autonómicas y ayuntamientos del país, para retratar a los socialistas e incrementar la presión interna en el PSOE, donde muchas voces mascullan en privado contra la posibilidad de una amnistía. Es el mismo leit motiv del discurso de investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, tumbada por la mayoría absoluta del Congreso el miércoles. “Le tiran un misil al Estatuto andaluz y ahora nos piden a los demás que profundicemos en él. Llévenle ese papelito a Pedro Sánchez”, ha dicho el portavoz parlamentario del PP, Toni Martín, en referencia a la proposición socialista.
Espadas ha subido solo a la tribuna sin su interlocutor directo, el presidente andaluz, pero también sin gran parte de la bancada con los 58 diputados populares, que sufrió una estampida durante el debate. Sólo dos miembros del Gobierno andaluz se quedaron a escucharle. El PSOE defendía que este Pleno, por esta misma propuesta, debía ser “el más importante de la legislatura”.
Su secretario general proponía crear una ponencia de estudio en la comisión de Desarrollo Estatutario, es decir, la creación de un grupo de trabajo integrado por todos los partidos que elabore un informe para evaluar “tanto el despliegue de las competencias” autonómicas como “el ejercicio de las mismas” por parte de la Junta en los últimos 16 años -11 bajo gobiernos socialistas y los últimos cinco del PP-, “así como posibles propuestas y líneas de desarrollo para profundizar al máximo en la capacidad de autogobierno de la comunidad”. El instrumento elegido es el mismo que se usó para la reforma del Estatuto de 2007, que fue aprobada por unanimidad de todas las fuerzas de entonces (PSOE, PP e IU).
Reproches a los 37 años de gobiernos del PSOE
Espadas, arropado por todos sus diputados, y con un rictus casi presidencial, ha enarbolado un discurso con muchas referencias a la lucha autonomista -las movilizaciones de los andaluces del 77, el referéndum del Estatuto de 1980 y la reforma de la misma ley orgánica de 2007- para recordar que “el papel de Andalucía siempre ha sido reequilibrar el modelo territorial e impedir que haya comunidades de primera y de segunda”. Una expresión heredada de Rafael Escuredo, primer presidente de la Junta, y que había citado minutos antes el propio Moreno para demonizar las alianzas y pactos “secretos” de Sánchez con los independentistas catalanes.
Ambos están de acuerdo y no logran entenderse. Espadas pide que Andalucía “lidere el debate territorial”, que en realidad han reabierto en canal los PNV, Junts y ERC, conscientes de sus votos decisivos en la investidura de Pedro Sánchez. Moreno, desde una confrontación más crítica, dice lo mismo que su rival, pero desacredita el papel que está jugando el PSOE andaluz y su “falta de voz propia” frente a las exigencias de los partidos catalanes y vascos. “Una amnistía es el mayor ataque al orden constitucional. ¡No abandonen la Constitución!”, le había espetado Moreno a los socialistas.
Espadas ha contado con los votos -insuficientes- de los grupos a su izquierda, aunque también ha encajado reproches de quienes piensan que el PSOE es el principal responsable de que el autogobierno andaluz no se haya explotado al máximo. La portavoz del grupo mixto Adelante Andalucía, Maribel Mora, le ha preguntado “por qué no han analizado los sucesivos incumplimientos del Estatuto de Autonomía durante los 37 años que ha gobernado el PSOE esta tierra”. “Ustedes han dejado languidecer nuestras instituciones. Les falta credibilidad. Esto parece un acto de cinismo que hacen para buscar hueco en la actual coyuntura política. La Junta, con ustedes y ahora con Moreno, siempre ha usado a Andalucía como ariete contra el Gobierno central”, ha espetado Mora.
Esperanza Gómez, diputada de Por Andalucía, ha acogido la propuesta de Espadas desde el principio, haciendo suyo el debate de revisión estatutaria que planteaban los socialistas. “Nuestro Estatuto no sólo no está obsoleto, está por desarrollar. Fue muy ambicioso, pero quizá ha faltado la misma ambición para desarrollarlo”, avisó. Sin hacer ninguna mención al contexto político nacional, ni a las reivindicaciones que han puesto sobre la mesa los partidos catalanistas y vascos, Gómez lanzó críticas directas a Moreno: “Se queja de que Madrid no me da, Madrid no me da, pero hay aspectos del autogobierno que están por desarrollar y no dependen de Madrid”.
El punto más discordante lo presentó el portavoz de Vox, Manuel Gavira, que presentó “la aversión” de su grupo “al título VIII de la Constitución”, que desarrolla el Estado de las Autonomías. “A nosotros no nos gusta ese título, pero algunos socialistas son republicanos y yo no digo que ustedes no son constitucionales porque la República no está en la Constitución”, le espetó a Espadas.
El diputado de Vox acusó al líder del PSOE-A de “insultar a los andaluces” al traer esta reflexión al Parlamento “mientras se negocia la amnistía con Puigdemont”. “Los andaluces no quieren más autogobierno, quieren un mejor gobierno. Estamos aquí porque Sánchez está en modo alfombra roja con los independentistas, y porque Moreno es más andalucista que nadie porque lo dice él. Estamos aquí para ver si ellos pican [señalando a la bancada del PP]”, se quejó Gavira.
El PP cerró el debate con la intervención del diputado Pablo Venzal, que habló del “papelón” que tenía Espadas en este debate. “Todos los andaluces saben que traen esta iniciativa para tapar el oprobio de lo que está pasando en Madrid: la amnistía, la condonación de la deuda catalana, el referéndum de autodeterminación... Dejen de manosear a los andaluces”, dijo Venzal.
El portavoz recordó que la comisión de Desarrollo Estatutario está presidida por el PSOE -el diputado Mario Jiménez- y que ésta no ha sido convocada ni una sola vez en un año de legislatura. “En vez de esta ponencia ventajista, ¿no es más lógico convocar esta comisión y revisar punto a punto las competencias del Estatuto?”, interpeló, recordando que cada competencia depende “de una financiación justa, que ahora no tenemos”.
Debate sobre amnistía e indultos
El Parlamento andaluz también fijó un posicionamiento contrario a la amnistía de los responsables del procés, con la mayoría de PP y Vox, y el rechazo del PSOE y los grupos de izquierdas. La iniciativa popular fue defendida por el secretario general del partido, Antonio Repullo, aunque el tono más beligerante lo había puesto horas antes el propio Moreno.
Los socialistas andaluces fueron la diana del debate, presentaron enmiendas para corregir la redacción de algunos puntos de la proposición de ley -los que eran un traje a la hipótesis de los acuerdos entre Sánchez, Junts y ERC-, pero los populares las rechazaron todas. La iniciativa, de siete puntos, se votó en dos bloques: el primero subrayaba en términos muy genéricos el compromiso con la Constitución, el ordenamiento jurídico y el Estado de Derecho, y obtuvo el apoyo de PP, PSOE y Vox [Por Andalucía y Adelante votaron en contra]; el resto de puntos recopilaba referencias implícitas a la “negociación” y los hipotéticos términos del acuerdo que está fraguando Sánchez con sus socios de investidura, de ahí que el PSOE-A votara en contra de todos.
El portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, defendió abiertamente “el derecho a decidir del pueblo catalán” y la amnistía, “pero no de la élite catalana, sino de los 3.000 encausados del procés”, donde incluyó a un joven gaditano, Daniel Gallardo, “que ha cumplido un año de prisión preventiva por participar en una manifestación a favor del pueblo catalán”.
Desde Por Andalucía, su portavoz, Inma Nieto, anticipó que era “un debate de oídas, porque aún no tenemos negro sobre blanco de qué estamos hablando”, subrayó que “el voto al independentismo catalán está en mínimos históricos” y defendió que el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos habían “apostado por una solución política”. “¿Cuál es su alternativa al problema catalán? ¿Meter tanques? ¿A bombazos? ¿A bolazos de goma?”, se preguntó.
Nieto comparó la situación del procés con la amnistía fiscal que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy, que “indultó a 29.600 defraudadores y casi 700 empresas”. La diputada de IU recordó el pacto del Majestic -el acuerdo de Aznar y Pujol que permitió gobernar en minoría al primero- y aseguró que si fuera compatible el acuerdo de Feijóo con Vox y con la derecha catalana, “ustedes habrían hecho el pino puente para aceptar la amnistía y lo que fuera”.
Por Vox intervino el diputado Ricardo López, muy duro con el PP andaluz, a quienes abroncó por no haberles apoyado en la moción de censura contra Sánchez que presentó su líder, Santiago Abascal. “Y ahora va y se manifiestan en Madrid. ¡Pues esto es lo que hay!”, dijo, visiblemente enojado.
El grupo ultraderechista en Andalucía considera que el presidente de la Junta y barón de barones del PP “va en sentido contrario a su partido”, que muestra más la mano tendida al PSOE que a ellos, y que el debate de investidura de Feijóo, con los votos de Vox, le pone más en evidencia. “Ustedes quieren arrodillar a España si aceptan la amnistía. Serán juzgados como traidores a España por la historia”, le espetó a la bancada socialista.
El turno del PSOE lo defendió el diputado, Mario Jiménez, uno de los más veteranos y corrosivos de la bancada, que tiene la habilidad de tensar los nervios del PP (intervenga o no). Jiménez no mencionó la palabra amnistía en ningún momento. “Ustedes no van a gobernar, señores del PP, están muy mal”, empezó diciendo. Jiménez vaticinó que ahora, durante la negociación real para la investidura de Sánchez, el PP “va a reventar la convivencia, van a soltar a los perros contra los que no piensen como ustedes”. “Para ustedes, España, o suya o de nadie. O suya o quebrada”, protestó el portavoz.
Fueron dos debates ásperos, pero de menor crispación que los vividos días antes en el Congreso. Ni las derechas ni las izquierdas se movieron un ápice de sus posiciones ideológicas, como cada batalla cultural que se ha instalado en el Parlamento andaluz a rebufo de la bronca en la arena política nacional. Así será, previsiblemente, hasta que se forme el Gobierno de España o se repitan las elecciones.
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