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Granada lo que quiere es ser rockera

Enrique Morente, sin duda flamenco reconocido, decía en muchas ocasiones que él en realidad lo que quería era ser rockero. Y a su ciudad, Granada, a ratos le pasa lo mismo. Que oculta tras la belleza de la Alhambra, de los monumentos, de la historia y de la apabullante naturaleza de Sierra Nevada se encuentra un corazón de rock.

Es un paisaje que comenzó a pintarse en la Granada de los años 60, con la voz y la guitarra de Los Ángeles y Miguel Ríos. Desde entonces, en la ciudad que lleva la dinamita en su propio nombre, fueron naciendo y eclosionando artistas y grupos que han ido tejiendo la historia del rock granadino. Algunos tan reconocidos en el panorama nacional e internacional como las bandas de Los Planetas, 091, Lori Meyers, El puchero del hortelano, Lagartija Nick, Niños Mutantes, Eskorzo o la incombustible familia Morente.

Para evidenciar el vivo latido de este corazón rockero y dar a conocer Granada desde su patrimonio musical, el proyecto ‘Granada, Ciudad del Rock’, iniciativa del sector musical con el apoyo del Ayuntamiento de Granada, ha elaborado una Ruta Turística por los lugares legendarios de la ciudad (pubs, bares, salas, tiendas de música) donde se ha ido tejiendo la historia del rock granadino.

Pasaporte Andalucía se adentra en esta ruta, señalando alguno de los lugares más interesantes para visitar. Por su parte, las autoridades rockeras recomiendan leer este reportaje con papel, bolígrafo y la compañía sonora de 'Omega', un disco que aúna rock, flamenco y poesía; tan especial como sus creadores, los granadinos Enrique Morente y Lagartija Nick.

Música en directo

Con nocturnidad y alevosía, los bares y pubs de Granada han sido siempre un espacio de encuentro y aprendizaje para las distintas generaciones de músicos. Bares en los que la música no ha sido sólo un fondo en la conversación o el ritmo musical marcado por la moda del momento, sino la protagonista. Entre los más míticos y aún sonando está Ruido Rosa (C/ Sol), el pub que fundaron los renacidos 091 en los 80 y llevado posteriormente por Lori Meyers, que grabaron alli el Videoclip de Dilema, uno de sus primeros singles.

Como auténtico pub rockero al que ir para estar a la vanguardia de los sonidos rockeros, tu bar es uno de los clásicos, el Enano Rojo (C/ Elvira), abierto hace 20 años por José Gustavo Cabrerizo “Pepegu”, bajista de Eskorzo. Para los amantes de las actuaciones en acústico y el indie granadino, su lugar es el Playmobil Club (C/ Pedro Antonio de Alarcón, 65).

El sitio donde se pinchaban vinilos y hoy CDs es el conocido Rainbow, un pub con 20 años de historia por el que han pasado con sus actuaciones artistas de la talla de Scorpions, Hellowen, Sober, Obus y Los Suaves; entre muchos otros. Testimonio de ello dan sus muros, decorados con póster firmados por músicos legendarios; un pub rockero en continente y contenido. Son muchos pero no son todos, como Afrodisia Club, Loop Bar & Records, Soma y el Pub Liberia.

La música en directo es, para el músico, el momento de expresión de sus destrezas y el instante de conexión con su público. En Granada, los grupos granadinos y el público se encuentran en las salas de conciertos. En Planta Baja (C/ Horno de Abad, 11, pueden verse conciertos de músicos locales, nacionales e internacionales. Conocida por ser centro neurálgico de la cultura musical local, esta sala, abierta desde los años 80, está hoy día bajo la dirección de los miembros de Eskorzo.

Para escuchar música negra cualquier día de la semana y ver como los artistas dialogan en las Jamm Session que organizan los domingos, el rey de la pista en el Booga Club (C/ Sta. Bárbara, 3). También acogen música en directo las salas El Tren, la Sala Industrial Copera y La Expositiva. En algunas de estas salas se da cita mensualmente, entre octubre y junio de cada año, el ciclo Granada Calling. Se trata de un ciclo de conciertos que con el nombre del mítico LP de The Clash, London Calling, han puesto en marcha desde ‘Granada, ciudad del rock’, con el fin de apoyar a los artistas y bandas más jóvenes.

También librerías y tiendas de discos

Como recalcaba la escritora Virginia Woolf: “Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien”. Y además, el rock no es sólo música, es una actitud. Y en esa forma de relacionarse han jugado un papel importante en la cultura rockera granadina los bares de tapas por ser también lugar de encuentro para los músicos. Entre los más destacados, el Bar de Eric (C/ Escuelas, 8), bar-museo del Pop y Rock en el que las tapas importan, pero no son lo más importante, fue abierto por Eric Jiménez, batería de Lagartija Nick, Los Planetas, Los Evangelistas y en el legendario disco Omega. Es un lugar de peregrinación de los músicos y de cualquier visitante que quiera descubrir su museo de imágenes del rock. También sitio ideal para el pre o post concierto. El Bar Soria (C/ Laurel de las Tablas) es un local pequeñito decorado al estilo tradicional, regentado por Fran, su dueño, amigo de todos los músicos que pasan por allí. Otros bares de tapas incluidos en este recorrido musical son Papaupa, frecuentado por Niños Mutantes, la Porrona, la Bella Kurva, el Torcuato, el restaurante Botánico y el bar Amador.

Por si el visitante quiere adquirir el trabajo de los artistas y grupos granadinos, en la ruta se destaca a las librerías y tiendas de discos; importantes dinamizadores de la cultura musical. Entre ellos, Discos Bora Bora, tienda de vinilos y cds de segunda mano, merchandising y libros de rock, o Discos Marcapasos y Subterránea Cómics. Aquí podrán adquirir la música de los artistas granadinos ya citados y de otros que se suman a la historia del rock como Amparanoia, Grupo de Experos, Hora Zulú, Gelu, Los Granadians del Espacio Exterior, Ayax y Prox, Napoleón Solo, Vinila von Bismark, entre los más conocidos. También de grupos de más reciente aparición como Lemon Parade, grupo ganador del Emergentes 2016, muestra anual de rock granadino complementaria al Granada Calling. O Su Señora, un grupo integrado en su totalidad por mujeres.

Finalmente, no puede haber ruta rockera en Granada si no se pasa por un espacio público marcado por su historia vinculada a la ciudad. La placeta Joe Strummer, a espaldas de la Alhambra, nombrada así en homenaje al líder y guitarrista de la banda inglesa The Clash y uno de los pilares del rock reivindicativo de los años 70 y 80. Strummer es conocido por haber pasado largas temporadas en la ciudad, dejando huella de su enamoramiento por ella en el mismísimo disco London Calling. Concretamente en la canción Spanish bomb, dedicada al poeta Federico García Lorca, justo en la mitad se podía escuchar “Granada, oh mi corazón”. Porque Granada, de corazón, se merece el título de “ciudad rockera”.

Enrique Morente, sin duda flamenco reconocido, decía en muchas ocasiones que él en realidad lo que quería era ser rockero. Y a su ciudad, Granada, a ratos le pasa lo mismo. Que oculta tras la belleza de la Alhambra, de los monumentos, de la historia y de la apabullante naturaleza de Sierra Nevada se encuentra un corazón de rock.

Es un paisaje que comenzó a pintarse en la Granada de los años 60, con la voz y la guitarra de Los Ángeles y Miguel Ríos. Desde entonces, en la ciudad que lleva la dinamita en su propio nombre, fueron naciendo y eclosionando artistas y grupos que han ido tejiendo la historia del rock granadino. Algunos tan reconocidos en el panorama nacional e internacional como las bandas de Los Planetas, 091, Lori Meyers, El puchero del hortelano, Lagartija Nick, Niños Mutantes, Eskorzo o la incombustible familia Morente.