El Partido Popular, que ejerce la acusación popular en el caso ERE, ha dejado en manos de la Audiencia de Sevilla el futuro inminente del expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán, que padece cáncer de próstata. En respuesta a la providencia del tribunal emitida el pasado miércoles, las alegaciones de la formación política concluyen que “compete a la Sala resolver a la luz del informe forense emitido y del anterior informe de los servicios médicos penitenciarios”, instándole a decidir “con arreglo a Derecho, con una motivación fundada en que pondere los bienes y derechos en conflicto, esto es, de un lado, la seguridad colectiva y, de otro, el derecho a la integridad física del condenado”.
Cabe recordar que el último informe médico forense emitido por el Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla, al que se refiere el PP, reconoce que el exdirigente socialista tiene una enfermedad muy grave y que se debería recurrir a servicios de hospitales externos a la prisión para el tratamiento de la misma, indicando que su tratamiento necesita “vigilancia estrecha” y reiterando que su estado “poco compatible con la vida en prisión”.
La Audiencia emitió una providencia en la que pedía a las acusaciones (Fiscalía y PP) que informaran a tenor de ese informe médico. Los populares se remiten “en su integridad” al mismo y también a un informe anterior del centro penitenciario, que venía a avalar el ingreso en la cárcel de personas con ese tipo de enfermedades, concluyendo que “compete a la Sala la resolución de acuerdo (...) al contar con amplio margen de discrecionalidad en la concesión o denegación de la suspensión” de la pena, y solicitando que resuelva “con cuanto más sea procedente en Derecho”.
Griñán, condenado a seis años y un día de cárcel y que se sometió a un reconocimiento médico en los juzgados el pasado jueves 18 de mayo, finalizó el tratamiento de radioterapia según informó el propio abogado de Griñán a la Audiencia de Sevilla. El informe médico resultado de aquella visita añadía que el expresidente continuaba con el tratamiento hormonal, indicando a ese respecto que se desconocía si su evolución “va a ser favorable o desfavorable” puesto que está pendiente de revisiones médicas en junio y en septiembre.
El PP se ha tenido que pronunciar otras veces acerca del estado de salud de Griñán y su posible ingreso en la cárcel. El presidente de la Junta y líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, defendió en enero que el exdirigente socialista no entrara en prisión tras el primer informe forense. “Mi padre falleció de cáncer con su edad”, dijo, avanzando el posicionamiento del PP en la Audiencia. Luego, ya en marzo y raíz de otra consulta del tribunal de los ERE a las acusaciones, el PP mantenía que Griñán debía evitar la cárcel mientras siguiera el tratamiento contra el cáncer.
A primeros de marzo trascendió el informe de los servicios sanitarios de la cárcel de Sevilla que, a priori, avalaba el ingreso en prisión de Griñán ERE pese a que no hacía referencia alguna al expresidente ni a su situación médica. La Audiencia de Sevilla, previamente, había acordado a primeros de enero el aplazamiento del ingreso en la cárcel de Griñán hasta que finalizara las sesiones de radioterapia a las que ya se estaba sometiendo, ateniéndose en ese momento a lo que dijo el informe forense elaborado por el Instituto de Medicina Legal de Sevilla, que advirtió de “la no conveniencia de ingreso en centro penitenciario hasta tanto se confirme la remisión de su patología oncológica”, en alusión al exdirigente del PSOE, cuyo abogado pidió a finales de año suspender su ingreso por la enfermedad.
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