Premios Forqué: 'Tarde para la ira' le da una noche para la alegría a Raúl Arévalo
Alegre, dinámica y divertida. Así ha transcurrido la noche en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, donde se celebraba la 22ª edición de los premios Forqué. Era la primera vez que los galardones tenían lugar fuera de Madrid y la organización funcionó como un reloj.
Carlos Latre fue el maestro de ceremonias (con las fantásticas réplicas de Pablo Carbonell) de una gala en la que se permitió lanzar algún que otro dardo, como el dirigido al IVA cultural, cantando su particular versión de la famosa canción de Lola Flores: P.P.ena, penita, de Lola Flores. Gila, José Corbacho, Santiago Segura, Salvador Dalí, Raphael o Rosa María Sardá también fueron objeto de las bromas del humorista.
Tarde para la ira recibió el merecido homenaje que se venía barruntando desde su estreno con críticas espectaculares y el buen sabor dejado entre los espectadores: el premio Forqué a mejor película ya es suyo. Tras recibir el galardón, Antonio de la Torre, con un papel estelar en el film, reconocía que era como “despertar de un sueño”, a lo que Raúl Arévalo añadía que, con este premio a su ópera prima, entraban ya en “la Champions” del cine.
El festival de Venecia se había encargado ya de rendir su particular homenaje al tercer gran pilar de esta película: la actriz Ruth Díaz. Sobre el escenario, Arévalo fue escueto en sus agradecimientos y se limitó a compartirlo con los compañeros a los que había vencido: 1898. Los últimos de Filipinas, El hombre de las mil caras, Que Dios nos perdone, Julieta y Un monstruo viene a verme.
No se olvidó Latre de destacar uno de los grandes hitos de este 2016: el gran estirón que ha dado el cine de género español. Mucho thriller (El hombre de las mil caras, Que dios nos perdone o Tarde para la ira), acción (1898. Los últimos de Filipinas)... y pelis tristes. “Me fui a ver Julieta para alegrarme”, pero Emma Suárez no consiguió animar a Latre. Tampoco lo hizo Bayona con su cinta fantástica 'Un monstruo viene a verme'.
Imanol Arias y Verónica Forqué, hija de José María que da nombre a este premio, se encargaron de alegrarle la noche a Emma Suárez... le venía bien tras el sentidísimo papel que representa en Julieta, donde interpreta a una atormentada madre y esposa. Eso sí, al recibirlo, no pudo evitar que las lágrimas cayeran por sus mejillas.
“Cuesta hacer películas. Lo comparto con mis compañeras. Es un honor para mí estar entre estas actrices, que se vuelcan en su trabajo y no es fácil. Te sientes solo, pero hay mucha gente que te acompaña y hace posible el sueño del cine”. Vencía Suárez a Adriana Ugarte (Julieta), Carmen Machi (La puerta abierta), Bárbara Lennie (María (Y los demás)), Inma Cuesta (La novia) y Anna Castillo (El olivo).
Latre le puso un tono cómico a la concesión del galardón al mejor actor, simulando la creación de un grupo de whatsapp con Eduard Fernández (El hombre de las mil caras), Roberto Álamo, (Que Dios nos perdone), Antonio de la Torre (Tarde para la ira) Álex Monner (La propera pell) y Óscar Martínez (El ciudadano ilustre).
Se lo terminó llevando Álamo, a pesar de que la competencia no podía ser más dura con un De la Torre en estado de gracia divina. El actor quiso dedicarle el premio a sus compañeros de profesión, sobre todo a los que se encuentra en paro, a los que prometió que pronto estarán “sobre un escenario o delante de una cámara”.
Dos Forqué con sabor andaluz
El mejor documental, el primer premio de la noche, se lo llevó Nacido en Siria, una producción andaluza de La Claqueta, sobre el éxodo sirio. Su director, Hernán Zin, reconoció que el año había sido “muy duro. Un año en el que todo el mundo quiere construir muros (Brexit, Trump...), nosotros tenemos que construir puentes. La voz de los refugiados sirios va a llegar más lejos”. Vencía así a El Bosco. Jardín de los sueños, Jota de Saura, Miguel Picazo, un cineasta extramuros, La historia de Jan y Omega.
El productor cordobés Antonio Pérez, que días antes de recibir su premio honorífico recordó lo aficionados al cine que eran sus progenitores, puso la nota triste y emotiva de la noche al confesar que esa misma mañana había “enterrado en Andújar a mi madre: va por ti, mamá”.
Pérez no se olvidó de lo que su compañero Gervasio Iglesias llama la etapa dorada del cine andaluz y que comenzó, precisamente con Solas, una película del productor de Maestranza Films: “Es deslumbrante la trayectoria del cine andaluz. Hace dos o tres años, la mitad de los nominados a los Goya eran andaluces. Habréis visto además que en estos premios hay una película o artista andaluz en todas las nominaciones. Vamos hacia arriba”.
En el apartado latinoamericano, fue El ciudadano ilustre el que se terminó llevando el gato al agua frente al Neruda de Pablo Larraín, Aquí no ha pasado nada, El acompañante y Sin muertos no hay carnaval.
Una de las sorpresas de la noche la dio el discreto premio de cortometraje, en la que Graffiti se imponía a dos películas que han dado muchísimo que hablar en los últimos meses y han acumulado un premio tras otro: Bla, bla, bla y Timecode.
Por último, Juan Antonio Bayona, que no estuvo en la gala, no se fue de vacío: el premio al cine y educación en valores fue para su Un monstruo viene a verme.
La nota vanguardista de la noche la puso el cantante Arcano, rapeando de manera improvisada y desafiando a los asistentes: “¿Qué pasa, solo os venís arriba si rapea Resines?”. El joven, que tiene el récord Guinness de rapear 24 horas, puso a todo el teatro a mover las manos, lanzó bromas en verso a Antonio de la Torre e Inma Cuesta. El rap consiguió que el mundo del cine español se pusiera en pie en Sevilla.