La presión hospitalaria obliga a Andalucía a atender en domicilios y a trasladar de provincia a pacientes de las zonas más saturadas
La pandemia en Andalucía ha entrado en un terreno inexplorado al superar el umbral de los 6.000 fallecidos por Covid-19, más de 4.100 hospitalizados y 570 en UCI (Unidades de Cuidados Intensivos), con una ocupación superior al 30%. A final de semana entrará en vigor el protocolo para atender los 7.500 ingresos, que agotará todas las camas en la sanidad pública (más de 15.500 en planta y 2.622 en UCI); abrirá nuevos hospitales de campaña -el Militar, en Sevilla y el Carranque, en Málaga-, y empezará a disponer de recursos en la sanidad privada. Es un escenario inédito hasta ahora, porque la pandemia nunca había superado el pico de 3.549 hospitalizados de la segunda ola.
Para descongestionar los centros de salud, la Junta ha empezado a hacer “seguimiento de pacientes no graves en sus domicilios”, enfermos en cuidados paliativos, enfermos crónicos, con insuficiencia cardíaca y pluripatológicos. La llamada “hospitalización domiciliaria” es un formato que el Gobierno andaluz explota desde hace dos años de forma puntual, pero que la pandemia ha generalizado, incluso para pacientes de Atención Primaria. Se hace seguimiento telefónico de los enfermos en sus casas -o con visitas a domicilio del personal de Medicina Interna- “cuando no está claro que haya más beneficio para el paciente con su traslado a un hospital”.
La Junta también empezará a trasladar a pacientes en ambulancias desde las provincias con más presión hospitalaria (cuando alcancen los 7.500 ingresos) a otras con más espacio disponible. Por ahora esta situación se va a dar en Cádiz, donde los enfermos serán derivados a Sevilla, y en Málaga, que trasladará a sus pacientes a Córdoba y Almería. La saturación de Cádiz y Málaga se da por hecho, incluso tras la apertura de sendos hospitales de campaña y el apoyo de los recursos de las clínicas privadas.
La falta de personal sanitario para absorber el “volumen tan alto de pacientes Covid” se resolverá con una “redistribución” de facultativos, gracias a que la Junta ha suspendido las consultas y operaciones quirúrgicas no urgentes y no oncológicas. La contratación de más personal, al que también ha aludido el consejero de Presidencia, se topa con el problema de que la bolsa pública de sanitarios está agotada. Hasta abril, la Junta contrató a 7.500 sanitarios más. A partir de ahí, el consejero de Salud, Jesús Aguirre, ha denunciado insistentemente la falta de banquillo para reforzar el sistema y ha pedido al Gobierno central que medie para poder contratar a médicos extracomunitarios. También hace mella el elevado número de facultativos que está en cuarentena en sus domicilios por haberse contagiado: 400 sólo en el hospital Virgen del Rocío, de Sevilla.
15% de contagios de la cepa británica
Andalucía tiene una incidencia acumulada de 909 casos por cada 100.000 habitantes, lo que convierte la tercera ola en un “tsunami”, en palabras de Aguirre. El consejero se ha aferrado al leve descenso de la tasa de infección en los últimos 14 días -el lunes era de 911,4 casos por 100.000 habitantes- y espera que sea un indicio de una “estabilización leve” de la pandemia. “Ha habido un pequeño parón, esperemos que dure”, dice Aguirre. No obstante, hay provincias que superan esa media andaluza, como Almería, con 1.215 casos por 100.000 habitantes y Huelva, con 1073.
La comunidad tenía una incidencia controlada de 155 casos a principios de diciembre, cuando el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla decidió retirar las medidas de contención para “salvar la Navidad”. Hoy ese dato se ha multiplicado por seis, en parte por aquella decisión. La Junta ha preferido poner el foco en el impacto de la llamada cepa británica, que penetró en la comunidad por Gibraltar. El consejero ha anunciado que los contagios por esta “variante británica” en Andalucía alcanzan el 15%, “según los expertos”, sobre todo en las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla. Se trata de una mutación que se propaga un 70% más rápido y que es mucho más letal, según algunos estudios científicos publicados.
Esta medianoche, el 60,8% de los municipios de Andalucía estará cerrada perimetralmente, al superar la tasa de 500 casos por 100.000 habitantes. Son 489 localidades de 785, incluidas las ocho capitales de provincia y las grandes ciudades. El 30,8% de estos municipios (265), además del cierre perimetral, tiene clausurada toda la actividad económica no esencial. Aguirre ha vuelto a insistir en que el Gobierno andaluz ha exprimido todas las competencias en la gestión de la pandemia que le otorga el actual estado de alarma, y pide al Ministerio de Sanidad que reconsidere su negativa a autorizar una ampliación del toque de queda y la potestad a los presidentes autonómicos para ordenar confinamientos domiciliarios. Actualmente el toque de queda en Andalucía es de 22.00 horas a 6.00 horas.
Ahora la esperanza está en el plan de vacunación contra la Covid-19, que por ahora ha inmunizado completamente a más de 20.000 andaluces en residencias de mayores y personal sanitario. Aguirre ha hecho hincapié en pedir al Gobierno que presione a Bruselas para mejorar el abastecimiento de las distintas vacunas que ha comprado. El 79,6% de los profesionales de la salud pública en primera línea contra el coronavirus ya se ha inyectado la primera dosis de la vacuna Pfizer (la inmunidad total requiere dos dosis), y el 53,7% de la sanidad privada. Sólo el 10% está completamente inmunizado al habérsele administrado las dos dosis: 4.105 profesionales.
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