Balance del pacto PSOE-A e IU: entre la ineficacia legislativa y la resistencia

Dos presidentes en menos de tres años y dos leyes del pacto de la izquierda aprobadas. Dicho pacto ha servido para proyectar más a Susana Díaz como alguien de izquierdas –“Soy roja y decente”– tras gobernar con IU, mientras que IU se ha quedado con la “mancha”, para algunos, de haber entrado en la rueda del bipartidismo del que reniega.

Si medimos sus resultados por el cumplimiento de los compromisos legislativos del pacto del PSOE-A e IU en el Gobierno de Andalucía, el balance legislativo es pírrico: han aprobado la Ley de Transexualidad y la Ley de Transparencia, que tardará en entrar en vigor por tener fijada una moratoria de más de un año.

La otra aprobada, y quizá la más emblemática, es la polémica Ley de la Función Social de la Vivienda, pero no estaba en el pacto y, en todo caso, aún está parcialmente recurrida por el Gobierno de la Nación. En el otro lado de la balanza, algunas medidas calificadas “de resistencia”, como el reparto en los presupuestos. Ha habido recortes, pero es cierto que las partidas han dedicado más dinero a Educación y Salud.

Sí ha habido una hiperactividad en cuanto a decretos leyes, con más de uno por mes, tanto en el periodo de José Antonio Griñán como, sobre todo, en el de Susana Díaz. Y también es cierto que en la segunda mitad de 2014 los socios se pusieron las pilas para intentar sacar adelante su paquete legislativo, con media docena de anteproyectos de ley.

Pero todo lo avanzado estos meses se queda paralizado, porque el adelanto electoral ha disuelto el Parlamento de Andalucía. Sin que le hayan llegado ni los dos últimos proyectos de ley aprobados por el Consejo de Gobierno hace justo una semana, cuando la inestabilidad se había presentado ya como motivo para la ruptura de la baraja: el de Memoria Histórica y el de Protección de los consumidores de productos hipotecarios, los dos salidos de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales, que gestionaba hasta este lunes IU, y que los hasta ahora socios habían vendido como emblemáticos pese a que no estaban en el pacto.

No es el único trabajo que se queda a mitad. Hay otros cinco anteproyectos de ley del pacto aprobados y tres proyectos de ley que con esta ruptura implica dejar en el aire horas de trabajo, debate y negociación [ver listado bajo estas líneas].

Lo mismo sucede con la tarea desarrollada en los tres grupos de trabajo constituidos en el Parlamento de Andalucía porque así lo pactaron: el de la banca pública es el único que ha logrado presentar sus conclusiones, mientras que el de la renta básica estaba a punto de hacerlo y el de la reforma electoral iba muy retrasado.

IU llevaba meses manifestando su descontento por el ritmo en el cumplimiento de estos compromisos legislativos y optó por vincular a cinco condiciones la convocatoria de un referéndum sobre su continuidad en el Gobierno de Andalucía, una “fecha de caducidad” que el PSOE-A no ha consentido.

En todo caso, tanto el PSOE-A como IU van a rentabilizar en la campaña que se avecina lo mejor que puedan su gestión en esta legislatura, que en más de una ocasión ya han calificado como la de la resistencia a los recortes del Gobierno de la Nación y como la del blindaje de los servicios públicos frente a lo ocurrido en otras comunidades autónomas. Eso, mientras se capeaba con los momentos más difíciles en cuanto a corrupción por el cerco de la jueza Mercedes Alaya en el caso ERE, el estallido del escándalo por las facturas de UGT-A o el de los fondos públicos de formación.

De este modo, en medio de la natural tensión entre partidos distintos, es cierto que ambas formaciones políticas han intentado poner su sello a una legislatura muy marcada por la personalidad de la presidenta, que rápidamente se puso a trabajar en su proyección, comenzando por reunirse con las personalidades más relevantes del país, incluso a fuerza de hasta cinco convenios con empresas del IBEX 35 con las que ha comprometido inversiones en Andalucía y casi 5.000 becas.

Eso dentro de su primer empeño, que era el compromiso de combatir el paro, donde ha destacado la inversión de más de 1.000 millones de euros en planes de empleo. Pero no se ha conseguido aún romper la barrera psicológica del millón de parados en 2014, como prometió. Porque si se miran los de la Encuesta de Población Activa (EPA), el objetivo está todavía más lejos, ya que en Andalucía hay casi 1,4 millones de personas en edad de trabajar que no lo hacen.

El otro frente lo fijó con su voluntad de abrir puertas y ventanas y ha intentado hacer de la transparencia su bandera. Culminó la aprobación de la referida ley, que ya había trabajado cuando todavía era consejera, y adoptó hasta 27 medidas en esta línea, ninguna con tanto impacto como la citada norma. Y además se han quedado sin poner en marcha otras medidas de impacto en la lucha contra la corrupción que propuso en su investidura, como la reforma de la Ley de la Cámara de Cuentas o la Ley del Estatuto de los Altos Cargos de la Junta de Andalucía.

En este sentido, el pacto arrancó con mucha fuerza, plantándole cara a la banca con la referida Ley de la Función Social de la Vivienda impulsada por IU, e ir perdiendo fuelle con el tiempo enredados en la generación de expectativas que no han terminado de cuajar, como la promesa de responder a la necesidad de una renta básica, garantizar los mínimos vitales de luz y agua para las familias sin recursos o sacar adelante la Ley Integral de la Agricultura, pieza clave en la comunidad autónoma.

No son las únicas asignaturas pendientes. La legislatura termina prematuramente sin haber conseguido una reedición de la concertación social, que expiró el 31 de diciembre de 2013, y sin haber renovado el Consejo de Administración de la Radio Televisión de Andalucía (RTVA), cuyo mandato caducó en mayo de 2014.

Cómo quedan los 28 compromisos legislativos del pacto

Ratificados por el Parlamento de Andalucía: 2

En fase de proyecto de ley: 3

En fase de anteproyecto de ley: 5

En otra situación: 2

Pendientes: 16