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El PSOE andaluz afronta una “catarsis general” después de su primer congreso desde que perdió el Gobierno tras 37 años

Juan Espadas y Ángeles Ferriz, durante el 40 congreso del PSOE federal.

Daniel Cela

2 de noviembre de 2021 20:47 h

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Hace cuatro años que el PSOE de Andalucía no celebra un congreso. El de julio de 2017 fue un cónclave triunfalista, de unidad aparente en torno a la figura de Susana Díaz, pero bastante raro: hacía dos meses que la ex presidenta andaluza había sido arrollada por Pedro Sánchez en unas primarias que partieron por la mitad al PSOE en la pugna por la secretaría general. Díaz se replegó en su federación, la más numerosa del partido, y siguió ejerciendo de contrapeso a Sánchez. Un año después, en diciembre de 2018, perdió el Gobierno andaluz, bastión inexpugnable del PSOE-A durante 37 años.

El próximo fin de semana, el PSOE andaluz celebra en Torremolinos (Málaga) su congreso más difícil: el primero desde que perdió el poder, el primero como partido de la oposición durante tres años al primer Gobierno de derechas en Andalucía. También es el cónclave más raro de todos: porque ya hay un nuevo secretario general, pero no hay una nueva ejecutiva, y esa situación es una anomalía. Hay 1.200 invitados, 520 delegados elegidos, bajo el lema: “Somos socialistas, somos Andalucía”. A la ponencia marco del congreso se han presentado 3.035 enmiendas.

El nuevo líder es el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que derrotó a Díaz en unas primarias adelantadas para ser el candidato a las próximas elecciones andaluzas, y posteriormente fue proclamado secretario general por la Comisión Regional de Ética del PSOE en unas primarias sin rival enfrente. La ex presidenta andaluza se apartó de la escena y su secretario de Organización, Juan Cornejo, dimitió ese mismo día. A Cornejo, casi dos décadas en la cúpula del partido, le habría correspondido hacer el informe de gestión de los últimos años en el congreso de este fin de semana.

La dirección federal del PSOE invirtió el procedimiento de elección del candidato a las elecciones andaluzas –primero el candidato a presidente de la Junta, luego la secretaría general del PSOE– para precipitar el relevo de Susana Díaz antes de un hipotético adelanto electoral que aún no se ha confirmado. Como la ejecutiva actual de Susana Díaz no está “operativa”, se da la circunstancia anómala de que el PSOE andaluz no hará balance de gestión de una etapa trascendental en la historia de este partido, cuando se produce la pérdida del Gobierno andaluz después de tres décadas en el poder. Cuando los socialistas se estrenan en la oposición frente al primer Ejecutivo de PP y Ciudadanos, sustentado en un partido de extrema derecha. “No habrá catarsis general. Pero no porque no la necesitemos, sino porque los responsables de presentar ese balance de gestión ya no están. Han dimitido, y nadie puede ni quiere hacerlo en su lugar”, explican fuentes de San Vicente, sede regional del partido. Esa anomalía tiene sentido en el cronograma interno y alocado del relevo de Susana Díaz por Juan Espadas, aunque al ciudadanos de a pie le cueste entender que el congreso de este fin de semana deje esa página de balance en blanco.

Ni Chaves ni Griñán ni Díaz

A falta del informe de gestión, la diputada que dirige la comisión organizadora del 14 congreso regional, Ángeles Férriz (miembro crítica de la ejecutiva de Díaz), presentará un “informe político”, un término que no está en los estatutos del partido, pero que servirá para explicar “cuál es la situación actual en la que se encuentra el PSOE andaluz”. “Yo no puedo hacer de secretaria general de la anterior ejecutiva y no puedo asumir una función que no me otorgaron mis compañeros”, ha respondido Férriz este martes, cuando le han preguntado si alguien presentaría algo parecido a un informe de la gestión del último periodo de Díaz.

También va a ser un congreso raro porque será el primero que no ha reservado “un papel relevante” a los tres últimos secretarios generales del PSOE andaluz. Los organizadores ni siquiera han confirmado su asistencia, ni si han sido invitados formalmente. “Hay 1.200 personas invitadas, puede venir quien quiera. Chaves y Griñán deben decidir si quieren venir o no”, ha respondido Férriz, visiblemente incómoda. Manuel Chaves, ex líder del PSOE-A y ex presidente andaluz durante 19 años, y su sucesor, José Antonio Griñán, estuvieron presentes en el congreso de 2017. También han sido ambos presidentes del PSOE. Se sentaron en primera fila del salón plenario, junto a Susana Díaz, Alfonso Guerra [ex vicepresidente del Gobierno] y otro ex presidente andaluz, José Rodríguez de la Borbolla (Borbolla tampoco asistirá al cónclave de Torremolinos). La federación andaluza celebraba entonces sus 40 años de vida.

Chaves y Griñán ya estaban siendo investigados por la trama de los ERE, el macrofraude de ayudas públicas del Gobierno andaluz bajo sus mandatos, habían tenido que entregar sus actas de diputado y senador tras ser imputados, pero aún no les habían condenado. En el 13 congreso del PSOE-A fueron recibidos por una clamorosa ovación de los más de 500 delegados allí presentes. El Alto Tribunal andaluz les condenó por prevaricación y malversación en noviembre de 2019 (la sentencia está recurrida y pendiente de calificación por el Tribunal Supremo). Ambos dejaron la política activa y el carné del PSOE, donde llevaban militando en la clandestinidad desde el tardofranquismo. Espadas fue consejero en el Gobierno de ambos ex presidentes.

Tampoco a Susana Díaz se le ha reservado un papel destacado ni en la apertura ni en el cierre del congreso, en las que sí intervendrá Pedro Sánchez (en la clausura del domingo), la ex vicepresidenta Carmen Calvo, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la vicesecretaria general, Adriana Lastra, y las líderes sindicales Nuria López (CCOO) y Carmen Castilla (UGT).

La ex presidenta andaluza ha salido expulsada por los suyos en el último capítulo de las guerras internas entre susanistas y sanchistas. La pronta designación de Espadas, señalado por Ferraz, y la alteración del calendario de primarias constata el antes y el después en la vida del PSOE andaluz. Los socialistas acuden a Torremolinos a reunificarse, a “reconectar con los andaluces”, a decirles que ya están preparados para volver a gobernar. Pero, sobre todo, buscan pasar página, terminar con las familias enfrentadas, con susanismos y sanchismos...

El nuevo círculo de confianza de Espadas ha puesto fija la mirada “en el futuro” (léase, las elecciones andaluzas de 2022), pero es evidente que desde que perdió el Gobierno, al PSOE andaluz le cuesta reconciliarse con su pasado inmediato y también con el de mayor alcance. El Ejecutivo de Juan Manuel Moreno consigue inmovilizar cualquier amago de oposición de los socialistas apelando a la “herencia recibida”, un acierto terminológico que PP, Cs y Vox usan para echar por tierra las tres décadas de gestión del PSOE en Andalucía. El congreso regional tendrá espíritu de “reconstrucción”, quieren “salir más fuertes”, porque en cuestión de meses ese músculo orgánico se tendrá que poner a prueba en las elecciones andaluzas de 2022, sean cuando tocan (en noviembre) o en primavera, si Moreno decide adelantarlas.

En aras de la “reconstrucción”, Espadas se ha movido frenéticamente las últimas semanas para apaciguar las aguas revueltas en las ocho provincias, donde se avecinan nuevos liderazgos, fruto de las reyertas entre los distintos sectores sanchistas que postulaban por la secretaría general. De ahí que cuatro líderes provinciales próximos a Susana Díaz que han dado un paso al lado para facilitar la renovación –en Sevilla, Cádiz, Málaga y Córdoba– serán integrados en la nueva ejecutiva regional con ánimo de “unificar el partido”, ha adelantado la Cadena Ser. Se trata de Verónica Pérez, Irene García, José Luis Ruiz Espejo –que presidirá el congreso– y Antonio Ruiz. El resultado de esta estrategia dependerá de cuántas candidaturas de unidad cristalizan en las provincias. De momento, en Cádiz y en Sevilla ya hay dos precandidatos en liza.

Espadas también ha elegido como secretario de Organización y hombre fuerte en su nueva ejecutiva al alcalde granadino de Maracena, Noel López. Fuentes próximas al regidor reservan a Ángeles Férriz, actual portavoz parlamentaria, el puesto de vicesecretaria general del PSOE-A. De confirmarse se volvería al formato de bicefalia en segundo nivel que ya instauró Griñán cuando puso a dos jóvenes en la cúpula de su dirección: Susana Díaz y el cordobés Rafael Velasco. La primera terminó fagocitando al segundo, que dejaría la política. En este caso, Férriz tiene muy buena relación personal con López.

Negociación presupuestaria

Los socialistas acuden a su congreso la misma semana que la Junta presenta el proyecto de ley de Presupuestos para 2022, que será aprobado este miércoles en Consejo de Gobierno y remitido al Parlamento para su tramitación. El Ejecutivo de Moreno mantiene una negociación atropellada con el PSOE desde el pasado 1 de octubre, cuando Espadas ofreció al presidente andaluz un acuerdo “inédito” para pactar las cuentas del año que viene. Desde entonces ha primado más el tacticismo que los avances en dicha negociación.

El diálogo parecía finiquitado la semana pasada, durante un durísimo encontronazo en el debate del estado de la comunidad, cuando el presidente Moreno volvió a tender la mano a los socialistas. PP y PSOE se aceptaron sendas propuestas de resolución en aras del entendimiento. El pasado viernes una delegación socialista se reunión con el equipo del consejero de Hacienda, Juan Bravo, y les entregaron un documento de 128 páginas. Según fuentes del PSOE, se “pidió tiempo para analizar el documento”. Con el puente de Todos los Santos en medio y la presentación del Presupuesto programada para el miércoles día 3, se entendió que ese “tiempo” implicaba prorrogar el envío de las cuentas al Parlamento “una semana más”.

Férriz niega que su partido pidiera ese plazo extra y acusa a la Junta de hacer “trilerismo”. La versión del PSOE es que “de inmediato se constató” que en el documento que les había entregado Hacienda no venía recogida “ni una de las propuestas que Espadas entregó a Moreno en su documento”. La Junta asegura que sí, que el PSOE convirtió sus medidas en propuestas de resolución que presentó en el debate del estado de la comunidad, y que el PP le aceptó 17 de 35. “Una propuesta generosa”, afirman. Ni la Consejería de Hacienda ni el PSOE han respondido a la solicitud de este periódico para conocer el contenido del citado documento. Férriz ha leído un mensaje que su partido ha dirigido este martes al consejero Bravo en el que se dice: “No necesitamos más tiempo para estudiar el documento del PP, porque no da respuestas a nuestras propuestas”. “Dos no negocian si uno no quiere”, ha concluido la socialista.

La absoluta falta de sintonía entre el Gobierno de Moreno y el principal partido de la oposición parece abocar a una ruptura de la negociación. El PSOE no descarta registrar una enmienda a la totalidad el 18 de noviembre, plazo tope para presentarla, y defender la devolución de las cuentas en el Parlamento en el debate del día 24. Si la oposición obliga a devolver las cuentas de 2022, la Junta no descarta un adelanto electoral en febrero o marzo.

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