Una vez superado con suspenso el trance de la constitución del Parlamento -sin acuerdo institucional y con bronca política- llegó la hora de la negociación de la investidura. El panorama no ha cambiado. A un lado se sitúa el PSOE, que con una mayoría incontestable pero insuficiente en las urnas (47 diputados) hace un “llamamiento a la responsabilidad” del resto de grupos para que Andalucía cuente “cuanto antes” con un gobierno “fuerte, firme y seguro”. Al otro, una oposición que no se lo va a poner nada fácil. Cuatro grupos parlamentarios con distintas reivindicaciones y unas líneas rojas que el PSOE, por ahora, no está dispuesto a asumir, como la dimisión inmediata de Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
En este clima de bloqueo retomarán desde este lunes los socialistas las conversaciones con el resto de formaciones. A día de hoy, el acuerdo para que Susana Díaz sea investida presidenta -necesita la abstención del PP o de Podemos y Ciudadanos, o el sí de Ciudadanos- parece casi imposible. Los partidos ya han dejado claro que no se van a mover ni un ápice de sus exigencias y que, de no ser atendidas, su voto será siempre en contra. El PSOE-A debería ceder en algún punto pero, en este momento, no entra dentro de su estrategia. “No es cuestión de trueques ni de cambalaches. Ese no es nuestro debate”, ha respondido este lunes en rueda de prensa el secretario de Organización socialista, Juan Cornejo, a las reiteradas preguntas sobre si su partido va a dar su brazo a torcer.
Recordemos las demandas de la oposición. En un primer momento, y en la antesala de las municipales, el PP pidió un pacto para que gobierne la lista más votada en las municipales a cambio de propiciar la investidura del PSOE, algo que los socialistas rechazaron. Después de la bronca protagonizada por ambos partidos en la constitución de la Mesa del Parlamento, los populares aseguraron que no tenían nada más que negociar con el PSOE. Cornejo ha manifestado que “los puentes entre los partidos nunca se deben romper” y ha garantizado que el diálogo volverá a abrirse “con todo el arco parlamentario”. El voto contrario de IU es, dicen desde esta formación, “inamovible”, pero no el de Podemos y Ciudadanos, con quienes el PSOE va a intensificar el diálogo. Cornejo ha admitido “discrepancias y coincidencias” con el partido de Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez y ha asegurado que con el de Albert Rivera y Juan Marín hay “amplias coincidencias”. Y ha reiterado que las propuestas que fruto del diálogo se consensúen podrán incorporarse al programa de gobierno que presentará Díaz.
Pero esto no es lo que muestran en público las dos formaciones que se estrenan en el Parlamento. Este lunes, la líder de Podemos, Teresa Rodríguez, ha vuelto a apelar a sus tres grandes bloques de exigencias para sentarse a negociar. Además de la dimisión inmediata de los expresidentes andaluces, demandan una reducción drástica de altos cargos y romper relaciones con los bancos que desahucian. Por su parte, Ciudadanos reclama un decálogo anticorrupción “asumible”, según el PSOE, excepto por la dimisión de Chaves y Griñán.
A pesar de que las posturas están todavía muy enfrentadas, Cornejo ha confiado en que hay “tiempo” para buscar los apoyos necesarios para la investidura. Para el PSOE-A sólo hay dos opciones: que algún partido apoye expresamente la investidura de Díaz o que no lo haga pero que “no obstruya”, es decir, que se abstenga. El tiempo corre en su contra. Desde la constitución del Parlamento hay 15 días para que el presidente de la Cámara haga su propuesta sobre el candidato o candidata a la investidura. A partir de ahí, no hay plazo fijado para la primera votación, que podría celebrarse entre el 4 ó 5 de mayo, después del puente festivo. La primera votación necesita mayoría absoluta para prosperar, algo descartable, y la siguiente, que saldría adelante con más síes que noes, debe producirse en 48 horas. Si en dos meses no hay acuerdo, se disolverá el Parlamento y se convocarán de nuevo elecciones en septiembre.
El elemento distorsionador son la municipales del 24 de mayo. A ningún partido de la oposición le conviene retratarse, y mucho menos con una suerte de alianza con el PSOE, antes de estos comicios. “Nosotros no vamos a ligar las municipales con las autonómicas y espero que ninguna formación lo haga”, ha advertido Cornejo. También ha avisado de que si un partido provoca que vuelvan a repetirse las autonómicas, los ciudadanos lo castigarán con “su voto enérgico”.
Sin consignas de Ferraz
El número dos del PSOE-A ha querido dejar claro que, tal y como dijo Susana Díaz en campaña, no van a aceptar consignas de Madrid ni que nadie más que ellos dirijan las negociaciones de la investidura. Cornejo ha insistido en que esa negociación se circunscribe al “ámbito andaluz” y se ha desmarcado del comentario del secretario federal de Organización, César Luena, quien sentenció que los socialistas dialogarían con todos los partidos menos con el PP.