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Pussy Riot: “Putin solo es capaz de gobernar con represión y asesinatos políticos”

  • El grupo punk ruso encarcelado por Putin en 2012 por ofensa religiosa organiza un concierto este jueves en Sevilla, coincidiendo casualmente con el juicio del 'coño insumiso'

El azar quiere que Pussy Riot, el famoso grupo punk que desafió a Putin protestando en una iglesia moscovita en 2012, organice un concierto en Sevilla en el festival Caravan Sur el mismo día que se celebra el juicio contra las activistas del 'coño insumiso'. “¡Pero si es lo mismo que nos ocurrió a nosotras!”, dice Maria Alyokhina sorprendida cuando este periodista le cuenta las sanciones y años de cárcel a los que se enfrentan. Acto seguido, deciden apoyarlas: “Es totalmente injusto y guarda similitudes con la represión en Rusia”. Irán a apoyar su manifestación.

Alyokhina sabe de lo que habla: la justicia rusa la condenó en 2012 a ella y a otras integrantes de Pussy Riot a dos años de cárcel en una prisión siberiana. En un gulag, donde recuerda que la esclavitud y la tortura siguen vigentes. Años después, recauda fondos para las familias de los presos políticos con los beneficios que generan sus conciertos.

El grupo de los pasamontañas multicolor sigue en lucha contra la violación de los derechos humanos en Rusia y en otras partes del mundo, donde ve con terror cómo la extrema derecha avanza a los mismos pasos agigantados que en su país.

¿Cómo vivió el juicio y el encarcelamiento por ofensa del sentimiento religioso?

Fue interesante. Las prisiones en Rusia son diferentes de las europeas… allí tenemos todavía un sistema de gulags. Es una esclavitud legal, en la que los presos trabajan 14 horas sin sueldo alguno. No hay medicamentos, ni comida y se tortura a la gente. Cuando salimos de prisión, le ofrecimos asistencia legal a otros presos. Parte de los beneficios de nuestros conciertos son para las familias de estos presos. Además, tenemos un equipo de abogados que trabajan en sus casos, aparte de un medio de comunicación muy popular, donde denunciamos lo que ocurre dentro de las prisiones. Así podemos parar algunos de los delitos que se cometen allí dentro.

Este jueves tocan en Sevilla, donde precisamente arranca un juicio contra mujeres que organizaron una procesión con una vagina gigante. Están acusadas de ofensa al sentimiento religioso. ¿Qué le parece?

No me sorprende, porque no es la primera vez que oigo este tipo de historias. La sociedad les debería ayudar. Sin la ayuda de la gente es muy difícil luchar contra el sistema. Cuando la gente de Sevilla escuche nuestra historia se movilizará por ellas. Me encantaría echarles una mano. Creo que está muy claro que salir en procesión por la calle con una vagina gigante no es delito.

¿Cómo definiría su show Riot days, que representa este jueves en Sevilla?Riot days

Es una mezcla de spoken word, concierto y espectáculo. Se basa en mi libro, que es un manifiesto, una llamada a la acción para gente que quiere ser activista. Creo que nuestro ejemplo le puede ser útil a otros.

¿Cuál diría que es, en definitiva, el principal mensaje del show?

El mensaje principal es 'rebelión'. Lo principal es que contamos una historia, pero creo que todo el mundo tiene su historia propia y puede ser un activista que cambie el mundo. Nosotros hablamos de una cosa concreta, pero hay miles de personas que pueden crear su propia historia. El mejor resultado del espectáculo sería, para mí, que la gente se movilizara.

¿El arte es una revolución?

Sí, así lo entiendo. El arte es una manera de cambiar el mundo.

¿Se puede hacer arte desde un posicionamiento político? ¿El arte siempre es política?

El arte es política, nosotros somos política. Nos articulamos como personas políticas, porque la política está en todos lados. Incluso si no estás interesado en ella, a la política sí le interesas. En los tiempos que corren, no es justo lanzar otro tipo de mensajes. Si los jóvenes no se interesan por la política, pueden pasar cosas malas. Si un político como Donald Trump asciende al poder, debemos movilizarnos.

Afirma que la libertad exige una lucha diaria: ¿Cómo es esa lucha?

Depende de cada uno. Cada situación es diferente. Creo que es fundamental que cuando algo ocurra, no nos quedemos al margen y que alcemos la voz para ayudar a quien lo necesite. Puede ser cualquier cosa, pero lo importante es que nos quitemos de encima el miedo, porque el miedo nos paraliza. Hay que enfrentarse a los poderosos, luchar contra el miedo y actuar en conciencia.

La lucha por los derechos LGBT es otro de los pilares de su lucha.

La base de los derechos humanos es que todos tenemos derecho a vivir, a no ser agredidos ni asesinados por ser nosotros mismos. Es sencillo, pero muy importante. Por desgracia, en Rusia si eres gay, te pueden matar sin miramientos. Cuando comienzan este tipo de ataques, es fácil llegar al fascismo. Es precisamente contra lo que luchamos.

Desde su famosa protesta contra Putin en 2012, que les llevó a la cárcel, en el mundo se han alzado otras voces autoritarias y populistas, como la de Donald Trump. ¿Cómo ve la situación global?

Rusia ha empeorado desde 2012. Antes éramos unos pocos, pero ahora hay presos políticos entrando en prisión todos los días solo por protestar en la calle. Hay una brutalidad policial extrema. Queda más claro que nunca que la manera que tiene Putin de gobernar el país es con represión y asesinatos políticos.

¿Y fuera de Rusia?

Vivo en Rusia, pero viajo mucho por el mundo y veo lo que está pasando: el mundo va a peor. No se trata solo de Trump, sino de todos esos movimientos de ultraderecha que tratan a los refugiados como si no fueran personas, incluso en un país como España.

¿Le esperanza que los jóvenes se estén movilizando contra un reto global como la lucha contra el cambio climático?

Greta Thunberg ha lanzado un mensaje muy potente. Me siento muy orgullosa de estar viviendo unos tiempos en los que los más jóvenes se hacen oír. Debería haber muchos más que alcen la voz y se conviertan en activistas. Hace poco, ha habido una manifestación en Madrid que ha reunido a más de 20.000 personas, convirtiéndose en una de las concentraciones mayores de los últimos tiempos. Creo que es fruto del trabajo de Greta Thunberg.