Raquel Martínez, líder de Podemos Andalucía: “Trabajaré para que la militancia vuelva a ser de calle y no de redes sociales”
Raquel Martínez (Almería, 1977) ha pasado de número dos a número uno de Podemos Andalucía. No es común que una secretaria de Organización, responsable de lidiar con las tensiones internas de un partido político, consiga los apoyos suficientes para convertirse luego en coordinadora general de la formación.
Martínez sucede a Martina Velarde tras ganar las primarias de Podemos Andalucía con el 52,4% de los votos, pero con una participación de apenas el 15% y tras una campaña muy dura frente a sus oponentes, la candidatura de la líder de Podemos en Sevilla, Susana Hornillo, con quienes deberá convivir ahora en el nuevo Consejo Ciudadano del partido.
¿Está satisfecha con el resultado de las primarias de Podemos Andalucía?
Personalmente, estoy contenta de que la militancia me haya dado ese apoyo. Y hombre, por la parte de la participación, sí que es cierto que me hubiera gustado que la gente se implicara más en este proceso. Pero también me lo pongo como meta: volver a recuperar esa participación.
En las primarias de Podemos Andalucía en 2016 votaron unos 17.600 inscritos, casi el 25% del total. Ahora han participado poco más del 15%. ¿Cómo se explica esta desmovilización de sus bases?
Creo que los inscritos en Podemos votan más cuando hacemos consultas políticas que con cuestiones internas de partido. En las primarias que eligieron a Martina [Velarde] veníamos del mandato de Teresa [Rodríguez], y hubo un claro debate político dentro de la organización que movilizó mucho más a la gente, porque era la primera vez que salía del escenario anticapitalista, y la respuesta fue que no estaban de acuerdo con la línea que estaba llevando Teresa.
¿Por eso hubo más movilización?
Los inscritos en Podemos son como los simpatizantes en otros partidos. Yo tengo poco más de 3.000 militantes que pagan cuota en Andalucía y participan activamente en los círculos. Y luego tengo 21.000 inscritos. Hay que gente inscrita para que le llegue información del partido y para participar en los debates, y luego esa gente es la que vota. Cuando consultamos sobre cuáles son nuestras líneas rojas en política, por ejemplo en los Presupuestos Generales, veo que la gente se emociona más en participar, porque creen que su opinión cuenta. Y con todo, en cualquier otra organización de izquierdas se sacaría pecho por una participación activa como la nuestra.
¿Cuál es el proyecto a corto plazo de Podemos Andalucía? ¿Qué es lo que va a marcar esta nueva etapa?
Me quiero centrar en el fortalecimiento de la organización. Sobre todo voy a hacer mucho hincapié en fortalecer los sitios donde podamos tener más déficit en las provincias, en el ámbito municipal y provincial, porque en los grandes núcleos tenemos mucha más actividad y presencia. Lo que quiero es que en las comarcas donde tenemos gente podamos activar a esos inscritos, convertirlos en militantes, darles tareas, que hagan política en sus municipios. Que tengamos una voz propia en Andalucía.
Usted pilotaba también la dirección anterior. ¿Podemos Andalucía tiene un diálogo fluido con los agentes sociales, es ahora un activo político de peso en la comunidad?
Sí. Tenemos una relación más que fluida y se nos reconoce porque cuentan con nosotras cada vez que tienen problemas y nos piden que les sirvamos como herramienta, que llevemos sus asuntos al Parlamento. De hecho, con las plataformas de vivienda o de medio ambiente tenemos una relación de trabajo de todos estos años.
Usted se define como andalucista. ¿Cree que la estructura orgánica de su partido permite a Podemos Andalucía defender un proyecto andalucista? Teresa Rodríguez siempre tuvo un pulso infructuoso con la dirección estatal para lograr más autonomía política, económica y organizativa en Andalucía...
Yo sé perfectamente que los que dicen que somos una sucursal de Podemos en Andalucía vienen de Adelante Andalucía [el partido de Teresa Rodríguez]. Y vienen también de partidos que son puramente nacionalistas andaluces. Mira, yo en su momento apoyé la propuesta de Teresa, no voy a borrar el pasado, pero Teresa realmente no estaba defendiendo una voz propia de Andalucía ni un proyecto andalucista. Teresa lo que estaba defendiendo era su propio poder de Anticapitalistas dentro de Podemos. Y por eso dejé de apoyarla. Utilizar el andalucismo y la autonomía así no me pareció limpio ni bien. Yo digo que mi corazón es andalucista y que creo en un andalucismo para nada rancio.
Podemos debe parecerse al modelo de estado federal y plurinacional. Aquí sí cabe un proyecto andalucista
¿Usted sigue planteando hoy las mismas demandas que hizo Teresa Rodríguez a la dirección de su partido?
No, no es el concepto. Teresa Rodríguez se quedaba en reclamar el CIF al partido y en cuestiones muy internas. Yo quiero que Podemos Andalucía tenga autonomía política hacia adentro, que tenga voz propia en el debate del Estado. Para que me entiendas, si se habla ahora del cupo catalán o de un tema que afecta a los territorios, Podemos Andalucía tiene que tener su propio discurso. Podemos debe parecerse al modelo de Estado que tenemos, más federal y plurinacional. Eso sí está dentro de nuestro debate interno, cuando tengamos la próxima Asamblea Ciudadana estatal también lo plantearemos.
Uno de los problemas de la última coalición electoral de izquierdas en Andalucía fue la marca. Podemos reclamaba su nombre en la papeleta en 2022. ¿La marca Podemos volverá a ser un irrenunciable para pactar una coalición en 2026?
No es que defendiéramos simplemente la marca Podemos en la papeleta, es que llevábamos mucho tiempo trabajando en Andalucía por reforzar la marca Unidas Podemos, que es la que teníamos en el Congreso. Nosotros queríamos ser Unidas Podemos por Andalucía y, de hecho, hicimos un montón de cosas conjuntamente. Lo que no tuvo sentido es lo que pasó casi al final, que eligieron una marca que confundió a la gente a pie de calle. Para 2026, entendemos que Podemos tiene que tener visibilidad, porque donde somos fuertes y visibles, cambia bastante la percepción de la ciudadanía. Y eso se votó por más de 31.000 personas en nuestra conferencia política y eso sí que nos une a todos los territorios y es una línea roja.
Es exactamente el mismo debate que tuvieron en 2022.
Claro que sí.
La única diferencia es que ahora el espacio de Yolanda Díaz está más débil que entonces.
Tampoco sé decirte cuál es el proyecto de Yolanda Díaz ni cuál es el partido de Yolanda Díaz. Porque claro, era Movimiento Sumar con todos los demás partidos en una coalición, y ya no, ¿no?
En la última encuesta del Centra, el barómetro de la Junta de Andalucía, el PP consolida su mayoría absoluta, Vox su suelo electoral y puede que el partido de Alvise Pérez entre en el Parlamento. ¿Qué le ocurre al espacio progresista?
Que se consolide en Andalucía el proyecto de Moreno Bonilla nos preocupa bastante. Lo que está haciendo ahora mismo con los servicios públicos en Andalucía es brutal, brutal. Creo que quizás no estamos llegando a la ciudadanía y que la ciudadanía no está viendo en verdad lo que está influyendo la política de Moreno Bonilla en su día a día. La gente no se está enterando de lo que está haciendo o no sabe identificar cuál es el culpable de la gestión aquí en Andalucía.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, la gestión de la dependencia, que 10.000 personas se mueren al año esperando que les atiendan, es que clama al cielo. Eso lo está haciendo Moreno, con esa imagen correcta y de moderado maravilloso. Yo veo claramente que el espacio de la izquierda no estamos llegando a la gente y no podemos permitirnos que sea la extrema derecha la que coja esa bandera, porque ellos si pudieran lo harían sin disimular.
Hace falta conciencia de clase. Tenemos que enseñar a la gente a que no van a llegar todos a ser Amancio Ortega
¿Cree que la extrema derecha está haciendo una oposición más eficaz al Gobierno de Moreno? ¿Que hace llegar mejor su mensaje a sus bases?
No, para nada. La extrema derecha no tiene ningún tipo de fondo político real. La extrema derecha lo que utiliza es el discurso fácil para llegar a los jóvenes a través de las redes sociales, mensajes cortos en los que no se identifican con ningún partido, pero lo que hacen es generar primero un enemigo: la inmigración, las mujeres... Nosotros tenemos que llegar a la gente joven, hace falta crear conciencia de clase... Tenemos que enseñar a la gente o, mejor, mostrar a la gente que no van a llegar todos a ser Amancio Ortega.
¿Baraja que Podemos concurra en solitario a las elecciones andaluzas de 2026?
No es descartable. Nada está descartado, por supuesto. Cuando llegue el momento, valoraremos tanto el interés de la organización como el interés de la ciudadanía. La línea política de Podemos en el contexto estatal es clara, es más valiente y consideramos que esa línea política debe estar representada.
Cuando le piden un balance de la gestión de la coalición Por Andalucía en el Parlamento, usted suele hablar exclusivamente de los tres diputados de Podemos. No da la sensación de que la confluencia de izquierdas le convenza...
Eso es normal. Yo tengo que poner en valor el trabajo de mis tres diputados. Ahora mismo, con la percepción que tiene la ciudadanía del grupo parlamentario, si no estuvieran los tres diputados de Podemos haciendo la política que están intentando hacer... Con cinco representantes es muy difícil llegar a todo el trabajo que hay en un Parlamento andaluz, comisiones y demás. Pero estamos poniendo el foco en las prioridades de la ciudadanía, la sanidad, la educación, la dependencia, la vivienda, o sea lo fundamental. Y yo tengo que poner el foco en el trabajo que están haciendo los míos. Entonces, para mí el balance tiene que ser que estamos haciendo Podemos en esta confluencia, no en el Parlamento y por eso pongo en valor eso.
¿No hay competencia entre partidos dentro de la misma coalición?
No, no es una competencia. Ahí hay cinco parlamentarios y el grupo lo está haciendo bien, hace un buen trabajo. Yo destaco a los de Podemos, pero no en detrimento de los demás actores de la coalición. Creo que el trabajo del grupo parlamentario Por Andalucía sería, bueno, pues un poquito más flojo si no estuviéramos los parlamentarios de Podemos. Se ve también en la línea que marcamos qué es lo que hacen los tres nuestros.
¿Usted no tiene interés en ser la candidata de su formación en las andaluzas?
No.
¿Ha hablado con IU? ¿Se han puesto un plazo para resolver el debate sobre la confluencia? Falta año y medio para las elecciones.
No consideramos ningún plazo, porque estamos en pantallas distintas. O sea, ellos tendrán que resolver sus problemas y sus temas internos, y nosotras tenemos claro donde estamos y el trabajo que queremos hacer. Ahora me tengo que centrar en fortalecer Podemos para que llegue fuerte al próximo proceso electoral.
Podemos debe tener visibilidad en las elecciones. No es descartable que nos presentemos en solitario a las andaluzas
Estas primarias han recogido afirmaciones muy duras de sus rivales en las redes sociales y algunas de esas personas van a convivir con usted en el nuevo Consejo Ciudadano. ¿Se puede manejar una dirección con un cisma interno por cerrar?
Sí, vamos a ver: es verdad que ha sido dura. La campaña ha sido rara: mucha gente en redes con fotos de gatitos, que se esconden detrás de nombres random, que así es muy fácil hablar desde tu sofá y decir cualquier cosa. Pero cuando estás en persona, en espacios comunes, espero más responsabilidad. Se entiende que todos nos hemos presentado porque queremos trabajar por este proyecto y que vamos a poner todo de nuestra parte. Yo por mi parte lo voy a hacer. Para mí la integración es trabajo, porque si no, no estaría a la altura de querer ser secretaria general de este partido. Después de las primarias no nos pondremos en plan venganza. Cabeza fría y nos ponemos a lo que nos tenemos que poner.
Me decía un miembro de su equipo que Podemos tiene que salir de su burbuja de Twitter y Telegram. ¿Hay algo de verdad en esto?
Totalmente, totalmente. O sea, a mí me gusta que me siga mucha gente en Twitter, la verdad, en X, porque yo he utilizado siempre las redes sociales para difundir información. Para mí son eso, son un canal, un medio para difundir información. Pero sí que creo que la militancia en redes, pues no, para mí la militancia es lo que hace un partido. Utilizar las redes para una guerra me parece fuera de lugar. Este análisis lo he hablado muchas veces con compañeras. Creo que todo esto viene tras la pandemia: la gente se ha metido mucho en eso, en la pantalla, en su casa y mi intención es que volvamos a la calle. Eso voy a trabajarlo mucho: que la militancia de Podemos vuelva a ser militancia de calle y no de redes. Que aquí como mejor se milita es formando parte de la sociedad civil, estando en las asociaciones de vecinos, en tu pueblo, en plataformas que hay en tu pueblo. Esa es la mejor manera de militar, ¿sabes? De nutrir la organización y el debate sano presencial. A mí me gusta la presencialidad.
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