La renuncia de Antonio Banderas al proyecto para la manzana de los antiguos cines Astoria y Victoria, en Málaga, ha provocado un intenso cruce de reproches entre el arquitecto que representaba el proyecto, la oposición, el propio Banderas y el alcalde. Banderas publicó una carta en Sur en la que anunciaba su renuncia por los “insultos” y el “trato humillante”, sin especificar de quién, y Eduardo Zorrilla, portavoz de Málaga para la Gente, respondió negando que hubiera insultado a nadie. Se sumó el arquitecto José Seguí, que declaró que el alcalde Francisco de la Torre había generado “confusión” con sus palabras de las que se podía entender que habría un trato de favor al intérprete malagueño. El alcalde ha enviado un mensaje a Banderas pidiéndole que reconsidere su decisión.
El actor anunció en una misiva que “no se dan las condiciones” para realizar su proyecto, que había resultado ganador entre 72 propuestas en un concurso de ideas sobre qué hacer con ese terreno público en el centro de Málaga. El proyecto de Banderas implica la construcción de un edificio de hasta seis alturas, del que parte se dedicaría al teatro con un “proyecto del prestigio, la profundidad y el brillo necesario para hacer 'ruido' en el mundo de la cultura”, según el propio actor.
Después de que se conociera la elección de esa idea, que contaba con el respaldo de Starlite y un edificio proyectado por un estudio de Barcelona y el arquitecto local José Seguí, el alcalde de Málaga Francisco de la Torre dijo que lo “natural” es que ese proyecto ganase también el futuro concurso público para la construcción y la gestión del espacio. Dijo De la Torre que podría adjudicarlo directamente, que prefería sin embargo acudir a un concurso público por ser “más limpio” y que, en todo caso, ese concurso requeriría el apoyo de una figura de prestigio internacional, “equivalente” a Banderas. Y que lo “natural” es que ganasen Banderas y Seguí.
Las palabras del alcalde generaron un acalorado debate que se trasladó al Pleno de abril, con la oposición llamando a evitar privilegios y denunciando un concurso a medida. La oposición consiguió aprobar una propuesta de Málaga Ahora que obligaba al futuro adjudicatario a prestar un aval y abonar un canon anual que compensara el valor del suelo que cedería el ayuntamiento, que pagó 21 millones de euros por él en 2010, lo que modifica sustancialmente la rentabilidad económica del proyecto. Este mismo lunes Málaga para la Gente presentó una propuesta para anular el concurso de ideas y realizar otro sin el condicionamiento económico y basado en el respeto a las normas urbanísticas vigentes, que fue rechazada.
“Sorna, cachondeo y mala leche”
“Nunca pasó por mi cabeza la idea de que este proyecto fuese rentable para mí”, cuenta Banderas en su carta, en la que critica los “coros de voces” que se alzaron contra el proyecto “dentro y fuera de los ambientes políticos locales”. Las voces “no se detenían en la crítica al mismo, sino que se extendían a la sorna, el cachondeo y por qué no decirlo, la mala leche”, relata el intérprete. “Había que salir de ahí, había que salir y buscar un mejor lugar en el que depositar todas las energías positivas que deseábamos para este desafío”, explica el actor, que anticipa que no renuncia a su aspiración de gestionar un espacio cultural en Málaga, pero desde el ámbito “absolutamente privado”.
Eduardo Zorrilla, portavoz de Málaga para la Gente, insiste en que trató al actor con respeto y cree que aunque Banderas está “en su derecho” de defender sus intereses, “nosotros estamos en el nuestro y tenemos la obligación de defender los intereses generales de la ciudadanía”. “Antonio Banderas pretende convertirme en el malo de su próxima película. ”El Zorro y el Zorrilla“ podría titularse”, escribió en su cuenta de Twitter.
Ysabel Torralbo, de Málaga Ahora, dice que, aunque lamenta que Banderas esté molesto, su grupo no se da por aludido: “Hemos actuado por un proceso transparente, con garantías y con concurrencia. Y criticamos el concurso porque no cumplía ciertos requisitos”, como vincularlo desde el principio a un criterio económico y obligar a una modificación del PEPRI. Por su parte, el PSOE culpó al alcalde del “mal concurso y peor gestión” y de hacer “flaco favor” al proyecto ganador del concurso de ideas “cuando insinuó un traje a medida”.
José Seguí: las palabras del alcalde “fueron malentendidas”
Este argumento también lo utiliza el propio arquitecto detrás del proyecto de Banderas. José Seguí cree que las palabras del alcalde, cuando se posicionó a favor de su proyecto para el desarrollo y gestión del proyecto, “fueron malentendidas”. “No sé si las declaraciones del ayuntamiento, que se entusiasmó demasiado, dieron la sensación de que estaba dado, cuando estamos todavía muy lejos”, explica a eldiario.es Andalucía.
Seguí pidió el pasado viernes, en una entrevista en Málaga Hoy, que se le desvinculase de la negociación entablada entre el ayuntamiento y la Junta de Andalucía para modificar la norma urbanística. Sin embargo, dos días antes había asistido al encuentro entre las dos administraciones. Según dice, lo hizo para explicar el proyecto ganador del concurso de ideas.
Desde la semana pasada Seguí venía deslizando en ciertos ambientes que el proyecto no se realizaría, aunque asegura que la decisión la tomaron el lunes: “El lío es de tal calibre, que cuando se pide la suspensión del concurso nos causa una desazón total”, relata: “Entonces decidimos retirarnos discretamente”. La decisión, anticipa el arquitecto, es “definitiva”: “Creo que es absolutamente imposible trabajar con tanta confrontación con ciertos sectores, que hace inviable un proyecto ilusionante”.
Ante la renuncia de Banderas, el alcalde anunció por la mañana que le había enviado un mensaje pidiéndole que lo reconsiderara. Elías Bendodo, presidente del PP de Málaga y de la Diputación, lamentó la retirada de Banderas y le pidió que “retome una idea que cuenta con el respaldo absoluto de Ayuntamiento y Diputación y que acogeríamos con los brazos abiertos”.