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Ribera plantea las europeas como un plebiscito contra “la ultraderecha y la derecha cobarde que pacta con ellos”

Teresa Ribera, María Jesús Montero y Juan Espadas, en la presentación de la candidatura del PSOE a las elecciones europeas del 9 de junio, este miércoles en Sevilla.

Daniel Cela

Sevilla —

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Un PSOE vigorizado, feliz y propulsado tras ganar las elecciones catalanas del pasado domingo se ha lanzado de cabeza a la siguiente campaña electoral, la de los comicios europeos del 9 de junio, que no empieza oficialmente hasta la semana que viene.

Los socialistas han presentado su candidatura en Sevilla, a orillas del Guadalquivir, encabezada por la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, con un discurso plebiscitario, similar al que usó Pedro Sánchez con éxito en las generales: socialdemocracia, feminismo, más derechos, más Europa y paz, frente a la “ultraderecha, el negacionismo climático, el machismo, el euroescepticismo y la guerra”.

Ribera se ha quitado la chaqueta institucional de vicepresidenta para enfundarse, cómodamente, el traje de candidata. Con un tono mitinero y un lenguaje directo, ha tratado de llamar a las cosas por su nombre: “Vamos a los señores que levantan el brazo en Roma y en Milán, a los defienden las bombas contra la paz y aspiran a hacer impresionar a Europa desde dentro. Vamos a ganar a la ultraderecha y a la derecha cobarde que les abraza y no tienen problema en pactar con ellos, en sacrificar derechos sociales, denigrar a las mujeres e inventarse conflictos cuando las urnas han dejado claro que queremos paz, derechos y convivencia para el conjunto de la sociedad”.

El avance de las derechas en toda Europa -también en el recién votado Parlamento catalán- es el leit motiv de la campaña del PSOE en las europeas. Ribera ha sido tan explícita y tan contundente contra los partidos ultra como con los conservadores, que ahora pactan con los socialdemócratas en Bruselas, pero han abierto la puerta en estos comicios a integrar a la extrema derecha en su grupo.

En esos términos rotundos se dirimen unas elecciones europeas que coinciden con una guerra en suelo europeo por primera vez desde el conflicto en los Balcanes, en los años 90. La invasión de Putin a Ucrania, que dura más de un año y arrastra más de 30.000 muertos, y sobre todo, la masacre de Israel en la franja de Gaza tras el atentado terrorista de Hamás cobra un protagonismo capital en estas elecciones. Está en juego el papel de la Unión Europea en un orden internacional en fase de rotación, con un mayor peso de China y la incertidumbre que provoca el posible regreso de Donald Trump al frente de Estados Unidos.

Ribera se ha referido al conflicto de Ucrania como “una guerra que ha demostrado que debemos defender a Europa frente a los ataques de Putin. No sólo con bombas, sino con la energía, con los alimentos, con la información y la desinformación”. “¡Prestad atención! ¡Estamos rodeados de desinformación y viene de más cerca de lo que pensamos!”, ha subrayado la ministra.

Junto a las dos ministras, estaba Iratxe García, hasta ahora presidenta de Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en Bruselas, el resto de candidatos de la lista, y también la vicepresidenta primera, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, que ha ejercido de anfitriona en su ciudad. “Con el liderazgo de Pedro Sánchez y de Teresa Ribera, se reconocerá el Estado Palestino y seremos capaces de parar la barbarie que se produce en Gaza, en la franja, y la barbarie en Ucrania”, ha dicho.

Montero ha recalcado la importancia que tienen estas elecciones europeas para el Gobierno de España, como prueba la elección de Ribera como número uno de la lista. “Pedro cree tanto en este proyecto europeísta que ha elegido para encabezarlo a esta mujer feminista, ecologista, y que representa lo mejor del socialismo español y europeo. El PSOE ofrece lo mejor que tiene para encabezar esta lista, y se desprende de una de las personas que más ha aportado a la gobernabilidad en estos seis años. Un acto de generosidad que hace el presidente para intentar que en Europa brille desde este proyecto ganador y de futuro”, ha apuntado Montero.

Andalucía, capital para el PSOE en las europeas

La ministra de Hacienda, sevillana y muy al tanto del sinsabor de la situación del PSOE andaluz, ha hecho mucho hincapié en llamar a la participación, a la movilización de los socialistas andaluzas. Esta comunidad, que tanto depende de la Política Agraria Común (PAC), acumula más votantes que en ninguna otra parte del país -6,5 millones de electores- y la movilización de los socialistas andaluces es capital para el éxito del partido el próximo 9 de junio.

En las europeas de 2019, el PSOE logró 20 eurodiputados -ocho más que el PP- con el 32,8% de los votos. En Andalucía, sin embargo, los socialistas fueron la primera fuerza con el 40,5% del escrutinio. El líder del PSOE-A, Juan Espadas, ha agradecido a Ribera que eligiera Sevilla para presentar su candidatura y que la semana que viene sea el propio Pedro Sánchez quien arranque en Andalucía la campaña.

Espadas también ha lanzado un dardo al presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, por vía impuesta de la ministra. “Su ministerio y el Gobierno de Pedro Sánchez han conseguido parar desastres ambientales como los del Gobierno de Moreno con Doñana”. Ribera le ha recogido el guante en su intervención: “Si no llega a ser por el corazón de Europa... en Doñana lo que nos hubiera costado seguir adelante, Juan lo sabe bien”.

El discurso ecologista de Ribera, con remitentes en España pero también en Bruselas, tiene un trampolín especial en Andalucía. La guerra política que libró con el Gobierno de Moreno a cuenta de la proposición de ley de PP y Vox para amnistiar regadíos ilegales llegó a oídos de la Comisión Europea, que amenazó por carta a España con hacer cumplir la sentencia condenatoria por no preservar el acuífero del Parque Nacional, ante el riesgo de que la citada ley saliera adelante en el Parlamento andaluz.

Moreno dejó en suspenso la polémica norma tras abrirse un proceso de negociación con Ribera, que cristalizó en una inversión extra de 350 millones de euros para revitalizar la comarca onubense y compensar a los agricultores -legales e ilegales- que vieron frustrado su plan de ampliar regadíos en el entorno de Doñana.

Mientras estuvo viva aquella iniciativa legislativa, el PP andaluz la usó en dos campañas electorales -las andaluzas de 2022 y las municipales de 2023-, en ambos casos con enorme éxito. Moreno gobierna con mayoría absoluta Andalucía y en los comicios locales se impuso en Huelva, logrando hacerse con la Diputación provincial que había sido gobernada por el PSOE desde 1977. Ambos partidos llegan a las próximas elecciones europeas con la paz firmada, el consenso político y el acuerdo con los alcaldes, regantes y agricultores. Está por ver quién de los dos amortiza mejor este pacto.

El chute de las catalanas

Tanto Ribera como Montero han sacado partido del resultado de las catalanas para reivindicar la política “pactista y de consenso” de Pedro Sánchez. La ministra de Hacienda defiende que la hoja de ruta para desactivar el conflicto sociopolítico en Cataluña se ha estado siguiendo de cerca desde las instituciones europeas, y cree que las urnas del domingo son un espaldarazo. “Las políticas a medio plazo, que rehúyen el regate corto y están alejadas del populismo, son políticas eficaces. Hay que hacer política con la cabeza y arriesgando”, ha asegurado.

La ministra de Transición Ecológica, que aspira a ser la próxima comisaria europea de Medio Ambiente, ha afeado al PP su falta de conocimiento y liderazgo en las instituciones europeas, y les reprocha que vayan a contracorriente de los intereses de España sólo por tacticismo político contra Sánchez. “No conocen Bruselas, sólo van allí a hablar mal de España, a dar abrazos a la ultraderecha y a ejercer técnicas de desinformación y de fango. Usan un lenguaje que no se entiende allí, que sólo le sirve a su público”, afirma.

Ribera ha sacado pecho por la política económica del Gobierno socialista, los 21 millones de afiliados a la Seguridad Social -diez de ellos mujeres-, que España sea el PIB que más crece, por encima de la media europea -la expectativa de la Comisión Europea supera el 2% previsto inicialmente-, y brindó a Montero que se hayan alcanzado estos números “reduciendo deuda y generando inversión”.

“A algunos les molesta muchísimo. Para algunos cuanto peor, mejor. Buscan conspiraciones, reniegan de los resultados de las urnas, y dicen que son demócratas”, ha argumentado Ribera, que terminó su discurso con la misma alerta contra la ultraderecha con la que empezó: “No quiero hombres de negro, ni señores, porque son señores, con el brazo en alto. No los quiero ni ver, se están poniendo de moda, y yo quiero instituciones europeas solidarias, con gente progresista y oportunidades para todos”.

Montero culminó su discurso definiendo a Pedro Sánchez como “el mejor embajador que tiene España en el mundo”.

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