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Rocío Díaz, la inesperada consejera de Fomento

Hace tan solo una semana, Marifrán Carazo participaba en el que ha sido su último Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía en Sierra Nevada. En aquella cita, los presentes bromeaban con la posibilidad de que en cualquier momento del acto apareciese la sustituta de la ya ex consejera de Fomento. La mayoría apuntaban a la directora de la Fundación Tres Culturas, Concha de Santa Ana, pero pocos se imaginaban que sería la responsable de la Alhambra, Rocío Díaz, la persona que se haría con el cargo.

La designación de Díaz como máxima dirigente de Fomento ha sorprendido entre la militancia de los populares y también entre algunos cargos del partido en la provincia. No porque su perfil no pueda coincidir con el que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, y Marifrán Carazo pudiesen negociar, sino porque los pronósticos apuntaban al nombre de Concha de Santa Ana y en los últimos días había llegado a sonar con fuerza el de la parlamentaria del PP, Ana Vanessa García.

El nombre de Rocío Díaz, que se ha mostrado “enormemente agradecida” con Moreno Bonilla y dice tener “ganas y responsabilidad”, ha sido uno de los secretos mejor guardados por Moreno desde que en enero se hiciera oficial que Carazo se presentaría a las elecciones municipales en Granada. Desde entonces, mucho se ha especulado con quién sería la persona que asumiría su cargo al frente de Fomento y tan solo se deslizaban tres pistas: sería mujer, granadina e ingeniera. Solo se han cumplido dos: es mujer y ha nacido en Granada, pero no ha estudiado ninguna ingeniería.

Política joven con largo recorrido

Rocío Díaz es socióloga y un activo del Partido Popular de Granada que nació en 1975 y ha ostentado varios puestos de relevancia de la mano de los populares. Desde 2019, era la directora de la Alhambra y su labor al frente de uno de los monumentos con más visitas de España le ha granjeado tanto críticas internas como externas. Como responsable del emblema nazarí, Díaz ha tenido que sortear varias huelgas de trabajadores entre acusaciones de “privatización” y en el seno de su partido hay quienes consideran que su trabajo no ha sido del todo apropiado para la Alhambra.

Hay quienes la definen como una política con problemas de liderazgo porque no ha acabado de gestionar del todo bien las presiones internas y la actividad del monumento. De hecho, fuentes del partido en Granada afirman que Díaz se ha refugiado en su condición de directora de la Alhambra para tratar de evitar las polémicas que han rodeado a los populares, sobre todo con los cambios en la presidencia provincial y la abrupta salida del Gobierno municipal en 2021.

Pasado municipal

Díaz fue durante seis años la portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Granada, así como la concejala de Turismo. Precisamente en ese tiempo logró forjarse una imagen que la colocaba como futurible alcaldesa por ser joven, mujer y pertenecer a una rama más moderna de la formación, hasta entonces muy marcada por liderazgos clásicos y de hombres. Cuando el exalcalde José Torres Hurtado fue detenido en el marco de la 'Operación Nazarí' en abril de 2016, el PP propuso a Díaz como candidata a sucederle tras su dimisión, pero un acuerdo a última hora con Ciudadanos le otorgó el bastón de mando al PSOE de Francisco Cuenca. En aquellas fechas era también senadora, aunque tuvo un paso muy fugaz por la Cámara de Alta de apenas cinco meses.

Tras aquello, Díaz continuó siendo la portavoz municipal de los populares, pero su condición de candidata desapareció conforme la imagen del PP se iba hundiendo a nivel local y nacional y emergía la figura del entonces presidente provincial, Sebastián Pérez, que se autodesignó como aspirante a alcalde. La nueva consejera de Fomento no repitió en las listas municipales y durante meses pasó a estar en un segundo plano del que fue rescatada por la Junta de Andalucía de Moreno Bonilla cuando le designó como directora de la Alhambra, cargo que ha ocupado hasta ahora.

La lectura local

Pero su nombramiento como responsable de Fomento también tiene otra lectura, según explican fuentes populares. Que se haya elegido a Rocío Díaz y no a Concha de Santa Ana explica que en la decisión ha pesado mucho la opinión de Marifrán Carazo. La consejera saliente, a la que Rocío ha elogiado su “magnífico trabajo” en la Junta de Andalucía, es amiga íntima de Díaz -llegaron a coincidir como ediles del Partido Popular en el Ayuntamiento de Granada-, por lo que pertenece a su círculo de confianza. Algo que refuerza la idea de que Carazo ha asumido el liderazgo total del PP granadino, a pesar de que la presidencia la ostenta Francisco Rodríguez.

Precisamente Rodríguez es uno de los nombres propios de los populares granadinos que han recibido un toque de atención con el nombramiento de Díaz. Según las voces del partido consultadas, el mandatario queda una vez más arrinconado y a merced de lo que decida Carazo con respecto al futuro del PP en la provincia. De nuevo, la supervivencia de Rodríguez pasa por amarrar la presidencia de la Diputación provincial si los números le son favorables al PP, pero ni siquiera esa posibilidad le asegura un futuro seguro en el seno de su formación.