No era un domingo más en la Base Naval de Rota. El hangar número cinco iba a servir de escenario de la primera comparecencia de un presidente de los Estados Unidos en la historia de la base naval desde 1953. Sólo Eisenhower había venido hasta aquí cuando aún la base no estaba abierta.
Han sido muchos días de trabajo y, como la ocasión lo merecía, fueron varios los operarios que han tenido que acudir en fin de semana para que nada falle en la visita de Barack Obama. Desde primera hora del domingo se cuida hasta el mínimo detalle, tanto de logística como de seguridad. Mientras que se encuentra en Madrid no se deja nada a la improvisación a unos 500 kilómetros de distancia.
Tras una ajetreada mañana en la capital de España, el presidente fue trasladado al muelle número uno para visitar el destructor USS Ross. En el hangar ya le esperaban las tropas estadounidenses y españolas con sus familias. Hace meses se mandaron invitaciones y, por riguroso orden de llegada, se permitió el acceso a un acto que era histórico. Las colas de los familiares rodeaban la Base roteña desde primera hora de la mañana y, cuando faltaban dos horas para la comparecencia de Obama, ya no se cabía en el escenario elegido, con capacidad para 2.700 personas.
La presencia de dos mujeres pasaba inadvertida para la mayor parte de los presentes, pero las intérpretes del acto cobraban una importancia vital para la mitad de los asistentes y para todos aquellos que no disponen de un buen nivel de inglés. Cecilia, argentina de nacimiento y estadounidense desde hace 16 años, comentaba antes del acto que “no se sienten nervios porque ya estamos acostumbradas, lo único que nos preocupa es que no haya ningún fallo técnico. Para llegar hasta aquí hemos pasado muchas pruebas y es un honor trabajar para el Gobierno de los Estados Unidos”.
El presidente fue recibido por Pedro Morenés, Ministro de Defensa, José Javier Ruiz Arana, alcalde de Rota, Jaime Muñoz-Delgado, Almirante General Jefe de Estado Mayor de la Armada, Santiago Ramón, vicealmirante jefe del Apoyo Logístico de la Bahía de Cádiz, Mike Macnichol, jefe de la Base Naval Air Station de Rota y Doug Ten Hoopen, agregado de Defensa en la Embajada de EEUU en Madrid. Muchas personalidades en un protocolo donde la seguridad era lo más importante.
“No creo que Obama diga nada de nuestra sitaución”
Entre tanto formalismo, varios trabajadores españoles contemplan el bullicio con la tranquilidad que da la experiencia. Manuel lleva desde 1974 trabajando en el departamento de Obras Públicas de la Marina americana y ha visto cómo “desde entonces hemos pasado de tener 2.800 trabajadores a tener sólo 900. Ahora entran muchas contratas que cobran menos que nosotros y contra eso no podemos hacer nada. Nos encontramos en tierra de nadie porque pertenecemos al Ministerio de Defensa de España pero estamos cedidos a Estados Unidos y eso, al final, lo complica todo. No creo que Obama diga nada de nuestra situación”.
Así fue. El presidente estadounidense agradeció el esfuerzo de sus compatriotas por trabajar como lo hacen lejos de sus familias y agradeció la ayuda de España, pero no hubo la menor referencia a la situación del personal español en la base. Lo contrario habría sido una gran sorpresa, realmente, como aseguran los trabajadores.
El Obama de los 'selfies'
El retraso en la agenda del día superó los 45 minutos, pero los asistentes lo llevaron de la mejor manera, amenizados por una banda de música que puso la nota de color. Eran las 18.50 de la tarde cuando apareció y la ovación fue abrumadora. Obama está viviendo sus últimos meses como presidente y se permitió estar muy cerca de su gente. No le importó hacerse selfies con los soldados y tomar en brazos a muchos niños. Se había quitado la chaqueta y no perdía la sonrisa. Obama en estado puro.
Finalizó el acto y se produjo el traslado en caravana del presidente rumbo a la Base Conjunta de Andrews (Virginia). El lunes llegará la normalidad a Rota tras un domingo que no fue un domingo más. Fue el domingo en el que un presidente de los EEUU visitó la base de Rota, en España, por primera vez.