“No vienen por gusto”, dice Javier Cuenca, responsable de Save the Children en Andalucía. Después de la “peculiar” medida de emergencia por parte de la Junta de Andalucía de alojar temporalmente en un camping a 60 menores extranjeros no acompañados (MENAS) que habían llegado a España en patera, la organización plantea a la Administración regional que extienda el modelo de acogimiento familiar a este tipo de jóvenes, como ocurre actualmente en el sistema de protección con cualquier otro menor en situación de desamparo, a sabiendas de que llegan de África “solos” y son “menores institucionalizados”, es decir, tutelados por la Junta de Andalucía.
Cuenca no inventa nada que no esté previsto por la ley pero que responde a un tipo de acogimiento minoritario o residual en el caso de los MENA. La Ley Orgánica 1/1996 de Protección Jurídica del Menor otorga preferencia al acogimiento familiar de los menores respecto al residencial. Save the Children insiste en que “debería ser prioritaria la acogida familiar por encima de la acogida residencial”.
“Es un tema complicado pero se trata de tener la voluntad política y el enfoque que asegure que hay un principio de no discriminación; que igual que se hace con menores que el sistema de protección se tiene que hacer cargo de ellos, donde es preferible el acogimiento familiar, que se haga lo mismo con menores extranjeros no acompañados”, señala Cuenca en una entrevista con eldiario.es Andalucía.
“Vienen solos, sin familia”
A partir de ahí, la pretensión de Save the Children es “que no pasen cosas como lo ocurrido con el camping” y “que haya claridad por parte de la Junta a la hora de saber cómo se gestionan esos centros y qué está pasando con estos menores que deben ser objeto de especial atención, porque vienen solos, sin familia, sin tutor legal”. En ese línea, Cuenca apunta que “el sistema de protección autonómico tiene que estar preparado para responder continuamente”, apunta, señalando que la ley de infancia y adolescencia que se está tramitando es “una buena oportunidad” para que todo el apartado relativo a menores no acompañados “mejore un poco” lo que ya dice la ley dice sobre el sistema de acogida.
¿Cómo plasmar este planteamiento de extender el acogimiento familiar? La idoneidad de familias en el sistema que gestiona la administración, también con entidades colaboradoras, también “podrían estar dispuestas a acoger a menores no acompañados, siempre con un acogimiento de urgencia o temporal”. “No estamos hablando de adopciones, etc. Eso es diferente. Se trata de crear un marco con una familia, con un apoyo de la administración también (con mediadores interculturales, psicólogos), como en el actual sistema de protección. Consideramos que en el ámbito familiar es donde el niño debería estar”, indica. “No por ser una petición compleja deja de ser la justa para nosotros”.
La solicitud de este cambio de modelo de acogida se le ha hecho llegar internamente la Consejería de Igualdad por parte de la organización. “Es complejo pero ahí está la legislación y queremos seguir en esa línea. Entendemos que debe ser la apuesta de la Junta, que lo pongan encima de la mesa y que lo planteen liberando recursos, presupuestos y los procedimientos que ya existen con las familias acogedoras”, resalta Cuenca.
Hasta ahora, este modelo de acogimiento familiar con MENAS no tiene precedentes en Andalucía y, según Save the Children, tampoco en otra comunidad autónoma.
¿Dónde van los menores que llegan en patera?
Actualmente, tras su localización y en tanto se determina su edad, los MENA en Andalucía son trasladados a un Centro de Acogida Inmediata (CAI), donde en un plazo de tres meses se les realizan los primeros estudios y se hace una propuesta de medida protectora a adoptar con el menor. Estos CAI, en los que conviven menores en situación de desamparo españoles y extranjeros, permiten una intervención rápida y directa con los MENA a su llegada. Del CAI suelen pasar a un Centro de Acogimiento Residencial Básico (centro de protección), donde se trata de facilitar la integración social y laboral de los menores procedentes de la inmigración “para alcanzar un proyecto de vida adecuado”, resume Cuenca.
Del episodio del camping señala que “no nos parecieron las instalaciones más adecuadas y así se lo hicimos saber por carta a la consejera”. Pese a que tras una reunión con el equipo competente en la materia, los menores fueron finalmente reubicados en un antiguo centro de protección, como avanzó este periódico, el hecho en sí “demostró que el sistema no está preparado para acoger a un número de niños muy vulnerables que estaba llegando y que deben de tener una atención adecuada desde un principio”. “No se puede permitir que los centros estén por encima del número de plazas que tienen habilitadas, porque así se están vulnerando los derechos de los menores”, sentencia.
Pese a que Save the Children valora que la Junta “actuó rápidamente”, a la organización le gustaría saber “qué tiene previsto si en lugar de 60 llegan muchos más” porque “está claro que el número de menores no acompañados que cruzan el Estrecho ha crecido y no sabemos si eso va a seguir creciendo”. En ese sentido, lamenta no tener “informaciones claras de la gestión de los centros”, motivo por el cual van a iniciar un proceso de reflexión y profundización en el conocimiento y funcionamiento del sistema en sí y de cómo son acogidos estos menores.
Como recogió en su informe sobre infancias invisibles, Save the Children considera a los MENAS, a las víctimas de trata y a los refugiados como colectivos más vulnerables, y quiere seguir incidiendo en ello, por lo que el “parche” del camping supone para ellos “un pistoletazo de salida para profundizar en esta situación” y “que no vuelva a darse una circunstancia así”. “La red de centros tiene que estar preparada para cualquier contingencia mientras puedan iniciar ese cambio que estamos pidiendo en el sistema de acogida, ya que en definitiva se trata de dotar a ese menor de las mismas oportunidades que supuestamente tienen el resto de menores de nuestra comunidad autónoma”, concluye.