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La Seguridad Social no reconoce al 95% de los fallecidos por exposición laboral al amianto

El catedrático Alfredo Menéndez de la Universidad de Granada.

José A. Cano

Granada —

Entre 2007 y 2011 murieron en España 1.297 personas por mesotelioma pleural, un tipo de cáncer de pulmón provocado por la exposición al amianto. De estos, al menos 1.100, entre el 80% y el 85%, estuvieron expuestos a dicho material por causas laborales, pero la Seguridad Social sólo reconoció 50 casos, catalogándolos como enfermedad profesional.

A ellos hay que añadirles los enfermos de carcinoma broncopulmonar, o cáncer de bronquio y pulmón, otro tipo de cáncer que puede provocar el amianto, mucho más común pero al que se le diagnostica menos como causa, y que se calcula que provoca el doble de mortalidad que el mesotelioma pleural. En cifras concretas, el 93,6% de los hombres y el 96,6% de las mujeres que fallecieron entre 2007 y 2011 en España por mesotelioma pleural no fueron reconocidos por la Seguridad Social, aumentando la tasa hasta el 98% en el caso del cáncer de bronquio y pulmón.

Un estudio de la Universidad de Granada (UGR) publicado por la revista International Journal of Occupational and Environmental Health calcula entre 400 y 600 el número de personas que murieron en ese periodo por causa de la exposición laboral al amianto. A la media de 200 fallecidos por mesotelioma pleural habría que añadir el número de carcinomas broncopulmonares causados por el amianto, que se estima en al menos el doble de esa cifra.

El catedrático de Historia de la Ciencia de la UGR Alfredo Menéndez Navarro explica que normalmente “algunos de los afectados y sus familias no son conscientes. El cáncer se puede manifestar 30 ó 40 años después de que se produzca la exposición, y muchas veces la persona está jubilada y el médico no sospecha que la causa pueda ser laboral. Sí se debería potenciar que los facultativos indaguen cuando estén ante un cáncer que pueda ser provocado por el amianto”.

El principal problema “es que estas personas deberían ser reconocidas como víctimas de un problema laboral. Su enfermedad es profesional y les daría derecho a una serie de prestaciones que ahora mismo no reciben. La mayoría sufrieron la exposición entre los años 70 y 90, por lo que el mayor pico de mortandad lo estamos viviendo en esta década. Entre 2016 y 2020 habrá alrededor de 200 muertes al año por este tipo de cáncer”.

El amianto, también conocido como asbesto, fue muy empleado en la construcción y en numerosos procesos industriales en España entre las décadas de los 60 y 90 del siglo pasado. Su comercialización y uso están prohibidos desde el año 2002, por tratarse de un agente cancerígeno que está presente en miles de edificios, tuberías y tejados. Existe una normativa de 2006 para el desmantelamiento de las alrededor de dos toneladas de amianto que pueden quedar instaladas en España.

Menéndez Navarro apunta que “no es un problema cerrado. Si no se cumplen los protocolos, por ejemplo si se desmantela una nave industrial o se hace una obra en un edificio con fibrocemento, los trabajadores pueden exponerse a respirar fibras de amianto. Además, existe un Plan de Vigilancia para Trabajadores Expuestos y Postexpuestos que aunque funciona bien necesita que se potencie. Es algo que sólo se logrará con la visibilización social del problema”.

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