La solidaridad se redobla tras el corte de agua del Ayuntamiento de Córdoba a la Acampada Dignidad
Una cadena humana transporta garrafas de agua desde una
fuente cercana hasta el colegio Rey Heredia. Vecinos, comercios y colectivos suman
botellas y bidones de agua a la habitual donación de alimentos. Esa ha sido la
respuesta solidaria y de apoyo que ha recibido la Acampada Dignidad cuando se
cumple una semana desde que el Ayuntamiento de Córdoba cortara el suministro de
agua al colegio ocupado donde se desarrolla su comedor social y el resto de
propuestas de los activistas.
La solidaridad en apoyo a la Acampada Dignidad se ha
redoblado desde que en pleno inicio de las fiestas navideñas, el pasado 20 de
diciembre, la empresa municipal de aguas (Emacsa) cumpliera la orden del
Ayuntamiento de Córdoba y procediera al corte de la tubería que une la red de
suministro público con el Rey Heredia. Desde entonces, los vecinos del barrio y los comercios que
habitualmente donan alimentos para el comedor social que da diariamente de
comer a unas cien personas, han mostrado su apoyo sin fisuras a la Acampada
Dignidad y han sumado esfuerzos para que el corte del agua no afectara a la
cocina abierta del colegio.
“La gente trae ahora, además de comida, garrafas de agua”,
explica el portavoz de la Acampada Dignidad, Rafael
Juan. Y relata cómo, después del corte del suministro, la donación de comida y agua ha llenado las
antiguas aulas del colegio ocupado y reconvertido en Centro Social Rey Heredia.
Los activistas ya solventaron un primer corte de agua
Los activistas ya solventaron un primer corte de agua
Sobre la medida adoptada por el Ayuntamiento de Córdoba,
desde la acampada recuerdan que “a las dos semanas de permanencia en el centro escolar -en octubre- el señor alcalde, José Antonio Nieto, también presidente de
Emacsa, ya había ordenado el corte“, que se llegó a producir pero fue
solventado por los propios activistas aprovechando una tubería cercana.
“Como regalo de Navidad del señor alcalde y como tenía conocimiento de que más de cien personas comían en el
Centro Social Rey Heredia, ha debido pensar que seguíamos teniendo suministro
de agua gracias a la red pública“, critica.
Los integrantes de la Acampada Dignidad fueron
testigos así de cómo los operarios de la empresa municipal procedieron a abrir una
zanja en la acera junto al colegio ocupado y cortaron la tubería que entra en el centro escolar “para cortar por lo sano y para que no haya ninguna posibilidad de
suministro“. La actividad, sin
embargo, no se ha visto mermada. “El señor alcalde vuelve a minusvalorar la
solidaridad de vecinos, trabajadores y ciudadanos en general“, aseguran los
activistas.
Y así, la cocina abierta, el comedor social y el resto de
actividades han seguido su marcha gracias al apoyo social. La ludoteca, la
biblioteca, Radio Dignidad, asambleas y reuniones de decenas de colectivos, el
asesoramiento sociolaboral y las clases de apoyo donde un grupo de 25
profesores ocupan sus tardes con adultos y niños sin recursos, mantienen unidos
a los activistas con la gente del barrio y los colectivos.
Se unen a ello las firmas recogidas para mostrar el apoyo ciudadano a la ocupación, que ya suman más de 3.000. Todo ello, a la espera de la decisión del juez
que recibió la denuncia presentada por el Ayuntamiento de Córdoba contra ocho activistas por un delito de usurpación y que, desde comienzos de diciembre,
estudia dar respuesta a la petición, como medida cautelar, de desalojo
del Rey Heredia.
De momento, no hay respuesta del juez. Pero l
os miembros de la Acampada Dignidad lo tienen claro: “El movimiento iniciado el 4 de -fecha en la que
ocuparon el colegio que permanecía cerrado y en desuso- no tiene marcha atrás.
Puede ser que su señoría entienda que tiene razón el señor alcalde y nos haga
irnos del Rey Heredia. No lo sabemos. Esperamos que no, evidentemente. Pero la
lucha, en el Rey Heredia o en otro sitio, no ha hecho sino empezar. Y cada día
hay más gente en ella“, concluyen.