“Con la presa de Alcolea, lo más importante es asegurar que no hay ningún tipo de contaminación por metales pesados y por carga minera”. La afirmación la hacía a finales de febrero el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno (PP), en lo que se saludó como un cambio en la postura de un Gobierno andaluz que hasta la fecha no hacía más que reclamar una y otra vez que se ejecutara este embalse en Huelva. De hecho hasta había constituido junto a los regantes onubenses un grupo de presión para que el Estado concluya una presa con las obras paradas desde 2017, estrategia que había dado paso a una tregua que ha durado bien poco porque otra vez la consigna parece que hay que hacer esta infraestructura a cualquier precio.
Este giro para volver al punto de partida lo ha dado Moreno tras conocerse que el Gobierno central no prevé retomar las obras en 2024 y, en la práctica, en mucho tiempo, ya que insiste en que lo prioritario ahora es mejorar la calidad de las aguas del Odiel. Este río es el que abastecerá a esta presa en término municipal de Gibraleón y está muy contaminado por los vertidos de numerosas instalaciones mineras abandonadas, desde las que se filtran aguas ácidas y cargadas de metales pesados.
Pese a esta incertidumbre, ahora Moreno pide al Ministerio para la Transición Ecológica que “marque como prioridad” esta infraestructura porque para Huelva y para Andalucía estratégicamente es “clave para el presente y el futuro del sector agroalimentario”. Con un presupuesto de adjudicación que superó los 89 millones de euros y 246 hectómetros cúbicos de capacidad, la presa de Alcolea se paralizó al 21% de ejecución en 2017, primero por problemas de la constructora y después por las dudas sobre el nivel de contaminación de los recursos que embalsará.
Un agua comprometida para los regantes
¿Por qué tanta presión entonces? Pues porque la propia consejera andaluza de Agricultura, Carmen Crespo (PP), reconocía recientemente que “todos los hectómetros que tuviéramos allí ya están repartidos en las concesiones de agua” para regadío. De hecho, el Plan Hidrológico 2023-2027 del Tinto, Odiel y Piedras, la demarcación a la que pertenece la presa, cuenta con este agua para hacer posible uno de los mayores incrementos de dotación para riego de toda Europa.
Así que Crespo abrió el fuego recientemente criticando la “cerrazón absoluta” del Estado por no querer reanudar las obras. Y ahora –pese a su postura más prudente en febrero– se ha sumado a ello el propio Moreno, para quien todo obedece a una mala gestión. “El nuevo retraso obedece a algo que está pasando en el Gobierno de España, que no gobierna. Esto es muy sencillo, cuando el Ejecutivo está más pendiente de la supervivencia que de la gestión, cuando no hay presupuesto ni se ha presentado un proyecto de presupuestos para el año 2024, pues se paraliza sine die”, ha asegurado.
Informes y contrainformes
Pero lo cierto es que persisten las dudas de si el agua de Alcolea puede presentar unos niveles de contaminación inasumibles, por lo que el Ejecutivo de Pedro Sánchez encargó al Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) un estudio para determinar si el proyecto es viable. La Junta de Andalucía se embarcó en 2021 en un informe propio, que realizó en 2021 el instituto de investigación de agua holandés Deltares, que inicialmente determinó que el agua del Odiel que se acumulase en Alcolea podía usarse sin problemas.
No obstante, poco después la propia consultora publicaba una adenda a sus conclusiones en la que reconocía que su análisis se había hecho de manera rápida, basado sólo en los datos que le aportó el Ejecutivo andaluz, y que ya no podía defender con tanta rotundidad su análisis inicial. La Junta, por su parte, obvia siempre este anexo y se agarra a la primera versión para reiterar que las dudas científicas ya están despejadas.
Frente a ello, la postura estatal (expresada ahora a Vox en el Congreso en una respuesta por escrito consultada por Europa Press) es que en este momento “es determinante llevar a cabo los trabajos encaminados a mejorar la calidad de las aguas del río Odiel”. De hecho, “es realmente esa actuación la que determinará la viabilidad del embalse y presa de Alcolea”.
Redactar un nuevo proyecto
Para ello, entiende que es preciso iniciar los trabajos correspondientes al Plan estratégico de restauración de la cuenca del río Odiel afectada por los drenajes ácidos de las minas, encargado por el Gobierno andaluz pero que todavía no se ha puesto en marcha. El mismo “prevé mejorar de forma notable la calidad de las aguas del río Odiel para que sean aptas en relación a los usos previstos”.
Por ello, el Ejecutivo central admite que no prevé retomar las obras en 2024 y que además, aunque la calidad del agua del Odiel mejore, habrá que rehacer lo hecho hasta ahora. Esto se traduce en que, previamente a la reanudación de las obras, “será necesario proceder a la redacción de un nuevo proyecto, tramitar la aprobación del mismo y, posteriormente, proceder a su licitación y adjudicación”. Es decir, que la cosa va para largo.