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“La violencia sexual sobre las 'rojas' habría que relatarla, ponerle poesía”

Son historias que se repiten. Golpe militar, dictadura, represión, tortura, muerte, desaparición. Y luego la impunidad, construida a golpe de transición y superada en procesos de reparación, como en Argentina, donde aún hoy se juzga el terrorismo de Estado. En otros aún no, caso de España, según la profesora de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) de Mendoza (República Argentina), Sara Gutiérrez: “En el proceso español no hay voluntad política e institucional y esto es la ganancia de los autores de crímenes de lesa humanidad”.

En un encuentro en Sevilla, enmarcado en el proyecto internacional 'Género y Ciudadanía' (GENDERCIT, en sus siglas en inglés), se han presentado en la Universidad Pablo de Olavide (UPO) los documentales sobre memoria histórica en Argentina Cuadro 33, enfocado en fosas y exhumaciones, y Lesa Humanidad, que trata la violencia sexual en el marco del terrorismo de Estado. Sendos trabajos audiovisuales llegaron de la mano de Sara Gutiérrez y Rosana Rodríguez, miembros de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de UNCuyo, quienes perciben un camino abierto, “y viable desde el momento en que ya es un proceso”, en la querella argentina contra los crímenes del franquismo.

“Resulta inverosímil –sostiene Gutiérrez en declaraciones a eldiario.es/andalucia– que los gobiernos después del franquismo no hayan rescatado los restos óseos” ni juzgado, por ejemplo, “el uso del cuerpo de la mujer como campo de batalla”. Entre el terror ejercido sobre los derrotados, prosigue, “la violencia sexual sobre las 'rojas' habría que masticarla, darle vuelta, relatarla, escribirla, ponerle poesía, armarlo y que la sociedad toda conozca esto”. Es parte, sostiene, “de todos los abusos que en la historia se han cometido con las mujeres” y su impunidad significa, “sin ser peyorativa con el Gobierno español, una vergüenza nacional”.

La reedición, en cada guerra, del decreto hitleriano 'Noche y Niebla'

La reedición, en cada guerra, del decreto hitleriano 'Noche y Niebla'La iniciativa GENDERCIT, por su parte, se gesta con la idea de generar conciencia social y política en relación a la perspectiva de género. Coordinada por la profesora de la UPO María del Carmen Monreal y, en Mendoza, por Rosana Rodríguez, involucra a más de 40 investigadores procedentes de las universidades de Florencia (Italia), París 8 (Francia), de Lisboa (Portugal), el Colegio de la Frontera Norte (México), las argentinas UNCuyo y la Universidad Nacional de Salta y, en España, la Universidad de Granada, UPO y el Centro UNESCO de Ceuta. Financiado por la Comisión Europea a través del Programa People (Marie Curie Actions) del VII Programa Marco de la Unión Europea, tiene una duración de 48 meses.

Ahí, y dentro del proceso de divulgación de derechos humanos, se trata la búsqueda de verdad, justicia y reparación. En el caso argentino, y a tres décadas de democracia ininterrumpida, las grietas democráticas se siguen cubriendo después de superar leyes como la de Punto Final (1986) y de Obediencia Debida (1987) del Gobierno de Raúl Alfonsín o los indultos practicados por el expresidente Carlos Menem (1989-1990). No así en el caso español, donde el terrorismo de Estado extendido en el régimen dictatorial franquista (1939-1975) se acoge a la preconstitucional Ley de Amnistía de 1977.

Y es, como explica Sara Gutiérrez, un proceso judicial abierto, que sigue sentando en el banquillo de los acusados a perpetradores de crímenes de lesa humanidad. Un terrorismo de Estado que en Mendoza asesinó a 200 personas de unos 30.000 en el país. Entre ellos a Juan Gutiérrez, hermano de la propia profesora argentina. Todos fueron enterrados en el Cuadro 33 del cementerio municipal, un extenso terreno donde iban a parar los sin nombre, los sin familia, los cuerpos que nadie reclamaba. El tránsito final de la estrategia de desaparición de los derrotados, de las víctimas.

Es la reedición en cada conflicto bélico, desde el pasado siglo, del decreto hitleriano 'Noche y Niebla' (Nacht und Nebel), perpetrado para la eliminación física de oponentes políticos, y ejecutado con antelación por el fascismo español tras el alzamiento militar que provocó la guerra civil y la posterior dictadura franquista. De España a Alemania, de Argentina a Bosnia o de Sudán a Siria.

No contaban los represores, sostiene, con un aspecto clave: “la familia, pase el tiempo que pase y sea lo que sea, vamos a seguir buscando hasta encontrarlos”. La victoria de la memoria, iniciada un 30 de abril de 1977 por la “revolución” de las Madres de Plaza de Mayo, pronto extendida a cada rincón del país, y que motiva “que hoy en día los jueces que se oponían a juzgar en Mendoza estén detenidos en cárceles comunes y comenzarán a ser juzgados en febrero”.

“De la violencia sexual en la época franquista no se habla”

“De la violencia sexual en la época franquista no se habla”Entre los aspectos dramáticos de la represión, aquellos que esos jueces negaron, está el terrorismo sexual, “cómo el patriarcado usa el cuerpo de la mujer”. En Argentina “costó mucho” visibilizar esos crímenes “hasta que pudieron hablar las víctimas”. En España, percibe la profesora de la Universidad de Cuyo, “del tema de la violencia sexual en la época franquista no se habla” y mientras el Estado no toma “cartas en el asunto” la mayor parte de “las mujeres que lo sufrieron han fallecido”.

Los estados cuando tienen políticas de memoria y reparación, puntualiza, “crecen, enseñan y ejercen la ciudadanía, son estados para todos y no sólo para ciertas personas privilegiadas”. Es el fruto recogido tras años de lucha en Argentina, por “la militancia llevada a cabo desde los años 70 a la actualidad, en la que muchas personas fuimos tomando la posta y la posibilidad de seguir el camino de los derechos humanos, una lucha sostenida en el tiempo”.

Una labor recogida en los crudos testimonios de los documentales Cuadro 33 y Lesa Humanidad –disponibles en la biblioteca de la UPO– que hablan, más que de derrota, de resistencia civil. Pese a las desapariciones y asesinatos, más allá del terror de las violaciones y las torturas, de las vejaciones y sus consecuencias físicas y sicológicas. Todo, el ayer y hoy, el dolor y la esperanza, tuvo que ver con “la lucha obrera en Argentina”, proclaman, bajo una premisa esencial: “nunca dejaremos solos a nuestros compañeros”.