Podemos quiere que la televisión aragonesa financie al sector audiovisual independiente
La productora Altiplano Audiovisual, de Calamocha, ha triunfado en la televisión ecuatoriana con el docushow “Maneras de vivir”. El etnógrafo oscense Eugenio Monesma enciende los “Fogones tradicionales” en el Canal Cocina. Y el estudio zaragozano Entropy, con un Goya y un trabajo con Ridley Scott en su historial, abre en Dubai y Los Ángeles.
¿Significa eso que el audiovisual aragonés está en alza? Es una forma de verlo, aunque la realidad apunta más a algunos episodios de éxito tras haber hecho virtud de la necesidad de abrir mercados ante las escaseces del ámbito local. Otras productoras están al borde del cierre o comienzan a dedicarse a otras actividades ante las dificultades para subsistir.
El sector audiovisual aragonés se estructura, básicamente, en torno a tres entidades: la ACA (Academia del Cine Aragonés), que organiza anualmente los Premios Simón; Aproart, en la que conviven empresas y autónomos, y EA (Empresas Audiovisuales de Aragón), que aglutina a 21 firmas y lleva dos décadas apostando por esta actividad como industria. Todos ellos sufren las penurias del sector en la comunidad, que en los próximos meses afronta dos hechos clave: la negociación de los próximos presupuestos del Gobierno de Aragón y los primeros pasos de la Film Comission anunciada por el presidente del ejecutivo autonómico, Javier Lambán.
Una inyección de dos millones
La tramitación de los presupuestos, cuyo debate coincidirá con la campaña de las próximas elecciones generales, será la prueba del nueve de los acuerdos de investidura del PSOE con Podemos, Cha e IU. La primera de esas formaciones reclamará que esas cuentas incluyan el “plan para el fomento y apoyo de la producción audiovisual aragonesa independiente” que los socialistas se comprometieron a elaborar y a dotar con, “como mínimo, entre el 1 y el 3% del presupuesto de la CARTV”, la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión.
Eso supone entre 600.000 euros y 1,8 millones, una inyección económica destinada, entre otros objetivos, a “la promoción de la cultura, territorio, tradiciones y lenguas propias”, y en cuyo diseño deben participar el Instituto Aragonés de Fomento, las consejerías de Educación y de Economía (por Cultura y por Industria, respectivamente) y la propia CARTV.
“Eso debe estar recogido ya en los presupuestos del 2016”, señalaron fuentes de Podemos, que insisten en que esa dotación debe servir para reflotar el sector audiovisual en Aragón y para modificar el actual sistema de subcontratación de la CARTV, que divide toda la externalización en unos pocos macrocontratos -de informativos y de contenidos- que gestionan grandes grupos de comunicación.
El jefe de la Corporación y el PIB de la cultura
Ese punto, no obstante, está directamente vinculado con la reforma del sistema de elección del consejo de administración de la CARTV -que requeriría el apoyo de tres quintos de las Cortes- y de su director general, que necesitaría también el visto bueno de la cámara.
Los presupuestos de la comunidad serán también una de las primeras oportunidades para que vaya cogiendo forma la Film Comission de Aragón a la que Lambán se refirió en su discurso de investidura como uno de los medios para “intentar que, a medio plazo, la cultura llegue a generar un 5% del PIB aragonés y muchos miles de puestos de trabajo”. “Un solo acierto en esta materia, el éxito de una 'film comission' que aglutinara las potenciales que, por separado, tienen nuestro sector audiovisual y nuestro patrimonio cultural y natural, sería suficiente para demostrar hasta qué punto merece la pena esta apuesta”.
“Pedimos a la DGA que se reúna con el sector para ponerla en marcha. Queremos que se nos tenga en cuenta. Pedimos trabajo, no subvenciones”, señalan fuentes del sector, que insisten en la necesidad de crear un cluster del ramo.
