El humorista Carlos Latre actúa los días 9 y 10 de septiembre en el Auditorio de Zaragoza, donde presenta su último espectáculo, One Man Show. A lo largo de 90 minutos recorrerá la actualidad social, política y económica del país, y sobre el escenario pasarán más de 100 voces distintas de algunos de los personajes que le han hecho muy querido por el público, como Raphael, Julio Iglesias o Boris Izaguirre, pero también nuevos como Raw Alejandro o Rosalía. Latre, que lleva 25 años siendo uno de los humoristas más populares de España gracias a su gran capacidad para imitar voces en escenarios y platós de televisión, también repasará la actualidad aragonesa. Como él mismo señala, le gusta “que el público vea que conoces su ciudad y las cosas que pasan en ella. Por eso, hablaremos del Real Zaragoza y sobre la remodelación de La Romareda, sobre los últimos fichajes. Pero también de los nuevos buses eléctricos, las fiestas del Pilar y habrá sorpresas porque por el escenario pasarán personajes como Amaral o Bunbury”. Incluso no se descarta que pueda aparecer el presidente de Aragón, Javier Lambán, “perfectamente imitable”. Este artista, cuyos orígenes se encuentran en la localidad oscense de Siétamo, se siente a gusto en Zaragoza, donde siempre recibe “una gran acogida”.
Tras más de dos años de pandemia y las difíciles circunstancias que ha provocado, “estamos todos más cabreados e irascibles”, admite Carlos Latre, “pero el agradecimiento del público es más grande, tenemos necesidad de reír”. Este espectáculo, concebido precisamente durante el confinamiento, ya se ha estrenado en otras ciudades y él mismo ha constatado que el público“ viene con más ganas de participar y de aplaudir”.
Hay que ser cuidadoso, pero también me parece tremendamente injusto juzgar con los ojos de hoy chistes de hace 25, 30 o 40 años
El humor de Latre es un humor blanco, familiar, “para todos los públicos”, como él mismo reconoce. “Siempre he sido muy cuidadoso con lo que digo y cómo lo digo. No soy un humorista incómodo y me siento muy a gusto en esa faceta. Pero el humor siempre debe tener un punto de acidez porque deber tener una parte bufonesca y crítica”. El cómico, que se hizo popular a partir de sus intervenciones en el polémico programa televisivo Crónicas Marcianas, allá por 1999, admite que mucho humor del que entonces salía en televisión “hoy sería impensable”. Pero, como señala, también muchas escenas de “Martes y Trece o del Un, dos tres…”. “Incluso hoy habría gente que cuestionaría a Gila por hacer chistes sobre la guerra”. Latre reflexiona sobre este aspecto y la cultura de la cancelación. Sobre una sociedad que tiene necesidad de reír pero en la que se revisan los límites del humor. “Probablemente hemos perdido la buena fe del humorista, y estamos señalados antes de hacer el chiste. No sé si es porque se ha abusado del mal chiste y del herir por herir, y hoy todos tenemos la piel más fina”. Pero tiene claro que cada época tiene su contexto: “Hay que ser cuidadoso, pero también me parece tremendamente injusto juzgar con los ojos de hoy chistes de hace 25, 30 o 40 años. Es sesgado y nadie pasaría el corte. Conviene no olvidar nunca que la finalidad del humorista es hacer reír y que la gente se divierta”.
Al respecto, Latre reivindica a grandes humoristas españoles y aragoneses. Desde el humor de Martínez Soria a la figura del también zaragozano Fernando Esteso, a quien considera “un precursor de todo” y del que se deshace en elogios.“ Fue de los primeros que se atrevió con la imitación. Cantaba, bailaba e interpretaba, pero entonces vivíamos en una España más oscura y eso ha pasado factura. Fue un humorista total y estuvo al lado de los más grandes, como Julio Iglesias, Raphael y tantos otros. Tenemos que saber reconocer un poco más a nuestros maestros. Y Esteso, como Martínez Soria, u otros como Landa o Fernando Fernán Gómez son comedia, somos cuna de comedia y no hemos sabido darles el reconocimiento que merecen”. También comprende aquel humor de antaño, basado en acentos y prototipos como el del gallego, el vasco o el aragonés. “Entonces era un humor que identificaba y por eso se afilaban esos estereotipos. Hoy todo eso se ha superado bastante, y son un motivo de orgullo, si se emplean se hace desde la admiración, y no desde la burla o el tópico”.
Latre también defiende a las generaciones más jóvenes, y en eso destaca la escuela aragonesa. Especialmente a Javier Coronas, “referente y amigo” y a Oregón TV, que considera “hipertalentosos, virales y de lo mejor que hay ahora mismo, buenísimos”. Latre considera que el aragonés tiene un buen sentido del humor, muy particular, “irónico y con una gran capacidad de reírse de uno mismo”. Un artista como él, que recorre durante gran parte del año la península de norte a sur, indica que hay “grandes diferencias” entre el público de un sitio u otro, y considera que es muy divertido “comprobar cómo los personajes que funcionan en un sitio funcionan peor en otros, ý ver que cada público tiene su forma de ver y de sentir”.
Me llevo bien con todos los partidos políticos, con la Casa Real, nadie se ha enfadado nunca conmigo, aunque es cierto que tampoco me mojo demasiado, voy a la mía
Latre trabaja mucho el guion, luego hay una parte importante de improvisación y luego la técnica que le permite llegar a la imitación perfecta. No todos los personajes son igual de fáciles. “Tienes que saber dónde encontrar el humor. Un ejemplo es Pedro Sánchez. Siempre buscas una armadura para que haga reír, porque él en sí es bastante plano. A Feijó le pasa lo mismo, y tenemos que buscar dónde sacarle punta. La mayoría de los políticos al principio son bastante hieráticos y lineales y luego ya se van soltando. El ejemplo clarísimo es Aznar o Zapatero. Al principio era imposible sacar algo humorístico y luego ya nos dieron juego. El filón era Rajoy. Él mismo nos daba hecho el guion y el personaje”. Latre elige los personajes, algunos efímeros como Fernando Simón, Salvador Illa o Carmen Calvo, y otros que perduran en el tiempo como Karlos Arguiñano, Julio Iglesias o Boris Izaguirre. “Estoy muy bien comprado y mucha gente me pide que me imite. Me llevo bien con todos los partidos políticos, con la Casa Real, nadie se ha enfadado nunca conmigo, aunque es cierto que tampoco me mojo demasiado, voy a la mía”. Algunos personajes salen solos, como el citado Simón. Otros, exigen más trabajo. “Es muy difícil conseguir a Núñez Feijóo o Martínez Almeida. También me resultó muy difícil Isabel Díaz Ayuso, aunque finalmente lo logré. Ahora estoy trabajando y voy introduciendo influencers y coaches, para otro perfil, porque mis espectáculos son para todos los públicos”.