'De Gutenberg a Twitter': una historia de la prensa a través de su tecnología
Entre 1440, fecha aproximada de la invención de la imprenta moderna, y 2006, año de fundación de Twitter, van algo más que cinco siglos y medio de evolución tecnológica. Entre estos dos hitos hay también una larga historia de ataques a la libertad de expresión, con Miguel Servet como una de sus primeras bajas y el semanario Charlie Hebdo como una de las últimas víctimas. Este doble recorrido, entre lo tecnológico e ideológico, es el que propone De Gutenberg a Twitter, una exposición que puede visitarse, de forma gratuita, hasta el próximo 16 de febrero en el Centro de Historias de Zaragoza.
“Ha habido dos revoluciones tecnológicas en el mundo que han marcado la transmisión de la cultura y el conocimiento, la de Gutenberg y la digital. Está todavía por ver cuál de las dos será más importante”, plantea Rafael Bardají, comisario de la muestra junto a Joaquín Sebastián. Hace ya 20 años que ambos, uno bregado periodista y otro ingeniero, decidieron aunar esfuerzos en rescatar de la chatarra las viejas máquinas de impresión de las que se iban desprendiendo los periódicos. Algunas de esas piezas ayudan ahora a dar discurso a esta muestra.
Da la bienvenida a la exposición una prensa Stanhope, usada en la impresión de El Diario de Huesca, rotativo decimonónico propiedad del conocido como “cacique de Huesca”, Manuel Camo. Junto a la puerta de salida, despide al visitante una pantalla de plasma en la que se ven algunas de las principales cabeceras digitales de la actualidad. En el camino que va de una a otra se encuentran artilugios como una reconstrucción de la imprenta de Gutenberg, una prensa litográfica, tipos de plomo, una teja usada en impresión tipográfica, planchas de fotocomposición, teletipos, máquinas de escribir... Incluso hacen su aparición las míticas 'vietnamitas' usadas durante la Dictadura franquista.
Junto a las máquinas, los periódicos que marcaron época. Acontecimientos como la Guerra de Cuba no se podrían entender sin la cruzada para vender ejemplares que emprendieron los magnates William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer, y así lo reflejan los paneles expositivos. Dice el adagio reivindicativo de la profesión que “sin periodistas no hay periodismo”, y así queda plasmado en el espacio reservado a artículos que dejaron huella en la opinión pública, a cargo de Zola, Carmen de Burgos, Mariano de Cavía, Joaquín Costa, Manuel del Arco, Ortega y Gasset y Oriana Fallaci.
Explica Rafael Bardají que “de la misma manera que en la época de Gutenberg se quemaba a los autores, como le ocurrió a Miguel Servet, durante 2014 fueron asesinados 75 periodistas como consecuencia de dictaduras, narcotráfico y conflictos bélicos”. “A esa situación hay que sumar que en los países democráticos, entre ellos España, el papel de la prensa está en duda porque cada vez más los medios responden a los intereses capitalistas de los editores que al interés general”, añade el comisario.
Para Bardají, “los avances técnicos siempre son buenos, pero hay que saber usarlos”. “Es más barato que nunca hacer periódicos, pero hacer periodismo sigue siendo caro. No vale todo”.