Que José Antonio Labordeta es toda una institución en Aragón, ya se sabe. Que fuera de este territorio también era tremendamente querido, también. Aun así, las muestras de cariño siguen sorprendiendo a su familia. Su mujer, Juana de Grandes, y una de sus hijas, Paula Labordeta, lo vivieron el pasado fin de semana en Llanes (Asturias).
A la vera del Cantábrico realizó su primera parada el museo itinerante de José Antonio Labordeta. Una composición formada por 18 paneles que se dividen en dos etapas: la primera desde su nacimiento hasta, más o menos, la muerte de su hermano Miguel, en 1969; la otra se centra en su faceta profesional como cantautor, escritor, político y comunicador; incluido un repaso a los premios que recibió y un homenaje a las miles de personas que le despidieron en el Palacio de la Aljafería de Zaragoza.
La segunda parte del museo está formada por cuadros de pintores aragoneses. Cada uno de ellas representa una letra del estribillo del Canto a la libertad, el apellido Labordeta y el propio nombre de esta canción: Canto a la libertad. En total, 94 cuadros que sirven para recordar uno de los mayores legados dejados por Labordeta en su faceta de cantautor.
La exposición formó parte del encuentro de cantautores Llanes encanta. “Allí se juntaron muchos amigos de mi padre”, comenta Paula Labordeta, que reconoce haberse emocionado con el colofón final del festival: “Todo terminó con el Canto a la libertad, mi madre subió al escenario y se llevó una ovación tremenda, el público estaba con velas encendidas, fue impresionante…”
El fin de semana estuvo lleno de sorpresas. Paula recuerda con especial cariño cuando al llegar al hotel en Llanes le mostraron a su madre un libro de firmas en el que aparecía la rúbrica de José Antonio Labordeta, ya que estuvo viviendo en ese mismo hotel durante mes y medio en 1988, con motivo de la grabación de Del Miño al Bidasoa.
La próxima estación será Córdoba, el próximo fin de semana. Allí, explica Paula, el Instituto Gran Capitán dedica cada curso al estudio de un personaje y, en esta ocasión, el elegido ha sido José Antonio Labordeta. Posteriormente recorrerán muchos pueblos aragoneses como Valderrobres, Járaba, Canfranc y, por supuesto, también tienen intención de llevar el museo a Huesca y Teruel.
¿Cómo surgió la idea?
El proyecto nace del cariño de la gente. “Recibíamos llamadas y mensajes de personas que nos pedían que, de algún modo, lleváramos el espacio de la Fundación a otros lugares”, señala Paula. Por eso decidieron mostrar la historia de Labordeta allende las tierras aragonesas, a través de estos paneles que, además, “son muy fáciles de transportar”.
La primera experiencia, la asturiana, no ha podido ser más satisfactoria. Ahora quieren recorrer más lugares. Su objetivo es que, como sucedió en LLanes, el museo itinerante se rodeé, allá donde pare, de otras actividades. Que pueda formar parte de festivales, exposiciones y actos de diversa índole.
Disco inédito
La actividad de la Fundación es frenética estos días. No solo se ha puesto en marcha el museo itinerante, sino que, el próximo 20 de abril a las 19:30 horas, se presentará un disco inédito. El acto tendrá lugar en el antiguo Casino Mercantil de Zaragoza, donde, en la actualidad, se encuentra la sede de Bantierra.
La Fundación es familiar y Paula explica que componer este disco les ha llevado mucho trabajo. Un proceso bonito, dice, en el que en más de una ocasión se les han saltado las lágrimas al descubrir canciones que ni ellas mismas habían escuchado nunca. Por ejemplo, la primera del disco, que la cantó en un concierto en Lund (Suecia). Han conseguido el sonido de una radio sueca.
Hay una cosa impresionante, apunta Paula, y es que muchas de las canciones están de total actualidad. En L’Aínsa, en 1972, tocó una canción, cuenta, “y allí había tres radiocasetes grabándole, pues de uno de ellos hemos podido sacar el sonido. Si esa canción la pones ahora con las imágenes de los refugiados, parece recién hecha”.