La crisis energética dispara el recibo de la luz hasta engullir más del 6% de la renta de las familias aragonesas

Eduardo Bayona

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La crisis energética ha disparado el precio de la electricidad hasta engullir algo más del 6% del dinero disponible de las familias aragonesas, en un aumento de peso que supera el 40% en un solo año, ya que la cuota de la renta disponible que el año pasado se destinaba a esa finalidad era del 4,24%.

La empresa Selectra, uno de los principales comparadores de tarifas eléctricas que opera en España ha estimado en 1.344 euros el recibo medio de a luz de todo el año en España, lo que supone un 5,92% de la renta disponible media que calcula la Agencia Tributaria, cuyos últimos datos publicados corresponden a la campaña del IRPF de 2020, en el conjunto del Estado.

La renta media disponible estatal alcanzó ese año los 22.706 euros, una cifra que supera en más de 500 a la de 22.160 atribuida a Aragón. Esa diferencia hace que el peso de la factura de la luz sobre el total de los gastos acabe siendo algo más de una décima superior en Aragón, donde alcanza el 6,07%.

La diferencia resulta mucho más acusada en relación con el año anterior, cuando con una renta media en Aragón de 22.200 euros, ligeramente superior a la del año de la pandemia, la factura media de la luz se situaba en 942,49 euros y su peso se quedaba en el 4,24% del total.

Es decir, que en solo un año el peso del recibo de la luz sobre el total de la renta disponible de los hogares, siempre en términos de medias, ha crecido un 43,1%. 

Y se trata de un gasto del que difícilmente se puede prescindir, ya que de ese suministro suele depender la posibilidad de calentar la casa, cocinar o disponer de ropa limpia, entre otros usos.

El recibo pesa más sobre las rentas en el sur

La presión es mayor en otros territorios, especialmente en los de la mitad sur de la península ibérica, donde el peso de la parte eléctrica de la factura energética llega a alcanzar el 7,59% en Extremadura, el 6,95 en Andalucía y el 6,83% en Castilla-La Mancha, a los que se añade Canarias con un 6,75%. 

En esa estimación pesan varios factores, aunque el principal es la concentración de las menores rentas del país en esas comunidades, que son las cuatro únicas en las que la renta media disponible se queda por debajo de los 20.000 euros (de los 18.000 en el caso de Extremadura).

A eso se le unen los mayores requerimientos de energía para la refrigeración en los meses de más calor, un factor que, como consecuencia del calentamiento global y la ampliación de las temporadas cálidas, va ganando peso frente a las necesidades de calefacción en las comunidades situadas más al norte.

Menos de la mitad en el norte

Por el contrario, los menores pesos de la factura de la luz sobre la renta se concentran en el norte, con un 3,55% en Euskadi y un 3,79% en Navarra, claramente por delante de Madrid (4,65%) y de Catalunya (5,79%) y con una magnitud de en torno a la mitad de la que se da en la mitad sur del país. 

Se trata, en este caso, de las cuatro únicas comunidades donde la renta media disponible supera los 25.000 euros: por poco en Catalunya (25.434), con bastante holgura en Madrid (28.917), con mucha en Navarra (35.430) y con más todavía en Euskadi (37.863).

Aragón ocupa la octava posición en esas clasificación, por detrás de, además de las cuatro señaladas, Asturias (6,03%), Baleares (5,98%), Cantabria (6%).

La energía se encarece un 45% tras el 24% de 2021.

Los precios de venta al público de la electricidad y los combustibles de uso doméstico y de consumo en vehículos han sufrido este año un notable aumento en Aragón, donde al menos durante ocho meses su encarecimiento interanual ha superado el 30%, con dos de esos meses (julio y agosto) por encima del 50% y con un récord del 82,3% en febrero, según los datos del IPC que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La media de esas alzas interanuales se sitúa en el 45%, un nivel de por sí elevado pero que, además, llega tras el 24% de 2021, ejercicio en el que la aceleración alcanzó el 32% de abril a diciembre. 

Entre diciembre de 2020 y octubre de 2022, que es el último mes con los registros completos, el encarecimiento arrastra una media del 36%, un nivel que aumenta cinco puntos si se descuentan los tres primeros meses del año pasado.

Esas estimaciones del INE no incluyen las variaciones de precio que se dan en los recibos de los consumidores de electricidad del mercado libre, que son más de la mitad del total y que desde abril soportan una subida extra como consecuencia de la progresiva aplicación de la compensación por el tope del gas.