Una multinacional israelí proyecta un almacén de electricidad con baterías de litio en Abizanda

Eduardo Bayona

20 de febrero de 2024 23:07 h

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La multinacional israelí Enlight Energy proyecta instalar en Abizanda (Sobrarbe) un complejo de cuatro hectáreas de baterías de litio del tamaño de un camión para almacenar excedentes de electricidad de origen renovable con el fin de verterlo a la red en las fases diarias de menor producción, las nocturnas para la fotovoltaica y las de calma para la eólica.

La empresa ya ha contactado con el Ayuntamiento de Abizanda y con las consejerías de Economía y de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, la primera de las cuales gestiona las competencias del área de la energía mientras de la segunda cuelga el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA), organismo del que depende el visto bueno de los impactos que vaya a generar.

Los contactos no abarcan al área de Urbanismo que depende de la Consejería de Fomento, ya que el grado de intervención de ese departamento, como el de los ayuntamientos, depende en iniciativas de esta magnitud de que Economía y la presidencia puedan catalogar o no como Proyecto de Interés General de Aragón (PIGA) la iniciativa, lo que reduce notablemente la capacidad de decisión de los primeros.

El proyecto ha generado inquietud en la zona por, básicamente, dos aspectos: el riesgo de incendio en una zona de media montaña con amplia presencia de pino y carrasca y, también, el de que puedan producirse fugas de las bandejas de litio de las baterías que puedan contaminar las tierras y los acuíferos de la zona o llegar al cercano río Cinca y al embalse de Mediano.

Agua para refrescar baterías que operan a más de 90º

El proyecto consiste en la instalación de unas enormes baterías de litio, de tamaño similar al de una caseta de obra larga o una ‘barca’ de camión, que suman 49 Mw (megawatios) de potencia y que tendrían un metro de separación entre una y otra a lo largo de una superficie de cuatro hectáreas (40.000 metros cuadrados).

Las baterías, que operarían de manera alterna de manera que dos colindantes no cargan o descargan electricidad al mismo tiempo, requieren una importante aportación de agua para refrigerar, ya que su temperatura de funcionamiento supera los 90º según la propia información del fabricante, la empresa estadounidense Sungrow.

La línea de evacuación, de media tensión, se proyecta en paralelo a la de alta tensión que evacua la electricidad de la central de Mediano, gestionada por Acciona.

Llama a atención cómo un complejo de ese tipo, del que no hay antecedentes en Europa, se proyecta a menos de cuarenta kilómetros en línea recta de Monzón, donde otra empresa extranjera, en este caso la filial local de una compañía con sede en Singapur, está tramitando los permisos para sondear la existencia de una bolsa de hidrógeno en el aluvial del Cinca.

Y también resulta llamativa la atracción que está generando Aragón para empresas del ámbito tecnológico cuyas instalaciones requieren elevadas aportaciones de agua para la refrigeración, aspecto en el que el almacén eléctrico de Abizanda coincide con las granjas de servidores de Amazon y de Microsoft.

Una multinacional con presencia de los dueños de BlackRock 

El ayuntamiento está negociando con la empresa la ubicación del complejo en una zona de monte comunal. “Eso ya es un filtro. Si se acepta o no tiene que votarse en una asamblea de la comunidad de bienes del monte”, explica el alcalde, Javier Labat Latorre, que asegura que “ya veremos cómo se decide la ubicación del proyecto, que no es algo que vaya a decidir yo como alcalde. Lo decidirán los vecinos”.

“Vamos a ver el tema, que es un proyecto de municipio”, señala, que puede tener un elevado impacto económico en las arcas municipales por la vía de las licencias y los impuestos, aunque estos se reducen notablemente cuando se aplica un PIGA.

Labat Latorre asegura que el complejo de baterías, cuya ubicación sería una zona de pastos que habían ido ocupando las carrascas de manera natural y que después fue roturada, no sería visible desde el pueblo. 

Según señala, el consistorio plantea que las instalaciones puedan incluir un transformador conectado a la comunidad energética formalmente constituida en el municipio o, también, condicionar el proyecto a algún tipo de garantía o aval de que las baterías serían desmanteladas una vez queden fuera de uso.

Enlight Energy, cuyos planes apuntan a comenzar a operar en un año, es una compañía israelí del sector energético en la que el Estado tiene una participación y en la que tienen presencia fondos de inversión estadounidenses como Invesco, MCSI o Vanguard, uno de los principales propietarios de BlackRock. Ha sido contactada por este medio pero, por el momento, no se ha recibido respuesta.

Mueve inversiones por valor de 26.000 millones de euros, y en los últimos años ha ido comprando parques eólicos y fotovoltaicos en varas zonas de España.