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La ‘tarifa plana’ de Ibercaja: un millón de euros limpio al día por comisiones a sus clientes

Ibercaja consolidó su posición como principal operador local del mercado financiero aragonés en 2014 con la absorción de Caja3 y, con ella, de la CAI.

Eduardo Bayona

Zaragoza —
21 de marzo de 2021 22:41 h

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Ibercaja lleva seis años ingresando una media de un millón de euros limpio cada día por las comisiones que cobra a sus clientes por prestarles servicios bancarios, según indican los informes de resultados que la propia entidad financiera ha ido remitiendo a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores).

Esos seis años, en los que las ganancias por comisiones netas una vez descontadas las pagadas por la entidad, coinciden con los de la consolidación del banco zaragozano como el principal operador local en el mercado mercado financiero aragonés tras la absorción de Caja3, y con ella de la CAI, en una operación que quedó cerrada en el otoño de 2014.

Desde entonces, el volumen de dinero que el banco se ha ido anotando como comisiones netas ha ido creciendo de una manera notable, en una progresión que se vio frenada en 2020.

Así, los 333,2 millones de euros de 2015 se habían convertido en 340,1 en 2016 para saltar en 2017 la barrera del millón diario al alcanzar los 366,4, una cota de la que ya no bajaría con los 375,6 de 2018, los 394,8 de 2019 y, con un ligero retroceso del 5%, los 375 del año pasado. 

El frenazo, que llegaba tras una progresión en la que el incremento de este concepto había alcanzado una tasa del 18,5% en los cinco años anteriores, situaba la suma final de las comisiones netas en ese sexenio en 2.185,1 millones de euros. Y eso da una media de 996.852 euros diarios, incluyendo fines de semana y festivos y los 29 de febrero de 2016 y de 2020.

La caída de la pata tradicional de los intereses del préstamo

Ese aumento de las comisiones cargadas a los clientes ha sido, como ha ocurrido en todo el sector financiero y junto con la reducción de costes a base de cierres de oficinas y recortes laborales, que en el caso de Ibercaja ha incluido dos ERE con un millar de salidas en esos años, la vía utilizada para mantener a flote un negocio cuya pata tradicional, que es el cobro de intereses por el dinero prestado, lleva años renqueando.

Ese renqueo comenzó con las políticas expansivas que el BCE (Banco Central Europeo) comenzó a aplicar para sacar a Europa de la anterior crisis, que situaron los intereses en tipos históricamente bajos y en muchos casos negativos, a las que se sumaron las propias políticas conservadoras de las entidades, que optaron por restringir el grifo del crédito para evitar una nueva ‘indigestión’ de ladrillo y para eludir la inmovilización de recursos que imponía el Banco de España, que alcanzaba el 75% del valor de los préstamos de dudoso cobro.

El negocio de los intereses se redujo para Ibercaja en casi cien millones de euros anuales en ese periodo, en el que su rendimiento pasó de los 631,6 de 2015 a los 533,7 del año pasado, con una caída constante que solo tuvo un ‘diente de sierra’ en el ligero repunte de 2018. 

Los gastos de explotación superan a la línea principal de negocio

Ese sostenido descenso del negocio del préstamo, que coincidía temporalmente con la fase de recuperación de la anterior crisis antes de que la pandemia desbaratara el proceso, fue paralelo a otro de los resultados finales que, aunque más irregular, también ofrece una clara tendencia a la baja.

Así, el beneficio neto, que se situó en 84 millones en 2015, tras la absorción de Caja3, se disparaba en los dos siguientes ejercicios hasta los 138,4 y los 142,9 para, a partir de ahí, sumar una cifra similar en los tres siguientes (148,4) entre los 40,8 de 2018, los 84 de 2020 y los 23,6 del año pasado.

En resumen, las grandes cifras del negocio de Ibercaja desde la absorción de Caja3 arrojan unos beneficios de 513,7 millones de euros en los que la principal línea de negocio de la entidad, los intereses por los créditos, ha aportado 600 millones menos que los costes de explotación: 3.413 millones por 3.736 a los que se suman 278,7 en los ERE. 

Ese descuadre se palía, básicamente, con los 2.185 de comisiones, que también enjugan, a costa de los clientes, el resto de pérdidas y gastos que ha asumido el banco aragonés, las provisiones que ha tenido que ir realizando y la factura tributaria (-309).

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