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Todo surgió el 1 de febrero del 2014 cuando pusimos rumbo al tren de la libertad. Un tren cargado de mujeres, dispuestas a defender nuestros derechos, nuestra libertad que nos querían arrebatar a golpe de Ley. Compañeras de toda España, ese día, tomamos rumbo a Madrid dispuestas a defender nuestros derechos sexuales y reproductivos.
Madrid se tiño de violeta. No nos quedó otra y revolvimos en nuestros armarios para buscar los viejos lemas, de los años 70 y 80, que teníamos guardados como trofeos de victoria y empezamos a caminar, juntas, en una marcha exigiendo la retirada del anteproyecto de la Ley del aborto presentada por el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón y como consecuencia…su dimisión.
La sororidad y la lucha unida de las mujeres, sobrepasó nuestro país. Mujeres de Edimburgo, Roma, París, Luxenburgo o Buenos Aires, salieron también a las calles mostrando su apoyo.
La manifestación partió del Paseo del Prado y recorrimos las calles hasta llegar al Congreso de los Diputados donde un grupo de compañeras, representantes feministas, entregó el manifiesto “Porque yo decido”. De nuevo, demostramos que si las mujeres paramos, paramos el mundo y si caminamos juntas, cambiamos el mundo. El 24 de septiembre del 2014 el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se vio obligado a retirar la Ley Orgánica de Protección del concebido y los derechos de la embarazada por no haber encontrado el consenso suficiente para sacarlo adelante. Ese mismo día Alberto-Ruiz Gallardón anunció su dimisión.
La Movilización del Tren de la Libertad, fue una muestra de victoria del movimiento feminista y que llegó a movilizar a más de 30.000 mil personas. Fue la mayor manifestación feminista vista en España hasta esta fecha.
Entramos en el 2015 y en los meses comprendidos de junio a septiembre, la violencia machista asesinó a treinta y siete mujeres y ocho menores, finalizando el año con setenta feminicidios. Ese movimiento feminista, que fue capaz pacíficamente de cambiar el rumbo de las mujeres el 1 de febrero del 2014, seguía vivo es taba organizándose. En este año en los distintos territorios de España, nos habíamos constituido en plataformas feministas que salíamos a las calles, a las plazas de nuestras ciudades y pueblos para expresar nuestro rechazo y exigir medidas concretas, con lemas como “Nos están matando”, “Vivas nos queremos” o “Ni una Menos”. Llenas de valentía, lucha, rabia e indignación antes estos asesinatos, salimos de nuevo de toda España, a las calles de Madrid para visibilizar dicha violencia machista y denunciar la falta de respuesta por parte de los poderes públicos.
El 7 de Noviembre fue el día que de nuevo a Madrid la vestimos de violeta. A las 12:00 de al mediodía estábamos en el Paseo del Prado para comenzar la Marcha Estatal contra las Violencias Machistas organizada por trescientas treinta y dos organizaciones feministas y contando con el apoyo de doscientas veintidós entidades. Al fin del recorrido, en una Plaza España abarrotada de mujeres, se leyó el manifiesto en todas las lenguas del Estado, tanto las oficiales y las que no lo eran, como el caló y el asturiano.
Reivindicábamos, entre otros puntos, que las violencias machistas, fueran una cuestión de Estado, denunciábamos los recortes en los presupuestos generales y reclamamos que se tuviera en cuenta todas las formas de violencia contra las mujeres y no sólo la ejercida por la pareja o expareja a la que se limitaba la Ley 1/2004.
Conseguimos que la totalidad de puntos que exponíamos en el Manifiesto fueran la base para que un año después, el 15 de noviembre del 2016, la Subcomisión creada en el Congreso de los Diputados trabajara en la elaboración de un informe con propuestas concretas para avanzar en el camino de la erradicación de las diferentes formas de violencias ejercidas contra las mujeres.
El 28 de septiembre del 2017, el Congreso de los diputados aprobó, un Pacto de Estado que recogía 214 medidas y con un presupuesto que ascendía a 1000 millones de euros a ejecutar en cinco años para atajar dichas violencias. Pero llegó el 2018 y no se había hecho nada, así que el movimiento feminista denunciábamos que habían pasado ya seis meses de la firma de aquel compromiso y que no se había hecho efectiva la dotación presupuestaria del primer año, ni tan siquiera habían puesto en marcha ninguna medida de las que incluía el Pacto de Estado.
Hemos visto mejoras y avances en esta materia, pero a día de hoy son insuficientes y las violencias ejercidas hacia las mujeres siguen estando ahí. Tras conocer los datos de la última Macroencuesta sobre Violencias contras las mujeres, vemos que son demoledores y, como dijo Irene Montero, “los datos revelan que la violencia que sufren las mujeres no es una violencia episódica, sino estructural”. No podemos aceptar, ni tolerar, una sociedad democrática donde nos matan por ser mujeres.
Cinco años después de aquella gran marcha violeta, seguimos en la lucha sin desmallar, firmes, cada vez más unidas y convencidas de que sí se puede, haciendo frente a las viejas políticas machistas, disfrazadas actualmente en nuevas, que quieren usurpar, cual urracas, los pasos conseguidos por el movimiento feminista.
Y como concluía el manifiesto del 7N...decimos:
“¡¡¡Nos queremos vivasÇÇÇ ¡¡¡Basta yaÇÇÇ”
Todo surgió el 1 de febrero del 2014 cuando pusimos rumbo al tren de la libertad. Un tren cargado de mujeres, dispuestas a defender nuestros derechos, nuestra libertad que nos querían arrebatar a golpe de Ley. Compañeras de toda España, ese día, tomamos rumbo a Madrid dispuestas a defender nuestros derechos sexuales y reproductivos.
Madrid se tiño de violeta. No nos quedó otra y revolvimos en nuestros armarios para buscar los viejos lemas, de los años 70 y 80, que teníamos guardados como trofeos de victoria y empezamos a caminar, juntas, en una marcha exigiendo la retirada del anteproyecto de la Ley del aborto presentada por el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón y como consecuencia…su dimisión.