El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.
Con este artículo pretendo, sencillamente, contribuir a un debate que entiendo es necesario que se produzca, y que debemos animar en la sociedad en su conjunto, y no sólo en los órganos y las sedes de las diferentes organizaciones políticas.
Veo a un PP exultante, aún siendo más referente de la corrupción y el escándalo que nunca, con su incremento de escaños, a costa de cargarse buena parte de la credibilidad y el perfil regenerador de Rivera y de Ciudadanos en general. Con el debate de investidura y la poderosa campaña mediática pro abstención del PSOE, el PP ha centrado sus esfuerzos en cargar sobre Sánchez la culpa de esas terceras elecciones que, por otro lado, desea fervientemente. De llegar a producirse, nadie duda que el alto nivel de abstención no sería homogéneo, sino que favorecería al PP. Ello, unido a un incremento en la efectividad del voto útil en beneficio del PP, a costa de Cs, hace esperar en el PP un avance en diputados, y en Cs un horizonte pésimo.
Hablar del PSOE es siempre complicado, por la diversidad de intereses y estrategias en disputa que pugnan en su seno. La posición de los poderes fácticos, que encabeza Susana Díaz, se ha perfilado de forma clara: abstenerse para que el PP pueda gobernar, combatir a Podemos como prioridad máxima y tomar el poder en el partido barriendo a Pedro Sánchez. Para quienes apoyan a Sánchez, una posible opción sería escenificar un nuevo intento de diálogo con Cs y Unidos Podemos, para acabar concluyendo que la intransigencia de ambos, y especialmente de Unidos Podemos, nos lleva a terceras. Desde esta estrategia se asumiría como un éxito una victoria del PP, si el PSOE incrementara su ventaja en diputados sobre Unidos Podemos, lo que se interpretaría como el fin de un mal sueño y la recomposición del bipartidismo. Tal estrategia se basaría en la convicción de que el suelo del PSOE es más sólido que el de Unidos Podemos ante el crecimiento de la abstención en este contexto de cabreo.
Otra opción que puede jugar Sánchez consiste en intentar gobernar en minoría con sus 85 diputados, pero buscando el apoyo en la investidura de Unidos Podemos y de Cs. Ello supondría abrir una dinámica distinta a la del acuerdo PSOE-Cs, sobre la base de trabajar un acuerdo con Unidos Podemos, al margen de Cs; pero para ello saben que tienen que ofrecer, ante la crisis en Cataluña, alguna propuesta imaginativa que En Comú Podem pueda aceptar… La intervención pública de Ada Colau animando a Sánchez a gobernar en minoría, como ella, y la virulencia del reciente ataque de Susana Diaz y otros dirigentes socialistas me hace sospechar que Sánchez podría intentarlo.
Desde Podemos, tras fracasar las opciones PSOE-Cs y PP-Cs, insistimos en probar el eje PSOE-Unidos Podemos. Debemos perseverar en nuestra coherencia, ofreciendo nuestra sincera disposición a intentar construir un gobierno de progreso con el PSOE, aunque el margen para lograr los acuerdos requeridos con PNV, ERC y PDC es más estrecho que en la pasada legislatura. Sin embargo, ante la crítica situación que afrontaríamos con esas terceras elecciones, que sólo beneficiarían al PP, y la perspectiva que afronta Sánchez, creo que hay que estudiar y valorar seriamente qué supondría la posibilidad de ofrecerle apoyo en ese posible intento de investidura para gobernar en minoría, siempre que ofrezca compromisos sustantivos en materia de emergencia social y regeneración democrática, que incluyan una alternativa en Cataluña aceptable para En Comú Podem.
En definitiva, sugiero analizar las implicaciones de esta posible opción, esto es, sacrificando nuestra participación directa en un posible Gobierno, si Sánchez se atreve a intentar esa opción, frente a los poderes fácticos de su partido que promueven la continuidad de Rajoy. Cs por un lado, y ERC, PNV y PDC tendrían que mover ficha. El PSOE tendría que explorar las posibilidades que se derivan del hecho de que Cs sea quien más perdería con las terceras; y por otro lado, desde nuestro firme compromiso con el “Derecho a decidir”, y siempre que Sánchez abra espacio en este frente, nosotros deberíamos explorar las posibilidades con ERC, PDC y PNV…
Si este último esfuerzo de diálogo para sacar al PP y sus políticas del Gobierno fracasara, creo que, cuando menos, habríamos ganado reconocimiento entre los millones de ciudadanos y ciudadanas que viven con angustia la continuidad de Rajoy y del PP en el Gobierno, y con indignación la posibilidad de que vayamos a esas terceras elecciones.