Los años noventa supusieron para el PSOE aragonés un periodo tan plagado de batallas, escándalos, puñaladas -figuradas- e incluso espionajes entre compañeros que Enrique Múgica se llegó a referir al partido como “el Beirut del socialismo español”. Sin llegar a esos límites, la formación mantiene en la actualidad en Aragón una senda que amenaza con convertir la borrasca en un diluvio de consecuencias impredecibles. Así, el PSOE aragonés se enfrenta a un dilema que marcará sus próximos años: o es capaz de pactar una sucesión ordenada al actual secretario general, Javier Lambán, o se asoma al abismo.
Esto es algo en lo que todas las familias socialistas coinciden. En lo que divergen, lógicamente, es hacia qué lado debe caer el fiel de la balanza de cara al Congreso Regional, que se prevé para finales de febrero y en el que nadie aún se ha postulado como relevo de Lambán.
El último acontecimiento -y uno de los más dramáticos- que ha marcado la actualidad del PSOE aragonés ha sido la negociación para un pacto fiscal entre el PSC y ERC en Catalunya. Lambán fue desde el primer momento muy crítico con este acuerdo y así lo reflejó la Ejecutiva regional en agosto: la aragonesa se convirtió en la primera -y única por ahora- federación en rechazar explícitamente el contenido del pacto catalán. Lo hizo por unanimidad, pero porque los representantes de la federación altoaragonesa optaron por ausentarse de la votación.
El grupo socialista en las Cortes de Aragón logró incluir el pasado día 4 en el pleno la Cámara autonómica una proposición no de ley de “rechazo al establecimiento de un modelo de financiación singular y diferenciado para Cataluña”. Lo mismo hizo el grupo municipal en el Ayuntamiento de Zaragoza.
Esto provocó la ira de Ferraz, que envió una carta al PSOE aragonés instándole a dar marcha atrás con estas iniciativas. Algo a lo que accedió, pero no por este motivo sino porque acordó con el PP y el PAR -que habían incluido en el pleno propuestas similares- su retirada de cara a negociar una postura común entre los partidos aragoneses.
También convino con ello el grupo municipal en Zaragoza, pero no así el PSOE altoaragonés en el pleno de la Diputación Provincial de Huesca, que mantuvo una iniciativa en un sentido opuesto: pedir “una financiación singular para Aragón” con la que, por extensión, avalaba la negociación en Catalunya.
Entre medias llegó la reunión del Comité Federal y, con ella, más fuegos artificiales. Lambán mantuvo su línea crítica con la financiación singular catalana, que tachó de “anticonstitucional” y “un desatino”. Le respondió tanto dentro como fuera el secretario provincial del PSOE altoaragonés, Fernando Sabés, quien criticó el “tono y afrenta constante” a Ferraz del dirigente ejeano.
Apenas 48 horas más tarde, la Ejecutiva Provincial de Huesca aprobó por unanimidad reclamar que se celebrase un Comité Regional del partido para abrir un “proceso de diálogo” de cara a la sustitución de Javier Lambán. Esta declaración fue duramente contestada en un comunicado conjunto por las federaciones de Zaragoza y Teruel, que acusaron a la altoaragonesa de “debilitar a los socialistas en un momento crucial”.
Llamada a la calma
Como cierre de capítulo, el propio Lambán hizo pública el viernes una carta a los militantes en la que llamaba a la calma y pedía compaginar el “debate de ideas” con la “unidad” en el partido.
Hasta aquí, los últimos hechos. Y la pregunta que surge es si se trata de un impás temporal o si es solo el preludio de más sobresaltos. Ambos sectores -el entorno de Lambán, con las cúpulas de Zaragoza y Teruel a su lado, y el de la Secretaría Provincial altoaragonesa- tratan públicamente de evitar nuevos incendios, aunque a nivel interno siguen los problemas.
Esta semana se ha filtrado que, el jueves, afiliados críticos con la posición del partido en Zaragoza, se reúnen en la sede socialista de Conde Aranda. Uno de sus representantes explica sin dar su nombre que se trata de afiliados “sin cargos orgánicos” que solo quieren “debatir”, con su “discrepancia con la línea mantenida por el partido” como hilo conductor.
La principal crítica que se hace en general a Javier Lambán -no solo desde este sector de Zaragoza, poco representativo- es que “se obceque demasiado en cuestiones como la amnistía y el cupo” y, por el contrario, “no se centre en la oposición a Jorge Azcón”.
Desde el PSOE altoaragonés evitan entrar en nuevas guerras y se remiten a sus declaraciones de los últimos días: “Creemos que la mejor solución es que la sucesión sea consensuada entre los tres territorios y también con Ferraz, sin enfrentamientos”, señalan. Y achacan a los medios una “mala” interpretación del acuerdo en el Comité Provincial: “No pedimos a Lambán que se fuera ya, sino que la renovación se produjera con unidad y con consenso”.
Voces críticas con el PSOE altoaragonés
Pero también en la federación altoaragonesa hay voces que reclaman un giro en las decisiones de su dirección. Estas voces críticas, que eluden hacer público su malestar para evitar represalias, no se circunscriben a una zona concreta de la provincia ya que se extienden por el Alto Gállego, La Litera, Sobrarbe o Bajo Cinca. La negociación en Catalunya entre el PSC y ERC no ha ayudado, especialmente en los territorios próximos a esta comunidad autónoma.
“Hay un sector del partido en la provincia que cree que hay que renovar”, explican estas fuentes, en referencia al senador Miguel Gracia. A esto se suman los problemas de otra de las personas en la dirección altoaragonesa, Elisa Sancho, a la que -tal y como publicó Heraldo de Aragón- va a investigar la Diputación Provincial de Huesca por tres contratos adjudicados a una empresa de su hijo y financiados por el propio ente provincial entre 2023 y 2023, cuando ella era su vicepresidenta.
El entorno de la ministra de Educación y portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez, Pilar Alegría, dice estar al margen de estas disputas: “No estamos en esa guerra. El partido está en el Congreso Federal”, se limitan a señalar. Otras fuentes transmiten que la afinidad entre el sector de la ministra y el PSOE altoaragonés no es tan intensa como antes.
En el horizonte más cercano está la elección de delegados aragoneses para el Congreso Federal de noviembre. Desde Ferraz restan importancia a este hecho dado que la representación de la comunidad autónoma (entre 40 y 50 delegados) será “insignificante”. Pero en lo que respecta a Aragón, tal y como están los ánimos, puede haber batalla.
A final de mes se conocerán las candidaturas que hay en las tres provincias. Para impulsar una se necesita que esté avalada por un mínimo del 12% de los militantes censados en cada territorio; en Zaragoza, eso supone en torno a 500. En principio, el protagonismo debería ser de cada uno de los tres secretarios provinciales -Lambán en el caso de Zaragoza-, pero en la situación actual habrá intentos de impulsar listas que compitan con ellos.
Este será un nuevo capítulo, y con toda seguridad no el último, en el proceso para relevar a Javier Lambán en la Secretaría General del PSOE aragonés, cargo que ocupa desde 2012.