En Huesca, las bicicletas no son para el verano. Al menos de 18:00 a 23:00 horas, periodo en el que hasta el comienzo del curso escolar estará vedado el paso de este medio de transporte en el centro peatonal de la capital: los Porches de Galicia, el tramo del Coso Bajo entre la calle Moya y San Lorenzo y la calle Duquesa Villahermosa. La medida, aprobada en la comisión de Seguridad Ciudadana y Movilidad del Ayuntamiento, entró en vigor el 8 de agosto y ha encontrado la resistencia de partidos políticos y colectivos sociales. Entre los primeros figura Cambiar Huesca, que forma parte de la coalición de gobierno junto a PSOE y Aragón Sí Puede.
La formación no comparte los argumentos que esgrime el Partido Socialista y lamenta que no se haya dado voto a los ciudadanos a través de la Ponencia de Movilidad, de la que pueden ser voz activa. Asimismo, aclara que la norma de prohibir el uso de la bici cuando hay una aglomeración de viandantes es clara y conocida. Cambiar Huesca sostiene que la solución “no es prohibir sino hacer respetar la normativa y castigar a quien la incumpla porque medidas como la que se ha adoptado son las que impiden avanzar y educar en el uso de la bicicleta”.
El PSOE señala, por su parte, que es una medida tomada por razones de seguridad y en una época del año en la que la afluencia de peatones en el centro de Huesca es notable. Se quiere evitar, según fuentes de la formación, cualquier situación que pueda entrañar riesgos y en un corto espacio de tiempo. Con el aval, asimismo, de informes de la Policía Local y del resto de formaciones políticas del Ayuntamiento de Huesca.
Muy crítica es la asociación Huesca en Bici, que denuncia que este “decreto de alcaldía”, a pesar de ser redundante con la normativa vigente, “aplica un horario y un periodo poco comprensibles para prohibir el paso de bicicletas por una calle que fue reformada con subvenciones para la Movilidad Sostenible”. “Es difícil comprender algo que no se ha explicado ni fundamentado, que ignora por completo la política de Participación Ciudadana y Transparencia. Se decreta una nueva restricción sin aplicar las existentes. Huesca en Bici lleva pidiendo desde la implantación de la Ordenanza de Zonas Peatonales su aplicación en lo que afecta a los ciclistas para evitar abusos y problemas de convivencia”, lamenta la entidad cuyo portavoz es Alejandro González.
Huesca en Bici asegura que el Consistorio “ignora nuestras peticiones y juega al cuanto peor mejor para crear un clima de hostilidad en contra de los ciclistas que justifiquen sus medidas antibici. Es especialmente bochornoso para los socios de gobierno que Huesca sea la única capital de España que desincentiva el uso de la bicicleta, con el agravante de hacerlo en una zona reformada con subvenciones para el objetivo contrario”.
La asociación recuerda que tampoco PAR y CHA se muestran conformes con esta medida, “ya sea en la forma o en el fondo. Faltan estudios e informes técnicos que la justifiquen. Hasta ahora los únicos datos de siniestralidad son los que sitúan a ciclistas como víctimas”. A su juicio, “la Ponencia de Movilidad es un instrumento creado para llevar este tipo de asuntos; por contra, rara vez se reúne y nunca para temas importantes, puesto que se están usando métodos fragmentadores que dificultan el debate para llevar a cabo la voluntad de alcaldía a pesar de estar en minoría”.
Huesca en Bici llevará “a las más altas instancias los abusos cometidos en Huesca contra la Movilidad Sostenible, tanto en el ámbito estatal como europeo, mediante los órganos a los que pertenece esta asociación, la coordinadora estatal Con Bici y la Federación Europea de Ciclistas”.
Desde CHA apuestan por bicicleta “como un medio de desplazamiento que debe desempeñar un papel decisivo en la planificación urbana, por los múltiples beneficios personales y colectivos que aporta”, pero consideran que “nuestra ciudad sigue siendo poco ‘ciclable’, principalmente para los más pequeños, puesto que los carriles bicis son muy mejorables. La bicicleta no es solo un medio de transporte eficaz, rápido, económico, saludable y respetuoso con el medio ambiente, es un símbolo de cómo las cosas pueden hacerse de otra manera, por lo que el camino de prohibir supone un paso atrás y, desde nuestro punto de vista, un error”.