Aragón dispara sus emisiones de CO2 hasta superar las 31 toneladas por minuto
Aragón ha aumentado un 11 % sus emisiones de gases de efecto invernadero en los últimos 25 años, en los que ha lanzado a la atmósfera el equivalente a 453,9 millones de toneladas de CO2, que suponen el 5 % del total de las emisiones españolas -8.999,4- en ese periodo.
Los 16,66 millones de toneladas de 2014 –suponen 31,6 por minuto- provocaron un retroceso del 9 % sobre la media de ese cuarto de siglo, aunque el balance global señala que la comunidad recorre en esta materia el camino opuesto a Europa, cuyas emisiones conjuntas se redujeron 23 puntos en el último cuarto de siglo.
Una de las causas principales de esa evolución se encuentra, según señala el Atlas del Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente (Magrama), en “el importante peso de la producción energética basada en carbón” que suponen las centrales térmicas y de ciclo combinado de Andorra, Escatrón y Castellnou.
Un sistema productivo sucio
Los datos que recoge el documento, una “primera aproximación” regionalizada a las causas y las consecuencias del calentamiento global cuyo objetivo es forzar “un cambio en la políticas de cambio climático en las administraciones y empresas de cada comunidad”, revelan el paradójico cuadro aragonés: bajas emisiones por hectárea -350 toneladas anuales- “como corresponde a una comunidad con gran superficie y poco poblada” que se combinan con un sistema productivo muy contaminante.
De hecho, solo Asturias y Castilla y León lanzan un mayor volumen de gases de efecto invernadero a la atmósfera que Aragón, tanto en el cálculo por habitante -12,54 toneladas frente a 22,8 y 13,3- como por millón de PIB (Producto Interior Bruto). En este apartado, los 511,86 millones de toneladas aragonesas se quedan, respectivamente, tan lejos de las 611 manchegas y las 1.097 asturianas como de las 412 de Ceuta y Melilla y las 120 de Madrid.
Esa evolución de las emisiones hace prever a los expertos “un ascenso notable” de las temperaturas en los próximos años. Así, en el horizonte 2040-2070 las máximas avanzarían tres grados en verano y entre dos y 2,5 el resto del año, mientras el aumento de las mínimas sería medio grado menos acusado.
Los incrementos serían mayores en el Pirineo y en algunas zonas de las sierras de Gúdar y de Javalambre y menores en los páramos de Teruel, la zona en la que, paralelamente, más notable sería la reducción de las precipitaciones en los meses de invierno.
Afeccciones a plantas y animales
El informe del Magrama alude también a los efectos que el calentamiento global va a tener, previsiblemente, en varias especies de animales y plantas en la comunidad.
Así, la extensión del pino negro se reducirá –hasta el 10 % en el peor escenario- al tiempo que migra hacia zonas de mayor altitud, especies invasoras como los romerales tendrán condiciones idóneas para extenderse y algunas especies de reptiles se verán obligadas a mudarse.
Por el contrario, algunas coníferas y árboles como el pino carrasco pueden ver favorecido su crecimiento.