18 días de enero han sido suficientes. Rebeca Santamalia, de 47 años y madre de un hijo, es la primera mujer asesinada en Aragón, víctima de la violencia machista, en lo que va de año. Su cadáver fue hallado la pasada madrugada en un piso de la calle Pradilla de Zaragoza.
El presunto asesino, José Javier Salvador Calvo, se suicidó, también en la madrugada del pasado jueves, tirándose por el viaducto nuevo de Teruel. Estaba en libertad condicional tras asesinar a su mujer en 2003. La asesinada había sido su abogada.
Datos, horas, características, que, al fin y al cabo, llevan al mismo lugar: otra mujer asesinada. Como cada vez que esto sucede, zaragozanas y zaragozanos se han dado cita en la plaza de España para mostrar su repulsa, indignación y rabia. Se terminan los adjetivos.
Representantes de la Coordinadora de Organizaciones Feministas de Zaragoza, promotora de la concentración, leyeron un comunicado en el que recordaron que durante 2018 hubo 97 feminicidios en España, y que ya van siete en 2019. “Nos están asesinando, nos matan porque somos mujeres y nos consideran de su posesión”.
“Nos violan, agreden y asesinan cada vez con más saña y brutalidad misógina, todos los estudios demuestran y alertan de que los asesinos se están empleando cada vez con más odio y crueldad”, ha continuado el comunicado, “estamos hartas de que no se hable de los violentos, de los asesinos. Queremos saber sus nombres, conocer sus caras, señalarlos. Exigimos que la sociedad los excluya, los rechace. Queremos escuchar que son escoria y que no los queremos entre nosotras y nosotros”.
Al final no hubo ni minuto ni silencio, sino gritos y rabia: “¡Si tocan a una, nos tocan a todas!, ¡ni un paso atrás!, ¡que viva la lucha de las mujeres!, ¡aquí estamos, nosotras no matamos!, y ¡vosotros machistas, sois los terroristas!
Según los datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, es el tercer asesinato por violencia de género en lo que va de 2019. 978 desde 2003.