Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.
Menos mal que nos queda Portugal
Había cierta expectación en la clase política española sobre las elecciones que se celebraban en Portugal este pasado domingo. Era en buena parte una expectación interesada. Muchos querían ver en las urnas del país vecino algún indicio, señal o argumento que les sirviera aquí. Y sí, las urnas portuguesas han impartido algunas lecciones. Otra cosa es que aquí se entiendan o no.
Hace tres meses, a finales de octubre de 2021, los socios parlamentarios de izquierdas del Gobierno presidido por el socialista António Costa le retiraban su apoyo. Tanto el Bloco de Esquerda (BE) como el Partido Comunista (PCP), hasta entonces los principales aliados de los socialistas en la Asamblea de la República, votaron no al proyecto de presupuestos presentado por Costa. Pocos días después, ya en noviembre, al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, el varapalo parlamentario sufrido por el presidente del Ejecutivo no le pareció un asunto menor. “Estos presupuestos no son unos presupuestos cualesquiera ni este momento es un momento cualquiera. (...) Estamos en un momento decisivo del país, y estos son unos presupuestos decisivos que van a servir para salir de la crisis ocasionada por la pandemia y que gestionan los fondos europeos. Hay momentos y momentos”, comentaba Rebelo de Sousa, al tiempo que anunciaba elecciones adelantadas.
Hace apenas cuatro días, cuando ya finalizaba la campaña, las encuestas decían que estaban prácticamente igualados los dos principales contendientes -el Partido Socialista (PS), de centroizquierda, y el Partido Social Demócrata (PSD), de centroderecha pese al nombre-, ambos bastante por encima del 30% de los votos, y con los socialistas retrocediendo y en riesgo de verse superados por su principal rival. El resultado ha sido bien distinto. El PS ha logrado más del 41% de los votos, lo que le ha dado una mayoría absoluta holgada en escaños: 117 sobre un total de 230. El PSD se ha quedado muy corto en sus expectativas, no ha llegado al 30% de los sufragios y ha perdido 8 asientos parlamentarios. Y, atención, la ultraderecha de Chega! (¡Basta! en español) se convierte en tercera fuerza, con más de 7% de los votos y saltando de 1 a 12 escaños; e Iniciativa Liberal en cuarta fuerza, al pasar de 1 a 8 asientos en la Asamblea de la República. A la izquierda del PS, se cumplió lo que sí apuntaban las encuestas, pero muy aumentado: el Bloco se desploma de 19 a 5 escaños y la Coalición Democrática Unitaria, que alberga dentro al Partido Comunista, de 12 a 6.
Ni entre países vecinos, y muy parecidos en muchos aspectos, conviene trasladar conclusiones electorales de modo automático. Pero quizás sí haya que mirar algunas tendencias lusas, y considerar si se pueden reproducir en España en el ciclo electoral que empieza el próximo 13 de febrero en Castilla y León. Por ejemplo, estas: el apoyo al Gobierno y por la estabilidad en circunstancias de extrema necesidad; el auge de la ultraderecha; el fracaso de la derecha moderada en su intento de desalojar del poder a la izquierda moderada; el castigo de los electores a los partidos a los que responsabiliza de tumbar un Gobierno afín; el voto útil, especialmente en la izquierda y en las circunscripciones con menos escaños (Portugal tiene dos circunscripciones muy grandes —Lisboa y Oporto—, tres grandes —Braga, Setúbal y Aveiro—, cinco medianas y doce pequeñas, y en estas los pequeños partidos lo tienen muy difícil—... Y, sobre todo, el error monumental de las encuestas, especialmente con las dos principales formaciones.
En el PSOE, este lunes, muchos corrían a apuntarse jubilosos a un “menos mal que nos queda Portugal”, como en el álbum de Siniestro Total de los años ochenta del pasado siglo. En Vox se frotaban las manos de contento. En el PP, algunos comenzaban a desconfiar de los gurús demoscópicos que les vienen augurando un paseo triunfal en Castilla y León y en todo lo electoral que después venga. Y en Unidas Podemos no faltaba quien se temía que el socio grande del Gobierno de coalición —o sea, el PSOE- empezara a invocar el voto útil ya para el 13F.
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Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.
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