La asturiana Montse Tomé, primera mujer al frente de la selección española femenina de fútbol

La asturiana Montse Tomé es desde este martes la nueva seleccionadora absoluta femenina, primera mujer que ocupará este cargo en España tras la destitución de Jorge Vilda. Tomé era desde 2018 segunda entrenadora dentro del equipo que dirigía el exseleccionador.

Este no ha sido el único cargo que la sierense ha ostentado dentro de la Real Federación Española de Fútbol. Tomé ya estuvo al frente de la selección femenina sub`23. Su nombramiento, tal y como han indicado desde la RFEF, se enmarca dentro de las medidas de regeneración anunciadas por el nuevo presidente del organismo, Pedro Rocha.

Tomé fue una de los once miembros del cuerpo técnico de Vilda que puso su cargo a disposición de la Federación en apoyo a Jenni Hermoso y al resto de las jugadoras internacionales, después de que Luis Rubiales se negase a dimitir tras ser expedientado por la FIFA por su comportamiento en la final del Mundial en el palco y en la entrega de medallas a España.

Una vida dedicada al fútbol

Montse Tomé, nacida en Oviedo en 1982, es la primera mujer seleccionadora del equipo nacional femenino, vigente campeón del mundo. Esto supone para ella todo un hito después de una vida dedicada al fútbol que comenzó en las calles, el parque y el colegio en Pola de Siero.

A Tomé le ha gustado el fútbol desde muy pequeña. Apasionada, siempre tras el balón, en su infancia se tenía que conformar con jugar con los chicos en la calle porque no podía hacerlo en equipos federados.

Su cabezonería hizo que no desistiera y, tras hacer caso omiso las veces que escuchó comentarios que podían perjudicarla, acabó entrando en El Romanón, de Pola de Siero, en el que continuó su progresión y dio el salto al Oviedo Moderno.

Su evolución fue constante y empezó a ser convocada por la selección asturiana. En 2006 fichó por el Levante, con el que ganó la Superliga 2007/08, y, tras tener que ser operada por una hernia discal en 2010 que le hizo estar parada varios meses, dio el salto al Barcelona, para volver al Oviedo Moderno en 2013, con el que consiguió el ascenso a la máxima categoría. Ese mismo año se retiró de los terrenos de juego ante la exigencia que conllevaba el fútbol. Llegó a ser internacional en cuatro ocasiones en categoría absoluta.

Tomé, amante de la naturaleza, estudió magisterio, se sacó la licencia de entrenadora UEFA Pro junto a Lionel Scaloni, Fernando Redondo, Leo Franco, Javier Saviola, Andoni Iraola, Gica Craioveanu, Juan Carlos Valerón o Laura del Río, entre otros, y al poco recibió la llamada de Jorge Vilda, al que no conocía, para ser su segunda. Aceptó el reto sin dudarlo pese que tenía que dejar Oviedo y trasladarse a Madrid.

“Me saqué el título y empecé en la elite. No conocía a Jorge, pero me llamó por teléfono y me propuso ser su ayudante. A veces pensamos que el primer y el segundo entrenador tienen mucha confianza, pero yo pensé: ¿y si no congeniamos?”, rememoró en una entrevista con la agencia Efe durante el Mundial de Francia, en la que valoró su ambición y carácter, al margen del trabajo.

Llegó en 2018 para ser la mano derecha de Vilda, en 2020 también se hizo cargo de la selección sub-17 tras la salida de Toña Is, y a su vez era la encargada del equipo sub-23, creado para que el salto entre el conjunto sub-19 y el absoluto fuera menor.

La asturiana siempre tuvo claro que le gustaba además de jugar y enseñar, entender el juego. “Cuando mis entrenadores me mandaban algún ejercicio, siempre preguntaba por qué lo hacíamos. Esa inquietud la he tenido siempre. Sí pensaba que podría ser entrenadora, pero no creía que el fútbol femenino pegaría un cambio tan grande como para poder vivir de eso”, admitía.

Se considera una privilegiada por haberlo conseguido y ahora tiene el reto de relevar a Vilda y comandar a la selección absoluta, Campeona del Mundo, desde ya. En pocos días tendrá los primeros exámenes con los partidos ante Suecia y Suiza, claves porque la clasificación para los Juegos de París 2024 están en disputa juego.