La Justicia libra a una mujer de tener que abandonar su casa de Gijón para residir en Vitoria, la ciudad de su maltratador

Leticia Quintanal

Oviedo —

0

Por fin puede respirar, tras tener en sus manos la sentencia de la Audiencia Provincial que certifica que tanto ella como sus hijos pueden seguir residiendo en Gijón, a donde llegaron hace tres años huyendo de un infierno y donde los tres viven felices arropados por la familia materna.

Han sido meses duros, de mucho miedo e incertidumbre, para esta madre cuya identidad seguimos preservando por su expreso desea, tras recibir la sentencia del Juzgado de Violencia de Género de Vitoria-Gasteiz que la condenaba a abandonar Gijón para volver a vivir en la capital alavesa, donde reside su maltratador, y que así éste pudiese restablecer la relación con sus hijos. Una ciudad en la que ella estaba sola y donde era permanentemente “acosada” por su exmarido y la familia de éste.

La sentencia de la Audiencia Provincial deja sin efecto la medida que fija la obligación de la madre y sus dos hijos de vivir en Vitoria-Gasteiz, manteniendo la patria potestad compartida y la atribución de la custodia a la madre. Asimismo anula también la medida que atribuye a la madre y sus dos hijos el uso de la vivienda familiar ubicada en la capital alavesa.

Dicha sentencia modifica además el régimen de visitas establecido en favor del padre, concediéndole a éste los fines de semana alternos y suprimiendo las visitas entre semana.

Por último, según lo dictaminado por la Audiencia en esta sentencia, la madre debe facilitar la comunicación del padre con los menores en los periodos en los que no estén con él, siempre que no interfiera en los tiempos de descanso y estudio de las menores.

Un largo proceso judicial

Laura (nombre ficticio) vivió un matrimonio de cinco años en el que había insultos, gritos, humillaciones y golpes. En agosto de 2019 se decidió a denunciar a su maltratador. Ella misma relata cómo su exmarido le propinó una patada que la tiró al suelo, mientras ella sujetaba a uno de sus hijos en sus brazos, o cómo, en otra ocasión, le dio un puñetazo en la boca mientras iba conduciendo.

Fue condenado por tres delitos de violencia de género: un delito de maltrato de obra, un delito de lesiones, y un delito continuado de vejaciones. Por todo ello, cuatro meses y 15 días de prisión y 80 días de trabajos a la comunidad.

Tras el divorcio la custodia de los niños correspondió a la madre, pero con un régimen de visitas para el padre, ya que la jueza consideró en aquel momento que los niños debían mantener a sus “figuras primarias” cerca. Esto incluía que la madre debía continuar viviendo en Vitoria, y así fue. Estuvo un año y medio viviendo allí con sus hijos. Sola, sin familia, aislada y con su maltratador viviendo a 300 metros de su casa.

Lucía segura que dejó de salir de casa y la pandemia la aisló todavía más en una ciudad en la que todo le acabó resultando hostil, su maltratador la acechaba y la soledad la ahogó. Así, en febrero de 2021, se fue a vivir a Gijón para estar cerca de su familia, de su madre y de su gente.

Su exmarido la denunció por llevarse a los niños de Vitoria y fue condenada a nueve meses de cárcel por desobediencia judicial. “Me condenan a nueve meses de prisión por huir de un infierno y a él a cuatro meses por maltrato”, lamenta.

A finales del pasado mes de enero recibió la sentencia del Juzgado de Violencia de Género de Vitoria-Gasteiz que la obligaba a volver allí y a punto de finalizar marzo al Fiscalía se pronunció sumándose al recurso presentado por la víctima.

En su pronunciamiento, la fiscal estima el recurso de apelación presentado por la víctima, sumándose al mismo, por considerar que el juez del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Vitoria- Gasteiz no ha justificado que la decisión adoptada sea la más adecuada en atención al interés superior de los menores, ya que solamente hace referencia a que dicha decisión fue adoptada, unilateralmente, por la madre.

En este sentido, abunda en que dicha decisión de traslado fue debida a la existencia de un proceso relacionado con la violencia de género y a que la víctima tenía su red familiar en otra ciudad, menciona asimismo que, si bien el acusado fue finalmente condenado, la sentencia recurrida no hace alusión, en ningún momento, a tal circunstancia.

El escrito presentado por la Fiscalía añade también que la decisión judicial de traslado a Vitoria-Gasteiz, tanto de la madre como de sus hijos, contraviene, sin justificación alguna, los informes presentados por el equipo psicosocial que fueron ratificados durante el juicio por los peritos, según los cuales la custodia materna ofrece más estabilidad a los menores, no recomendando modificación alguna, ni mucho menos su traslado, ya que se encuentran perfectamente adaptados a su nuevo lugar de residencia.

Desde que Lucía y su abogada presentaron el recurso ante la Audiencia Provincial han pasado cinco meses. Hoy ha vuelto a respirar.