Son mujeres. Forman parte de un colectivo laboral altamente feminizado y realizan un trabajo tan importante como ninguneado, pocos reparan en ello. Son las trabajadoras que se ocupan del servicio de acompañamiento en le transporte escolar, es decir, las que se ocupan de que los críos y crías lleguen bien al colegio durante los desplazamientos que comunican sus casas con los centros escolares.
Trabajan dos horas al día, la mayoría cotizan una hora media, y ninguna cobra más de 200 ó 300 euros al mes. Han llegado al límite, tras ver cómo sus condiciones laborales han ido denostándose poco a poco, sobre todo, tras la entrada en escena, en septiembre del año pasado, de una nueva empresa adjudicataria, Externa de Servicios S.L. Y es que el servicio de acompañamiento de las rutas escolares es una licitación pública que depende de la Consejería de Educación, siendo por tanto el Gobierno asturiano el que adjudica a prestación de este servicio.
El servicio de acompañamiento en el transporte escolar en Asturias está dividido en cuatro lotes, de los que tres son gestionados por la empresa gallega Externa: el de las cuencas, el de Avilés y el de Gijón 'oriente'. Estas zonas suman un total de 63 colegios y 320 rutas escolares acompañadas por 350 trabajadoras, a razón, en la mayor parte de los casos, de una acompañante por ruta.
Comenzaron a gestionar este servicio en septiembre del año pasado, cuando ganaron la licitación de la Consejería y a los pocos meses, ya avanzado el curso escolar 2023/2024 comenzaron los problemas. A la ausencia de una persona de referencia en Asturias para comunicar cualquier imprevisto, pues la empresa es gallega y la presunta figura de coordinación no funciona, según denuncian las propias trabajadoras, se une que estas fueron dadas de baja el mismo día en que finalizaba el pasado curso escolar (viernes 21 de junio) sin ni siquiera esperar a que pasase el fin de semana, con el perjuicio que eso ocasionaba a sus nóminas o de cara a la prestación por desempleo.
Sin embargo, la situación empeoró al comenzar el vigente curso 2024/2025 cuando la empresa comunicaba, por carta, a un total de 27 trabajadoras, que se les reduciría la jornada laboral. Así las cosas, algunas de estas trabajadoras, ya en contacto entre compañeras, y al tanto de lo que estaba empezando a suceder, decidieron ponerse manos a la obra y hacer lo que hasta ese momento nunca había hecho, pedir asesoramiento sindical y plantarse.
“Seguimos por los críos, les coges cariño”
Elvira González, María López y Lucía Fernández son tres de las trabajadoras que cubren las rutas escolares que gestiona Extrema en Asturias. Sus edades están comprendidas entre los 45 y los 55 años y las tres llevan una media de ocho años en este trabajo. A Elvira no le ha importado dar su verdadero nombre para contar su historia, pero María y Lucía han preferido mantener el anonimato por si la empresa decide tomar represalias.
Elvira González tiene 54 años y lleva doce trabajando como como acompañante en transporte escolar y monitoria de comedores. Esta auxiliar de educación infantil de formación decidió, cuando fue madre, dedicarse a la crianza de su hija y fue cuando quiso volver a incorporarse a la vida labora cuando el mercado le cerró la puerta en las narices y tuvo que empezar a trabajar como limpiadora en casa particulares.
Pero llegó la fibromialgia y se vio obligada a dejar de limpiar. Un curso del Servicio Público de Empleo hizo que se formara como monitora de comedor y transporte escolar y llegó a su actual puesto de trabajo a través de una persona conocida. “Trabajar con neños es lo que más le gustó siempre”, cuenta su hija.
Para ella el primer problema se presenta con la forma de llegar al punto de encuentro, es decir, la parada de cabecera de donde sale la ruta escolar. “Antes quedábamos con el autobús en un punto intermedio y nos recogía para llevarnos a la parada, pero eso dejó de hacerse”, dice, de manera que te tienes que buscar la vida para llevar a la salida de la ruta, vivas donde vivas. Ella peleó, cuenta, peleó mucho y consiguió que la empresa le abonase, a mes vencido, el dinero que le cuesta el transporte hasta la parada de cabecera, pero es lo el caso de otras compañeras.
Elvira lamenta la falta de coordinación, “no hay con quien contar si tienes cualquier contratiempo”, la empresa está en Galicia y son las propias trabajadoras las que tienen que organizar las sustituciones en caso, por ejemplo, de tener citas médicas. Es precisamente su caso, ella misma cuenta que hubo rutas que fueron sin monitora por no haber encontrado sustituta y, en esos casos, ruta que no hace la trabajadora, ruta que no cobra.
Por los críos asegura que sigue María, “se les coge cariño”. Es técnica en cuidados auxiliares de enfermería y empezó hace unos años cubriendo bajas, hasta que quedó una vacante y entró en plantilla. Reconoce que es un trabajo que por las condiciones “no renta” y que en su caso la ayuda que le coincida con los momentos de llevar y recoger a su hija del colegio.
Al igual que Elvira lamenta que no exista una persona de referencia con la que hablar en Asturias pues “tenemos una coordinadora que no coordina”, y demanda que la empresa se haga cargo de los desplazamientos de las trabajadoras hasta las paradas de cabecera.
Si la Consejería contrata a precio bajo, tiene que saber que las empresas maltratan a las trabajadoras
También quiere mantenerse en el anonimato Lucía Fernández, se convirtió en monitoria de rutas escolares a través de una amiga que dejó su ruta. De esto hace ya diez años. Los mismos que hace que el servicio fue poco a poco deteriorándose conforme iban sucediéndose las diferentes empresas que ganaban las licitaciones de la administración. “Si la consejería contrata a bajo coste tiene que saber que las empresas maltratan a las trabajadoras”, denuncia, porque ella lo tiene claro, lo que les está pasando con Externa es un caso claro de “mobbing laboral”.
Lucía cuenta también que muchas trabajadoras están contratadas como “animadoras socio-culturales” y no están en el convenio que les corresponde, que es el del transporte, aunque explica que esto viene ya de atrás. Añade que esta empresa ni siquiera les ha pedido el certificado de no haber cometido ningún delito sexual y que si ella fuese madre, le gustaría saber con qué tipo de personas están sus hijos.
Las tres coinciden en que acompañan a niños y niñas, que llevan su tiempo y dedicación y esto es algo que la empresa, a la que solo le preocupa recortar para incrementar beneficios, no entiende.
Desde Comisiones Obreras, sindicato que ha liderado el caso de estas trabajadoras, intentaron alcanzar un acuerdo con la empresa en el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (SASEC), pero ante la negativa de esta a aceptar la totalidad de las reclamaciones, mañana martes las trabajadoras irán a la huelga.
Ignacio García, de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras, denuncia que los servicios mínimos fijados por la Consejería de Educación, y que alcanzan al 50 por ciento de los centros escolares de estas tres zonas, son excesivos, pues al estar la mayor parte de las rutas cubiertas por una sola trabajadora, muchas no podrán ejercer su derechos a la huelga por haber sido incluidas como servicio mínimo.
Esta tarde, a las seis y media de la tarde, han convocado una concentración en la plaza de España de Oviedo, frente a la Consejería de Educación, para exigir al Gobierno asturiano que asuma su responsabilidad ante los incumplimientos de la empresa adjudicataria de este servicio, siendo la Consejería la última responsable del mismo.