Gijón se convertirá en la segunda ciudad asturiana que contará con una bandera de España de gran tamaño. La propuesta llegó al pleno municipal de este miércoles de la mano de la única concejala de Vox en el consistorio, Sara Álvarez Rouco, y fue apoyada por todo el equipo de gobierno, integrado por Foro y PP, además del voto a favor del edil no adscrito -que abandonó el partido de ultraderecha hace unos meses-, Oliver Suárez. La ciudad contará además con una Plaza de España.
La bandera se ubicará en la Plaza del Humedal, es la única incógnita que se ha desvelado, porque lo que todavía no se sabe son sus dimensiones ni lo que costará. Tal vez, por competir con Oviedo, la enseña supere los 54 metros cuadrados que mide la que colocó en 2019 el Partido Popular en la Plaza de la Escandalera de la capital, sobre un mástil de, nada más y nada menos que, 25 metros de altura. Tampoco se conoce es cuál será la plaza que se elija para ser renombrada en la ciudad más poblada de Asturias.
Lo que está claro es que la defensa del “símbolo de todos los ciudadanos” ha vuelto a poner a Foro y PP al lado de la formación de la ultraderecha después de que, en el mes de octubre, la alcaldesa Carmen Moriyón, expulsase a Vox del pacto de gobierno municipal. La izquierda también ha votado unida, pero en contra de la propuesta de Rouco, a quién han acusado de “utilizar de manera partidista” los símbolos constitucionales.
El portavoz socialista, Luis Manuel Flórez 'Floro', recordó durante su intervención que la bandea ya está presente en los edificios de la administración local y de manera regulada por ley y acusó a los partidos de la derecha de utilizarla contra “quien piensa distinto”. Para la representante de Podemos, Olaya Suárez, la propuesta es una muestra más de cómo Vox tapa con una enseña “bien grande su falta de ideas” y para el representante de IU lo único que busca el partido de Abascal con esta propuesta es “su minuto de gloria en los medios”.
Sara Álvarez Rouco, claramente satisfecha por conseguir sacar adelanta su iniciativa, acusó a “las izquierdas” de “hostilidad con la bandera de España” y aseguró que con su propuesta se solucionaba una ausencia “no resuelta por ningún partido” todos estos años, la no inclusión del nombre del país en una plaza de la ciudad. La bandera “va más allá de la ideología”, afirmó para finalizar sentenciando que “significa que todos estamos bajo mandato constitucional les guste o no”.