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Sólo 2 de cada 10 personas que aparecen en noticias económicas son mujeres

Elvira Altés / Sílvia Majó

Puede resultar paradójico que una ONG de cooperación, en lugar de situar el foco únicamente en la pobreza de la población en vías de desarrollo, impulse una iniciativa para conocer cuál es la imagen de las mujeres que los medios de comunicación de nuestra sociedad ofrecen en las noticias económicas. No obstante, si pensamos en la influencia que ejercen los medios y en las posibilidades de cambio y mejora que podrían derivarse de una información que considerara la perspectiva de género, la idea aparece como un impulso eficaz para alcanzar la igualdad.

En el proceso de construcción de las identidades de género, los medios son una potente herramienta que indica cuál es el lugar, el comportamiento y las expectativas que una sociedad destina para las mujeres y para los hombres.

Así, una mayor visibilidad de las acciones y participación femenina en la sociedad puede representar un modelo o referencia estimulante que refuerce el camino de empoderamiento de las mujeres; por el contrario, la ausencia de relatos con protagonismo femenino, de sus opiniones y de su intervención en los asuntos públicos, subraya el estereotipo según el cual a las mujeres les corresponde el ámbito privado.

Podría objetarse que para muchas mujeres ocuparse del hogar y la familia es una elección, el problema es que en los espacios privados no se cuantifican (ni se les otorga valor de mercado) las transacciones económicas que tienen que ver con el cuidado a las personas, puesto que se supone que las mujeres las desempeñan “por amor” y como parte de su realización femenina.

¿Por qué 2 de cada 10?

En el estudio "Representación de las mujeres y el género en los espacios de economía de los medios", que hemos realizado por iniciativa de Ayuda en Acción Cataluña dentro del programa “Dones i homes ens movem per la igualtat” (Mujeres y hombres se mueven por la igualdad), se han tenido en cuenta los resultados de la última edición del Proyecto Global de Monitoreo de Medios circunscritos a las secciones de Economía. Como complemento a estos datos, se han codificado varios medios especializados: cuatro ediciones de un programa de televisión, cuatro de un programa radiofónico y dos suplementos económicos de prensa.

Como es lógico, el resultado no es homogéneo: la presencia femenina oscila entre un 37% en la televisión; y el 9%, en el suplemento económico de un periódico. Y resulta que han descubierto que, cuando habla una mujer de información económica, sube la audiencia. El promedio resultante es el 18% de menciones para las mujeres y el 82% para los hombres. Para decirlo gráficamente, de cada 10 personas que aparecen en los medios especializados en Economía, sólo 2 son mujeres.

¿Y a qué se debe esa escasa representación femenina? Esta ausencia se explica por la combinación de diversos factores:

– Los medios siguen otorgando mayor credibilidad a los protagonistas y expertos masculinos y reflejan sólo aquellas mujeres que ocupan un lugar tradicionalmente ocupado por hombres.

– Las mujeres que podrían actuar como fuentes especializadas o como protagonistas se muestran reacias a participar en los medios, sienten una mayor responsabilidad (e inseguridad) en su capacidad de comunicar sus conocimientos.

– La falta de tiempo es otro factor, al tener que conciliar vida profesional y personal; y otro, más oculto y difícil de reconocer, la incomodidad, ya que todavía el discurso y las reglas del juego se plantean desde una perspectiva masculina y las mujeres no siempre encuentran atractivo entrar a jugar.

Cuando las cifras hablan

Algunas de estas respuestas aparecen en el documental “2 de cada 10”, un reportaje que complementa cualitativamente la investigación y que nos ha permitido ahondar en estas cifras gracias a la colaboración de un largo de número de personas –periodistas, economistas, empresarias– sin las que el análisis hubiera quedado falto de muchos porqués.

En estos momentos, estamos llevando a cabo la difusión de los resultados y conclusiones que se derivan del estudio, ya que el trabajo solamente se completa cuando el circuito se cierra, es decir, cuando se establece contacto con las personas e instituciones implicadas en el proceso comunicativo. Así lo hemos hecho. Conscientes, además, de que cualquier estudio será baldío sino llega a aquellos que pueden mejorar el escenario presentado.

Juntos, Ayuda en Acción y el equipo de esta investigación, hemos diseñado un programa que incorpora distintas presentaciones, en dos colegios profesionales: con un grupo de discusión en el de economistas y con una mesa redonda en el de periodistas; en dos universidades, la de Económicas de la Rovira i Virgili y la de Ciencias de la Comunicación de la Autónoma de Barcelona, acciones que se han completado con una presentación y un taller de sensibilización y comunicación para emprendedoras y empresarias en la Cámara de Comercio de Barcelona.

En todos estos escenarios hemos compartido nuestra convicción firme de que una información que respete y busque una mayor pluralidad de voces y puntos de vista podría ser transformadora, pero para ello hay que hacer el esfuerzo de incorporar la perspectiva de género y ofrecer una mirada más amplia hacia la realidad.

Puede resultar paradójico que una ONG de cooperación, en lugar de situar el foco únicamente en la pobreza de la población en vías de desarrollo, impulse una iniciativa para conocer cuál es la imagen de las mujeres que los medios de comunicación de nuestra sociedad ofrecen en las noticias económicas. No obstante, si pensamos en la influencia que ejercen los medios y en las posibilidades de cambio y mejora que podrían derivarse de una información que considerara la perspectiva de género, la idea aparece como un impulso eficaz para alcanzar la igualdad.

En el proceso de construcción de las identidades de género, los medios son una potente herramienta que indica cuál es el lugar, el comportamiento y las expectativas que una sociedad destina para las mujeres y para los hombres.