Esta camiseta está hecha con madera
La camiseta de la foto es de la marca Ternua, conocido grupo de ropa deportiva con sede en Arrasate-Mondragón (Guipuzcoa). Su particularidad es que está fabricada con fibras Tencel a partir de madera y celulosa de explotaciones certificadas y controladas, un material comercializado por la empresa austriaca Lenzing Ag. “Una camiseta de madera”, simplifica José Manuel Jaquotot, subdirector general de Política Forestal del Ministerio de Agricultura, que pone esta prenda como caso de éxito en un desayuno de trabajo sobre ‘Bosques, economía y cambio climático’ organizado este lunes por el Grupo Español de Crecimiento Verde, una asociación de empresas españolas que dicen estar a favor de abordar de forma ambiciosa el proceso de descarbonización de la economía.
“Esto ya funciona, ya hay fábricas”, incide el responsable de Agricultura, que defiende que la gestión forestal sostenible en España puede ser más importante que algunos esfuerzos de reforestación. El mensaje es repetido por múltiples voces esta mañana: de poco sirve conservar los bosques si se quedan vacíos de gente o, al revés, para detener el abandono del campo español (y los incendios) hay que conseguir sacar rentabilidad a los espacios forestales.
El interés de las empresas se produce por las nuevas oportunidades abiertas con la lucha contra el cambio climático, pues ahora hay sobre la mesa objetivos ambiciosos para reducir las emisiones y una forma de descontarlas es contabilizando el efecto sumidero de los bosques. “La gestión de los bosques tiene muchas ventajas, el problema es la rentabilidad económica”, resume Gonzalo Sáez de Miera, vicepresidente del Grupo Español de Crecimiento Verde y director de Cambio Climático de Iberdrola, que asegura que “la acción climática es ahora una nueva oportunidad para conseguir financiación”.
Las camisetas hechas a partir de fibras de madera de Ternua incorporan también poliéster reciclado o algodón orgánico. El grupo vasco no especifica el porcentaje de la mezcla, pero sí se muestra sensibilizado con la importancia del medio ambiente en el proceso de fabricación de la ropa. Sabe que cada vez hay más gente que lo demanda.
Paradójicamente, esta mayor concienciación de la sociedad puede ser un problema para avanzar en la gestión sostenible de los bosques. “Hay que dejar de decir a los niños que cortar un árbol es malo”, afirma con contundencia Jaquotot, que asegura que la madera puede ser un material renovable cuando se gestiona de forma correcta.
Aprovechar el efecto de los bosques para frenar el cambio climático tiene sus complicaciones. Como incide Fernando Valladares, investigador del CSIC, “ya vamos entendiendo la importancia de los bosques multifunción, por desgracia, estos bosques multifunción no fijan mucho carbono”. “No podemos pretender que un sabinar fije mucho carbono”, incide el doctor en Ciencias Biológicas, que recalca la necesidad de buscar alianzas en el mundo rural. “Aquí podemos hacer mucha teoría, pero hay que hablar con la gente que vive allí, pues podemos tener unos bosques en los que nadie viva, pero ese no tiene que ser el objetivo de reverdecer la economía”.
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