El fondo soberano de Noruega ratifica la mayor desinversión en petróleo y gas del mundo
Los noruegos crearon con los ingresos del petróleo el que hoy es el mayor fondo soberano del mundo, con un capital estimado en un billón de dólares. Y esta tarde, el Parlamento de ese país ha dado a esta gigantesca cartera el mandato de desinvertir en empresas de crudo y gas por valor de 5.700 millones de dólares, el 2% de su cartera. Se trata de la mayor desinversión que se conoce en energías fósiles hasta la fecha, y se debe al riesgo que representa la crisis climática para la economía noruega.
La decisión no es repentina y ha sido posible porque todos los partidos políticos están de acuerdo en reducir el riesgo ante la incertidumbre del futuro del petróleo. Este país nórdico, que creó el fondo soberano en 1990 para protegerse de los vaivenes del crudo, ha seguido la recomendación de Norges Bank, la entidad gestora de esta cartera de inversiones que depende del Ministerio de Finanzas. Este organismo avisó a finales de 2017 de que la riqueza noruega estaba muy expuesta por el riesgo del precio del petróleo y aconsejó aligerar el peso de inversiones en crudo, carbón y gas en esta cartera.
El fondo soberano noruego es una máquina de inversión presente en más de 9.000 empresas que posee de media el 1,3% de todas las compañías que cotizan en bolsa del mundo, lo cual significa que la decisión de hoy influirá en todos los mercados internacionales. Pero como ha apuntado Bill Mackibben, fundador de 350.org, el mayor movimiento mundial de desinversión en energías fósiles, el paso no es solo financiero, también es ético: “Esta desinversión, que supone la mayor que se conoce, viene de gente profundamente experimentada en la industria del petróleo y deja claro que el dinero inteligente está huyendo de este sector por razones financieras y morales”.
En 2015, Norges Bank, la entidad que gestiona el fondo soberano, fue rotunda y anunció una guía de inversión ética, dejando claro que “hay empresas en las que elegimos no invertir. Estas incluyen compañías que violan las normas morales fundamentales o imponen sustanciales costes a la sociedad con sus operaciones. Al no invertir en estas corporaciones, reducimos nuestra exposición a riesgos inaceptables”. Y puso en el mismo cajón las armas, el tabaco y el carbón. Sobre este último sector, ahora el fondo soberano deberá respetar el tope de 20 millones de toneladas anuales, el equivalente a 10.000 megavatios de electricidad, lo cual supone de facto sacar miles de millones más en compañías carboníferas como el gigante alemán RWE o la suiza Glencore.
Además, y por primera vez, el fondo podrá invertir 20.000 millones de dólares en renovables, tras un análisis encargado por el Ministerio de Hacienda en el que se estima que el valor del mercado mundial de infraestructuras de tecnologías limpias crecerá casi un 50%, de 2.700 millones de dólares en 2017 a 4.200 millones en 2030.
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