Kaltetuak continuará con su boicot a MCC aunque opten por la vía judicial
Kaltetuak, la asociación de afectados por las aportaciones financieras subordinadas de Eroski y Fagor, ha ofrecido esta mañana una rueda de prensa para anunciar su intención de seguir con el boicot activo de las empresas de la Corporación Mondragón (MCC). Independientemente del resultado que tenga el juicio que estos días se está celebrando en Bilbao por la demanda conjunta promovida por Adicae, Kaltetuak seguirá pidiendo a sus socios que no consuman productos o servicios de Eroski, Caja Laboral o Lagunaro porque prefieren “un mal acuerdo antes que una buena sentencia”.
Ante todo quieren evitar un largo proceso judicial con recursos en instancias más altas, pero no descartan recurrir a esta vía si no les queda más remedio. Mientras tanto continuarán con las movilizaciones que realizan de forma semanal y con la campaña de denuncia que han mantenido durante los últimos meses. Su principal objetivo sigue siendo que a MCC “le salga más caro mantener las subordinadas que devolver el dinero”. Además, están “convencidos” de que la reciente oferta de canjear las subordinadas por bonos se ha debido precisamente a esto.
Ricardo González de Durana, presidente de Kaltetuak, ha revelado hoy que hicieron su propia propuesta para canjear la deuda perpetua a Eroski y los bancos a través del instituto vaso de consumo-Kontsumobide. En líneas generales, su planteamiento es el siguiente: las subordinadas quedan en manos de los bancos que las comercializaron y se reintegra su valor íntegro a los afectados. A cambio, ellos se comprometen a ser clientes de larga duración de las entidades involucradas y a ayudar a lavar su imagen.
La respuesta ha sido la conocida a través de los medios durante los últimos días, completamente alejada de estos planteamientos. Eroski está negociando ahora mismo con los bancos ofrecer a cada afectado una quita del 30% de su aportación, devolver un 15% en metálico y el otro 55% en bonos subordinados con un plazo de 12 años, una figura que situaría esta deuda sólo ligeramente por encima de las preferentes vascas en el orden de cobro en caso de quiebra. Toda la oferta queda condicionada, además, a que la cooperativa de distribución consiga refinanciar su deuda.
A Kaltetuak le parece un acuerdo “nefasto e inaceptable”, “una trampa”, y miran hacia Kontsumobide como uno de los principales responsables. “Se ha puesto una vez más de parte de los ladrones y esta vez lo ha hecho a traición”, ha criticado el presidente de la asociación. También han censurado la actuación del consejero de Salud, Jon Darpon, por los mismos motivos. “Ha salido en los medios diciendo que es una buena propuesta con lo que se ha vuelto a retratar”, ha apuntado el portavoz de la asociación en Gipuzkoa, José Antonio Urrutia.
Durante el último año Kaltetuak ha estado tres veces en el Parlamento, se ha reunido en tres ocasiones con el fiscal superior del País Vasco y en otras cuatro con representantes de Kontsumobide, pero siguen teniendo la sensación de que las instituciones públicas “deberían hacer más”. De buenas a primeras, al fiscal ya le han pedido que actúe de oficio contra la comercialización de las subordinadas y están a la espera de su respuesta.
Media de edad de 65 años
Media de edad de 65 añosAl igual que ocurrió antes de comenzar el juicio de Adicae, cuando tres de los afectados retiraron su demanda tras alcanzar un acuerdo con el BBVA, la entidad bancaria también ha devuelto sus ahorros a varios socios de Kaltetuak. Los portavoces de la asociación han citado esta mañana al menos media docena de casos. Las circunstancias y acuerdos son diferentes en cada uno de ellos, en algunos se restituye todo el dinero, en otros el 93% y en algún otro se trata de canjes por bonos que han acabado beneficiando a los afectados.
El único denominador común es que todos son clientes del BBVA y que, según la opinión de los portavoces de Kaltetuak, se trataría de casos especialmente polémicos. De todas maneras, la asociación de afectados por las preferentes vascas ha recordado hoy que la media de edad de sus más de 1.300 socios está por encima de los 65 años y que todas las situaciones tienen gravedad. “Muchos son gente sin estudios que se fiaban por completo de lo que les decía el comercial del banco”, ha apuntado Urrutia.
Prefieren no recurrir a la vía judicial. “Porque tenemos socios que pusieron muy poco dinero y otros como yo que no podríamos permitírnoslo porque usamos todos nuestros ahorros”, ha argumentado González de Durana. Sin embargo, creen que llegado el momento tienen todo a su favor para ganar los juicios. No en vano, todas las sentencias individuales que se han dado hasta la fecha han sido a favor de los denunciantes.