Nunca fue cierta esa frase tan repetida, aunque fuera bienintencionada, de que “el coronavirus no entiende de clases sociales”. Sí que entiende, sí.
La primera ola de la pandemia, la más brutal, se cebó en España con personas precarizadas que vivían en casas pequeñas y trabajaban sin opción a teletrabajo en lugares mal ventilados, mal protegidos o hacinados. Cuidadoras y empleadas del hogar, temporeros, trabajadores de plantas cárnicas, currantes en general que usaban además el transporte público o inmigrantes que no tenían cómo aislarse de la familia si alguien daba positivo.
El perfil del contagiado ha cambiado mucho desde entonces. Ahora el principal vector de contagio no es el trabajo sino el ocio.
Si hace un año el virus castigaba especialmente a los barrios más humildes en las grandes capitales, hoy te contamos que en Madrid o Barcelona ahora son los barrios más acomodados los que presentan las tasas más altas de contagio. ¿Razón? Hay más gente joven con capacidad de irse de vacaciones, gastar más frecuentemente en locales de ocio nocturno y hacer sus fiestas de verano en casa.
Más gráficos y detalles.
- Nos hacemos preguntas. Dicen que los periodistas estamos para dar respuestas, pero a mí me encanta cuando compartimos con la gente que nos lee las dudas que tenemos. Esta cuestión que nos plantea Sergio Ferrer es inquietante: ¿Cuántas muertes por COVID-19 serán aceptables tras la pandemia? Es decir, si este virus no desaparece del todo, tendremos que acostumbrarnos a que, como pasa con otras enfermedades, sencillamente está ahí y puede matar. Después de todo lo que hemos sufrido y peleado, ¿aceptaríamos esa nueva normalidad? Lean.
50.000 teléfonos hackeados por gobiernos
Hoy nuestros compañeros de The Guardian y 16 periódicos más alrededor del mundo publican una gran historia (en inglés) sobre el abuso que han hecho los gobiernos de todo el mundo de un software israelí que sirve para espiar teléfonos móviles: leer sus mensajes, ver sus fotos, activar el micrófono. Llámalo espiar, llámalo hackear.
Tendrás los contenidos principales de esta investigación publicados en español en portada de elDiario.es durante el día.
Estamos hablando de más de 50.000 teléfonos móviles pirateados en todo el mundo. México y nuestro buen amigo Marruecos son los países que más han utilizado Pegasus para interceptar las comunicaciones de políticos de la oposición, disidentes o periodistas. Hay ejemplos que encienden todas las alarmas: el móvil de Cecilio Pineda Birto, un periodista mexicano asesinado, está en la lista; el teléfono de la directora del Financial Times, también; en la lista de la Hungría de Viktor Orbán hay políticos y abogados. Se supone que Pegasus, o eso dice la empresa israelí que lo comercializa, está diseñado solo para espiar a terroristas.
- En España, este mismo programa se usó para espiar a líderes independentistas. En este reportaje, contamos más sobre Pegasus, que es también un viejo conocido, desgraciadamente, de los activistas de América Latina.
Valle de los Caídos, toma 2
Mañana el Consejo de Ministros aprueba la nueva Ley de Memoria Democrática, es decir de memoria histórica. Tenemos algunos detalles que avanzarte: el Valle de los Caídos se trasformará en un lugar para la pedagogía democrática en vez de un templo para la veneración de los dictadores. Se retirarán los fondos públicos a la Fundación del Valle de los Caídos, que la gestionaba, con lo que los frailes que manejan aquello tienen las horas contadas en el recinto.
- Apología. El Poder Judicial y expertos en libertad de expresión afearon que en el primer borrador del anteproyecto se estableciera que la apología del franquismo fuera suficiente para la extinción de una fundación. En mente de todos, claro, la Fundación Franco. En el texto que se aprueba mañana, se incluye un requisito para la ilegalización: que exista humillación a las víctimas. Tendremos lío con eso, a izquierda y derecha.
Que no se te pase
- Albert Rivera y el PP. Albert Rivera lleva camino de cumplir una profecía que al principio solo parecía munición para atacarle pero que poco a poco él mismo se está encargando de hacer real. Lo mismo termina en el PP. Casado prepara el terreno para que Rivera participe en su congreso de otoño mientras Rivera no ha acudido al de Ciudadanos.
- La guerra de la jornada continua. Si eres madre o padre y vives en una comunidad que ha cambiado los horarios de los colegios durante la pandemia para hacer jornada continua, quizá hayas vivido momentos de tensión en el AMPA o en los grupos de Whatsapp, ahora que parece empieza a revertirse. Así están las cosas.
- Onlyfans. ¿No sabes qué es Onlyfans? Es una plataforma online que permite que personas con muchos fans puedan compartir contenido exclusivo a cambio de dinero. ¿Y cuál es el principal negocio? El porno, como siempre. La empresa ingresa más que nunca pero ofrece un servicio con fallos.
Cosas que no sabía
- No sabía que hay varias teorías sobre por qué se nos arrugan las manos y los pies cuando llevamos un rato en el agua. Una dice que se nos hinchan porque la piel está preparada para hidratarse todo lo que pueda todo el rato. Otra dice que no se hinchan sino que se contraen por orden del sistema nervioso para mejorar el agarre de las manos mojadas, por si tenemos que coger algo o intentar salir del agua. Más en Maldita y la BBC.
- No sabía que los mosquitos, al picarnos, primero nos inyectan una pequeña dosis de anestesia en la piel para que no notemos que están ahí. Las garrapatas pueden hacer lo mismo incluso durante días si no las vemos. En el cóctel va también anticoagulante para facilitar la succión de la sangre, cuyas proteínas necesita la mosquita hembra (que en realidad es la única que pica) para su proceso de ovulación. Más picaduras de verano.
- No sabía que existe un idioma sin descifrar pero estandarizado, el minoico o eteocretense, utilizado en Creta casi 2.000 años antes de Cristo, y que se escribía con un alfabeto que ahora llamamos Lineal A. Algunas palabras sueltas sí se han deducido, como ‘po-to-ku-ro’, que significa “Total”, o ‘ki-ro', que significa “déficit”.
Dale con el lunes que ya me pongo yo a pensar en el martes. Aquí te espero.
Un abrazo,
Juanlu.
Nunca fue cierta esa frase tan repetida, aunque fuera bienintencionada, de que “el coronavirus no entiende de clases sociales”. Sí que entiende, sí.
La primera ola de la pandemia, la más brutal, se cebó en España con personas precarizadas que vivían en casas pequeñas y trabajaban sin opción a teletrabajo en lugares mal ventilados, mal protegidos o hacinados. Cuidadoras y empleadas del hogar, temporeros, trabajadores de plantas cárnicas, currantes en general que usaban además el transporte público o inmigrantes que no tenían cómo aislarse de la familia si alguien daba positivo.