La Junta Municipal del distrito de Salamanca, en Madrid, tramitó tres expedientes sancionadores imponiendo una multa de 900 euros en total a una Comunidad de Vecinos de dicho distrito que mantiene, alimenta y controla a una colonia de gatos que habita en los jardines comunitarios.
Cada vez más ayuntamientos españoles, como los de Alcorcón, Barcelona, Tres Cantos o Valencia, gestionan y fomentan el control de colonias felinas, que es la única medida eficaz para que los gatos de la calle no proliferen ni causen molestias a los humanos, tal como se desarrolla también en otras ciudades europeas, resultando así más avanzadas en el trato ético a los animales.
Sin embargo, los ayuntamientos más retrógrados en materia de protección animal persiguen, criminalizan y sancionan a particulares (amantes de los animales) que, a su costa y de forma totalmente altruista, realizan esta labor, que consiste en la captura, esterilización y control sanitario de los gatos urbanos, dando así solución a una situación que el propio Ayuntamiento debería gestionar.
La medida del exterminio de los gatos, que aplican los servicios municipales, además de ser cruel e impropia de una sociedad civilizada, no soluciona nada, puesto que retirar y matar a una colonia de felinos no hace sino crear lo que se llama el efecto vacío en la zona, propiciando que otros gatos repueblen el lugar y comiencen a reproducirse sin control. La situación se convierte en un círculo de muerte sin fin.
En la colonia del distrito madrileño de Salamanca, los propios vecinos, con la ayuda de varias protectoras, aplicaron el método CES (capturar-esterilizar-soltar), quedando la colonia reducida, sana y controlada, tal como se realiza en numerosas colonias repartidas por el territorio de Madrid. Con esto se consigue que los gatos no supongan ningún problema, ni existe tampoco sobrepoblación, siendo perfectamente compatible la convivencia entre gatos y humanos.
En este caso, el juez ha estimado que “la actuación administración del Ayuntamiento de Madrid no es ajustada a Derecho”, y así lo recoge la sentencia, que en su fallo anula las resoluciones sancionadoras y deja sin efecto la sanción que se impuso por cuidar y controlar la colonia de gatos, condenando también al Ayuntamiento de Madrid a la devolución de la multa impuesta y al pago de las costas judiciales.
Se trata de la primera sentencia judicial en toda España que revoca una sanción administrativa impuesta injustamente a ciudadanos por atender y esterilizar a gatos callejeros, por lo que su relevancia trasciende a esta colonia, a sus cuidadores, y a la propia ciudad de Madrid. Es un importante paso adelante en el reconocimiento de los derechos de los animales, y de las obligaciones que los humanos tenemos hacia ellos.
La Junta Municipal del distrito de Salamanca, en Madrid, tramitó tres expedientes sancionadores imponiendo una multa de 900 euros en total a una Comunidad de Vecinos de dicho distrito que mantiene, alimenta y controla a una colonia de gatos que habita en los jardines comunitarios.
Cada vez más ayuntamientos españoles, como los de Alcorcón, Barcelona, Tres Cantos o Valencia, gestionan y fomentan el control de colonias felinas, que es la única medida eficaz para que los gatos de la calle no proliferen ni causen molestias a los humanos, tal como se desarrolla también en otras ciudades europeas, resultando así más avanzadas en el trato ético a los animales.